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Cuando se es jóven, uno quiere hacer
del mundo un lugar mejor.
Algunos optan por hacer una carrera en
el Servicio Público, otros en corporaciones Sin Fines de Lucro,
otros, hacen trabajo Voluntario en sus comunidades.
Pero muchos otros, se vuelven cínicos
acerca de la política.
Ven al sistema como inherentemente
corrupto y dudan de que verdaderos progresos sean posibles.
Pero déjenme decirles: El cinismo es
una profecía autocumplida.
Usted no tiene ninguna oportunidad, si
supone que no la tiene.
Yo nací en 1963, en la República
Dominicana.
Muchas cosas malas pasaron en mi país
en la década del '60: El golpe de estado contra el Presidente Juan Bosch;
la invasión del país por parte de Estados Unidos; el ascenso al
poder de Joaquín Balaguer, junto a los asesinatos de incontables
jóvenes idealistas y progresistas (en los tres primeros años de su
gobierno, 366 personas fueron muertas o desaparecidas por causas
políticas), por sólo mencionar algunos hechos.
Aquí en los Estados Unidos, en esa
misma década, la Guerra de Vietnam llegó a su apogeo.
Más de medio millón de soldados
estadounidenses estaban allí.
Jhon y Bobby Kennedy fueron asesinados.
Malcom X, y Martin Luther King Jr.,
también fueron asesinados.
George ("segregación para
siempre") Wallace era muy popular, y Richard Nixon se convirtió
en Presidente.
Estados Unidos estaba sumido en la
locura.
Los "abortos seguros" eran
casi imposibles de conseguir.
Ser mujer o gay, era una cosa que podia
arruinar la vida y la carrera de cualquier persona.
El movimiento ambiental aún no había
nacido.
Dos terceras partes de las vías
navegables de los Estados Unidos no eran seguras para nadar o pescar
debido a residuos industriales y a las aguas residuales.
Los ríos estaban tan contaminados que
se incendiaban.
Cuando el "Río Cuyahoga"
(una vez el más contaminado de los Estados Unidos) se incendió, la
Revista Time lo describió como el río que "rezuma", en el
que una persona "no se ahoga, sino que se envenena."
En aquellos días, tener Seguro
Universal de Salud era una quimera.
Todo parecía patético.
Muchos asumieron que el país se iba al
infierno, y sin embargo, se produjeron reformas.
América cambió, pero no fue fácil.
Cada paso positivo fue recibido con
resistencia determinada por los llamados "conservadores",
pero la nación se convirtió en mejor y más fuerte porque cambió.
Si me lo hubiesen dicho al nacer, yo no
habría creído que en el curso de mi vida la Corte Suprema de los
Estados Unidos revocaría las leyes estatales contra el matrimonio
inter-racial.
Que las mujeres ganarían derechos
sobre sus propios cuerpos, incluyendo el derecho a tener un aborto
legal, o a convertirse en ejecutivas de grandes corporaciones, o
Secretarias de Estado, o aspirantes a la presidencia.
No hubiese imaginado que hoy, 11
estados les permitirían a los gays y lesbianas el casarse, y que la
mayoría de los estadounidenses apoyarían la igualdad de derechos de
matrimonio.
O que el país tendría una clase
media, de personas de raza negra, grande y creciente.
O la posibilidad de que un hombre
negro, hijo de una pareja mixta, se convertiría en el Presidente de
los Estados Unidos.
Nadie hubiese podido pronosticar que la
tasa de matrícula universitaria de los hispanos podría ser superior
a la de los blancos en el 2012.
O que más del 80% de los
estadounidenses tendrían Seguro de Salud, la mayor parte a través
del Gobierno.
Se acuerdan del "Río Cuyahoga",
el que solía prenderse en fuego regularmente, hoy tiene 44
diferentes especies de peces.
Y más de la mitad de los ríos y
el 70% de las bahías y estuarios de los Estados Unidos, son seguros
para nadar y pescar.
Hoy 200,000 muertes prematuras y
700,000 casos de bronquitis crónica se evitan cada año, porque el aire es más
limpio.
Y que la proporción de niños con
niveles elevados de plomo en la sangre caería de 88% a poco más del
4 por ciento.
Muchos no hubiesemos creído que el país
fuese capaz de hacer tantos cambios positivos.
Sin embargo, se logró.
Y es sólo el inicio.
Y es sólo el inicio.
La desigualdad
económica, la reducción de la clase media, el calentamiento global,
la corrupción administrativa, el racismo, la discriminación de cualquier tipo, y hasta la reforma
migratoria, todo y más, va a ser abordado, y se van a resolver.
Para seguir avanzando, y para evitar
dar pasos hacia atrás, se requiere firmeza, coraje, inteligencia y
mucha paciencia.
Pero lo genial de Estados Unidos radica
en su capacidad de adaptación y pragmatismo.
Los estadounidenses creen en el
progreso social, ya que nacen en el.
Es el credo nacional.
¿Quiero decir, ...entiendo el cinismo
de muchos de nuestros jóvenes, ya que hoy la cosa se ve bastante
desesperada, pero, créanme, no lo es.
No si todos nos empantalonamos y nos mantenemos unidos.