Por Aníbal E.
Melo
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AnibalMelo@yahoo.com
El Senado colocó
al país más cerca de una nueva ley migratoria que en cualquier otro
momento en toda una generación.
La legislación es
producto de años de pleitos y desacuerdos políticos.
Por mucho tiempo,
los liberales hemos exigido una ruta clara hacia la ciudadanía para
los indocumentados y los conservadores han dicho que antes de apoyar
una legalización, la frontera primero debe ser asegurada.
Durante los
pasados 20 años, los demócratas han acordado en ampliar el aparato
represivo, con la esperanza de que sería suficiente para que los
republicanos se pusiesen a bordo.
Algunos
republicanos del Senado, 14 de ellos por lo menos, finalmente
acordaron que ya es tiempo de modicar la actual ley.
Esta posible nueva
legislación incluye niveles incomparables de represión.
Sin embargo, como
ha sido el caso durante años, no está claro si la estrategia
funcionará en la Cámara de Representantes, que ahora debe producir
su propio proyecto de ley.
Por años, todo el
foco del Gobierno Federal en lo que respecta a inmigración ha sido
la deportación, la construcción de vallas y controles fronterizos.
Mano dura contra los inmigrantes.
Ha sido así, por
cuatro administraciones, durante dos décadas.
Para la
administración Obama, el cálculo siempre estuvo claro: Actuar duro
contra los indocumentados, para poder obtener el apoyo de los
republicanos y poder realizar una Reforma amplia, que incluyese la
ciudadanía.
La pregunta es, si
los miembros del Congreso que previamente se alejarón de la Reforma
en nombre de la "seguridad nacional", ya están listos para
volver a la mesa de negociación y terminar el trabajo.
En los últimos
años, los republicanos han rechazado el "DREAM Act" y se
han negado a avanzar en cualquier Reforma Migratoria humanitaria.
Y aunque la
Administración Obama duplicó el número de Agentes Fronterizos a
20,000 y ha deportado una histórica cifra de 400,000 personas por
año, el Partido Republicano se ha mantenido cerrado.
Sin embargo, el
proyecto del Senado marca un punto de inflexión.
Tiene
disposiciones sobre ciudadanía, que muchos de nosotros los
defensores de los derechos de los inmigrantes, hemos estado luchando
por conseguir durante años.
El camino es
largo, por lo menos 13 años y muy costoso.
Le impide
legalizarse a muchas personas con condenas penales menores.
Sin embargo tiene
un camino claro hacia la Residencia Permanente y luego hacia la
ciudadanía.
También incluye
una vía expedita para obtener la ciudadanía para los inmigrantes
elegibles al "DREAM Act", y los trabajadores agrícolas.
Crucialmente
proporciona un medio para que los ya deportados, que tienen familias
en los Estados Unidos, puedan regresar.
Para mí en lo
personal, lo más importante es que lo dispuesto sobre la ciudadanía,
no está supeditado a un conjunto de "imposibles" que
tienen que ocurrir en la frontera.
Esos "factores
desencadenantes", que los senadores republicanos trataron de
inyectar al proyecto de ley, habrían puesto al Congreso en
condiciones de decidir si la frontera es o no lo suficientemente
segura antes de que los inmigrantes no autorizados pudiesen aplicar
para obtener la Residencia Permanente.
Pero para poder
obtener más votos republicanos sin esos "factores
desencadenantes", el liderazgo demócrata en el Senado acordó
una importante inyección de nuevos fondos que militarizan la
frontera más allá de lo que nadie creía posible hasta ahora.
La versión del
Senado, duplica el número de Agentes en la frontera, dispone la
construcción de 350 millas adicionales de muros, y otorga miles de
millones de dólares en fondos para la compra de helicópteros
Blackhawk y aviones teledirigidos.
Para todos
nosotros, ha sido un trago amargo, pero pienso que vale la pena si
obtenemos votos republicanos adicionales.
Ahora que el
proyecto de ley del Senado se acerca a la Casa de Representantes,
muchos republicanos de la Cámara dicen que no van a ceptar dicho
proyecto, y que van a legislar su propia Reforma.
Una que muy
probablemente no incluya la ciudadanía.
Pienso que el
camino elegido en los últimos 20 años, de solamente criminalizar a
los indocumentados, ha sido equivocado y que la Reforma Migratoria
actual podría terminar sin un apoyo bipartidista para otorgarle a
los beneficiarios, un camino hacia la ciudadanía.
Lo que demuestra
todo esto es, entre otras cosas, que la llamada "Seguridad
Fronteriza" es solamente una excusa racista, anti-inmigrante y un gran
barril sin fondo.
Todas muy
peligrosas!