jueves, 9 de mayo de 2013

Reforma, Hipocresía y Profecías De Fatalidad.


Por Aníbal E. Melo
http://www.AnibalMelo.com
AnibalMelo@yahoo.com


Las tácticas de intimidación basadas en afirmar que los inmigrantes de grupos minoritarios no tienen habilidades y serían un lastre para la economía, en lugar de contribuir a ella, son tan antiguas y fracasadas como el movimiento anti-irlandés del Siglo 19.

Los primeros irlandeses, italianos, judios, y alemanes, fueron recibidos con profecías de fatalidad.

Aún así, los Estados Unidos prosperó con la ayuda de esos mismos recién llegados, "menos educados", cuya integración se planteaba con burla.

La figura de fantasía de 6.3 trillones de dólares que el ex-Senador Republicano de Carolina del Sur, Jim DeMint y la organización conservadora de derecha "Heritage Foundation", que él dirige, y que ha presentado como el supuesto "costo" de la actual legalización, es una cifra que supone cero beneficio económico para el país, por lo que en mi opinión, lo que merece, es el desprecio de todos.

DeMint y la "Heritage Foundation", están tratando de demostrar su supuesta postura pro-inmigrante, pidiendo que se ponga en funcionamiento, un sistema migratorio "basado en méritos".

Ninguna persona razonable puede dudar de la utilidad de atraer a más inmigrantes educados y calificados a América.

Pero si la inmigración basada en el mérito es tan importante para nuestra economía, ¿Cuál es el punto de casi destruir el programa H-1B?

¿No existe una evidente y reprobable hipocresía en eso?

Pienso que la estrategia anti-inmigrante tiene tres cabezas.

La primera, es matar o al menos demorar la legalización, ya sea mediante el uso de estadísticas económicas falsas, que incluso otros conservadores republicanos rechazan como meramente "políticas", o posponiendo el estatus de Residente Permanente para los inmigrantes legalizados, por lo menos una década, como lo hace el actual proyecto de ley en el Senado.

La segunda consiste en reducir o eliminar bruscamente la inmigración legal de ciertos grupos étnicos.

Esto significa, recortar la Inmigración Familiar que ahora permite que muchos latinos vengan, y la eliminación de la Lotería de Diversidad, que ha admitido a decenas de inmigrantes procedentes de África en las últimas dos décadas.

La tercera cabeza es hacer aún más difícil para los inmigrantes altamente capacitados y educados el poder obtener visas de trabajo, destripando, por ejemplo, el programa "H-1B" y reduciendo el número de visas "L-1", tal y como lo haría el actual proyecto de ley.

Ese es el colmo.

Decir que Estados Unidos tiene la necesidad de atraer a más inmigrantes calificados y ricos como excusa para cerrarle las puertas a los inmigrantes menos educados, pobres, o de color, para después, también cerrarle la puerta a los mejores y más brillantes, es la forma más clara de hipocresía.

No permitamos que esas tácticas tengan éxito!