Por Aníbal E. Melo
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AnibalMelo@yahoo.com
En Estados Unidos, normalmente, la expresión "caza de brujas" se utiliza para referirse a los juicios llevados a cabo entre el 1692 y el 1693 en Salem, Massachusetts.
En esos años, más de 200 mujeres fueron acusadas de practicar "magia negra", y todas las autoridades y la mayoría de las víctimas de ese capítulo vergonzoso de la historia, eran lo que hoy consideramos personas de raza blanca.
Ahora, muchos de los que hablaron y escribieron acerca de los terroristas de Boston, estaban llevando a cabo un nuevo tipo de "caza de brujas".
Durante la persecución de los sospechosos de los bombardeos del "Maratón de Boston", y mirando el intento de los "periodistas profesionales" por competir por cualquier nueva información con los aficionados de los "medios sociales del internet", muchos hispanos sentímos un temor familiar.
Durante la persecución de los sospechosos de los bombardeos del "Maratón de Boston", y mirando el intento de los "periodistas profesionales" por competir por cualquier nueva información con los aficionados de los "medios sociales del internet", muchos hispanos sentímos un temor familiar.
Los hispanos sabemos, o de manera
intuitiva, o a través de la experiencia personal, que los medios de
comunicación tienen un gran poder para ayudar a difuminar o
alimentar el miedo y la tensión que a menudo provoca la violencia
racial en este país.
Pero a pesar de toda la reflexión y la
experiencia adquirida post 9/11, parece que algunos miembros de los
medios tradicionales no pueden dejar de dar una respuesta racista a
todo lo que desconocen.
Y a pesar de la expiación pública de
algunos de ellos, todavía parece que no entienden el impacto de sus decisiones.
La historia americana nos muestra una y
otra vez que sin resistencia y claridad, la ley de la calle se impone
en esta cultura.
Y aunque algunos miembros de la prensa
han dado disculpas públicas por su racismo alimentado a través del
silencio, del doble discurso o de la presentación de hechos
distorcionados, aún queda mucho trabajo por hacer.
Una gran cantidad de trabajo.
He descrito el comportamiento de esos
días, como una "caza de brujas".
Y es que vivimos en una cultura que
continuamente intenta determinar quién es o no definido como
ciudadano, criminal, terrorista o víctima.
Pienso que los medios modernos
refuerzan la ideología racista a través de la repetición de
estereotipos y presentando el sesgo racial de: "nosotros contra
ellos".
Por eso, mientras miraba la cobertura
informativa de los terribles atentados terroristas, luego claro de apenarme por las víctimas inocentes, pense que sin dudas, los medios buscaban a un extranjero, para poder así justificar lo
que pasaba en la América blanca.
El resultado de eso, al igual que los muertos y heridos de Boston, es 100% trágico.
Pero el comportamiento y el combustible escupido por los medios de
comunicación no son accidentales.
No podemos pasar por alto lo sucedido
el 11 septiembre del 2001, pero ahora, en abril del 2013, comenzamos
rápidamente a buscar sospechosos de piel oscura, árabes,
estudiantes con nombres y apellidos extranjeros, o musulmanes, que
"ponen en peligro a los blancos".
Todo ese esfuerzo inicial cayó en
confusión por el hecho de que los sospechosos reales eran
literalmente blancos.
Parece que los hermanos Tsarnaev son
"el tipo equivocado de blancos".
Es que de hecho, la etiqueta de
"terrorista" exige que la persona NO puede ser de raza
blanca.
Los esfuerzos para tratar de explicar
la verdadera narrativa de lo ocurrido en el maratón de Boston, no
estaban funcionando, y eso quedó claro una vez que los nombres y
fotos de los hermanos chechenos fueron liberados y las especulaciones
sobre si eran terroristas musulmanes comenzaron.
Creo que todo eso, es un reflejo de
cómo el lenguaje de muchos de los medios de comunicación definen lo
que es ser "americano", que para ellos es sinonimo de "blanco".
Y es que para que
alguien capture la fatal etiqueta de "terrorista" tiene que
definitivamente estar amenazando a los "americanos blancos".