domingo, 28 de agosto de 2011

La Inmigración a Estados Unidos: Historia De Un Triunfo

                                                                                                         
Por Aníbal E. Melo

Registrese o Recomiende un Amigo Enviándonos su EMAIL









Inmigrantes llegando a Ellis Island
Mientras los estadounidenses lidian con la carga que a veces sienten impuestas sobre ellos por nosotros los hispanos y últimos inmigrantes - especialmente los indocumentados - puede ser alentador recordar que históricamente, hemos visto todo esto.

 


Este país no sólo ha sobrevivido a multitudes que han buscado refugio en su territorio, sino que se ha beneficiado de ellas enormemente.

La inmigración ha definido y dado forma a esta nación desde sus inicios.

Melting Pop
Imagínense esta tierra sin irlandeses, alemanes, italianos, chinos, Judios o hispanos. No podemos, porque - sus ideas, esperanzas, sueños y todos sus descendientes se han convertido en Estados Unidos.

Ellos no son menos americanos que los pobladores originarios que caminaron entre Asia y Alaska o menos americanos que los primeros Ingléses que se establecieron en la costa este o los millones de africanos que fueron traidos encadenados a través del océano.

 

La historia de la inmigración a los Estados Unidos es una historia de luchas difíciles, pero también es, en definitiva, una historia de triunfo.

 

Los primeros inmigrantes a estas tierras vinieron, en su mayoría, en dos grandes oleadas. La primera desde el norte de Europa y la segunda desde el sur y el este de Europa.

 

La primera oleada ocurrió en la década de 1840 e incluyó a los irlandeses y a los alemanes.

 

Inmigrantes Europeos en Ellis Island
Más de dos millones de irlandeses - alrededor de un cuarto de la población de Irlanda - emigró hacia los Estados Unidos para escapar del hambre. En la década del 1880, los irlandeses fueron los maestros políticos de muchas de las ciudades en las que se asentaron.

 


Más de cinco millones de alemanes llegarón a Estados Unidos durante ese período. Hoy en día, Alemania sigue ocupando un lugar preponderante respecto del origen ancestral de los estadounidenses.


Por otro lado, los inmigrantes chinos llegaron por primera vez en 1820.
De acuerdo a registros del Gobierno, 325 chinos ya vivian en el país, antes del 1848, año de la fiebre del oro en California, que atrajo al primer número importante de trabajadores Chinos.

 

Inmigrantes Chinos
Fiebre de Oro en California
Había 25,000 inmigrantes chinos en 1852, y 105,465 en 1880, la mayoría de los cuales vivían en la costa oeste. Constituian más de la décima parte de la población de California.

 

La segunda gran oleada de inmigración se inició en la década del 1880.

 

Más de 4 millones de personas emigraron desde Italia hacia los Estados Unidos entre 1880 y 1920, misma época en que cientos de miles de Judios vinieron también desde Europa del Este.

Al principio, ambos grupos eran los predominantes, principalmente en las ciudades de la costa este, donde abarrotaron los barrios de gente desesperadamente pobre.


Ley de Exclusión de los Chinos
Con la llegada del Siglo 20, y en la medida que los pobres recién llegados del extranjero representaban más y más proporción de la población de las ciudades más grandes de Estados Unidos, creció la presión para poner límites a la inmigración.


Hasta ese momento, las leyes de control de la inmigración apenas existían.


En 1790, el Congreso decidió que cualquier "persona libre de raza blanca" que se encontrase en el país, durante los dos años previos a la promulgación de la nueva ley, podía convertirse en ciudadano.

 

A los chinos se les prohibió emigrar entre el 1885 y el 1943, cuando la Ley de Exclusión China estuvo en efecto.


Presidente Chester Alan Arthur
Promulgó
Ley de Exclusión China 
En 1868, después de la Guerra Civil, la "Enmienda 14," afirmó que toda persona nacida en los Estados Unidos era un ciudadano. Protegió no sólo a los antiguos esclavos, sino también a todos los hijos de los inmigrantes.


En 1892, el Gobierno Federal abrió la Isla de Ellis en el puerto de Nueva York, y sólo rechazó a los retrasados mentales, a los dementes, mendigos, criminales, y a otras personas que "sufren de una enfermedad repugnante o contagiosa".

 

En 1907, el Presidente Theodore Roosevelt persuadió al Congreso para crear una Comisión para estudiar la inmigración.

 

La Comisión alegó que los recién llegados eran "mucho menos inteligentes" que los anteriores y que no prácticaban la "vida en familia".

 

Aquella afirmación gravemente injusta condujo a la aprobación de las leyes anti-inmigrantes de la década del 1920.


Un gran número de los inmigrantes más recientes, no comenzaron a entrar de nuevo a Estados Unidos, hasta que el Presidente Lyndon Johnson firmó una nueva ley que reabría las puertas de la nación en el 1965.

 

No se equivoquen. La integración de las hordas de extranjeros nunca ha sido fácil.

 

En lo que va del Siglo 21, los anti-inmigrantes han afirmado, que los hispanos que venimos al país, nunca nos asimilaremos a la sociedad estadounidense.

 

Mi respuesta es, que por supuesto que sí nos asimilamos, y esto es lo que ha hecho inmensamente rica y diversa a la sociedad estadounidense de hoy día.

 

Creo que la inmigración es un factor de desarrollo económico y de progreso social.

 

Sin inmigracion, el bienestar de estados Unidos, sería hoy inferior al alcanzado, y las perspectivas de futuro más confusas.


Presidente
Lindon B Johnson
Ahora bien, la inmigración es también un reto para la convivencia y la cohesión social; lo es especialmente en aquellos países que como Estados Unidos, han desarrollado programas de bienestar social que se ven presionados por la extensión de su cobertura a la población inmigrante.

 

La llegada de inmigrantes provoca sentimientos contradictorios.

 

Por un lado, una parte de la sociedad ve en la inmigración un factor que puede contribuir al dinamismo económico y cultural y que, al mismo tiempo, puede moderar la caída demográfica.


Pero, como siempre, otra parte de la sociedad percibe la inmigración con inquietud, temor e incluso rechazo; en su opinión, estamos ante una imparable llegada de extranjeros, que supera nuestra capacidad de acogida y pone en peligro el bienestar y personalidad colectivo.


Aprendiendo a Convivir
Por ello, sólo si se abordan de forma adecuada y con recursos suficientes los problemas que genera la inmigración, conseguiremos que continue siendo un fenómeno positivo para todos.

 

Esta humilde opinión quiere ser una contribución al análisis racional del problema y un apoyo a las nuevas iniciativas y políticas públicas del Presidente Obama, que son necesarias para transformar estos retos en una oportunidad.

 

Y es que nosotros, "los recién llegados," le hemos dado forma a la cultura y al carácter actual de la nación norteamericana.