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Después de años de estancamiento.
Ahora que el país está empezando a
discutir seriamente la Reforma más radical de inmigración desde el
1986, con Audiencias en el Senado, y un posible voto para principios
del verano.
Con un estado de ánimo nacional
cambiado drásticamente, y cuando los líderes de las coaliciones
anti-inmigrantes se estaban quedando sin argumentos, sucede lo de
Boston.
Los "antis", no pueden
despotricar contra los "ilegales", ya que de lo que trata el proyecto de
ley, es de hacer las cosas legal y correctamente, con registro,
multas y pagos de honorarios.
No pueden argumentar seriamente que la
Reforma es mala para los negocios, ya que convertir a una población
de anónimos y trabajadores mal pagados, en empleados y
contribuyentes, con papeles y protecciones laborales, sólo ayudará
al crecimiento de la economía.
Todo lo que les queda es "meter
miedo".
Hay una larga tradición de eso para
ensuciar los debates sobre inmigración, pero los acontecimientos de
Boston no tienen nada que ver con la Reforma.
Incluso si Estados Unidos dejase de aceptar
refugiados y solicitantes de asilo, de dar tarjetas de residencia y
se diseña un sistema que pueda descubrir el perfil de los corazones
de los niños de 9 años, edad con la que parece ser que vino
"Dzhokhar Tsarnaev", seguiremos enfrentando riesgos.
Y no vamos a tener una población
inmigrante controlada.
Hay una mejor manera de estar seguros:
Aprobar la nueva ley de inmigración.
Si los terroristas, narcotraficantes y
pandilleros son un gran problema, entonces reduzcamos el pajar.
Pongamos a los 11 millones de
indocumentados en los libros.
Averigüemos quiénes son.
El proyecto de ley del Senado ordena no menos de 4 tomas de huellas dactilares separadas, en la medida que los
aplicantes se muevan desde las sombras hasta la ciudadanía.
Refuerza el régimen de verificación
de empleos e incluye nuevas formas para prevenir el mal uso de los
números de Seguro Social.
Cuenta con un nuevo sistema para
controlar el tráfico en las fronteras y los puertos.
Si de verdad somos serios acerca de
hacer que Estados Unidos sea más seguro:
¿Por qué no desviar algunos de los
miles de millones que ahora se gastan en la frontera hacia las
Agencias que luchan contra las pandillas, los terroristas, las
drogas, las armas ilegales y los abusos en los lugares de trabajo?
¿O para lograr que los inmigrantes
colaboren más fácilmente con las autoridades?
¿Por qué no hacer que los inmigrantes
se sientan más seguros e inviertan en sus barrios?
¿Por qué seguir apoyando el que los
sheriffs persigan a infractores de tránsito, en vez de a verdaderos
delincuentes?
Como hemos visto con el fracaso de
la Ley de Control de Armas, una minoría determinada esgrimiendo
argumentos falsos puede matar las mejores ideas.
El debate sobre la inmigración pondrá
a prueba la capacidad de resistencia de la coalición pro-reforma en
el Congreso.
Todos los cambios ambiciosos requieren
calma, deliberación reflexiva, y una buena cantidad de coraje.
No podemos darnos el lujo de perder
esta ronda, por causa de apelaciones irrelevantes de paranoia y
miedo.
Luchemos, ahora es el momento!