Por Aníbal E. Melo
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Los latinos figuran entre los más
pobres del país y numerosas familias, especialmente de inmigrantes
hispanos, viven en la miseria.
Esa brecha genera inquietud debido a
que la población hispana está a punto de ser la minoría más
grande de la nación.
Cifras del Censo Nacional indican que
los blancos dejarán de ser la mayoría en Estados Unidos alrededor
del año 2043.
Ese cambio demográfico es producto de
las altas tasas de nacimiento entre los hispanos y de una disminución
de la población blanca, cada día más vieja.
La cantidad de niños hispanos pobres,
supera la de cualquier otro grupo racial del país.
Los trabajadores latinos tienden a
tener poca educación y muchos se dedican a ocupaciones que no
requieren mucha capacitación, en las que ganan menos que el
trabajador promedio de Estados Unidos.
Las comunidades estadounidenses se
dividen entre ganadores y perdedores en el terreno económico, y los
hispanos estamos cada vez en más clara desventaja, lo que plantea el
espectro de nuevos barrios marginales y de un creciente
aislamiento.
Los hispanos pobres están radicados en
todos los rincones del país.
Trabajan casi exclusivamente en
factorías, en la industria de la construcción y en la agricultura.
Esa tendencia da lugar a un ciclo de
pobreza que se extiende hacia la próxima generación familiar.
Y es que la pobreza dificulta el
desarrollo de los jóvenes y sus posibilidades de conseguir una buena
educación.
Numerosos expertos afirman que los
niños hispanos están condenados a seguir desempeñando ocupaciones
mal remuneradas.
Esa tendencia podría tener amplias
repercusiones para el país, debido a que buena parte del crecimiento
de la fuerza laboral, en los años venideros, será generado por la
comunidad latina, por lo que esta situación no solo repercute en las
familias hispanas, sino también en toda la nación.
Este ciclo de pobreza es especialmente
evidente en el campo, que a pesar de la modernización de la
agricultura y de las ganancias cada vez más grandes de las empresas
agrícolas, el mundo de los trabajadores campesinos casi no ha
cambiado.
A nivel nacional, uno de cada cuatro
hispanos está por debajo del nivel de pobreza.
Hay que cambiar esas tendencias, de lo
contrario, las cosas empeorarán y no tendremos comunidades hispanas
sustentables.
Hay que cambiar la mentalidad de
nuestra gente que piensan que ese es nuestro lugar en la vida, que es
todo lo que vamos a lograr.
Hay que motivar a la gente.
Enseñarles que una buena educación y
un mejor trabajo no son sueños inalcanzables.