martes, 5 de marzo de 2013

Todos Los Inmigrantes Son Emprendedores

Por Aníbal E. Melo
AnibalMelo@Yahoo.com


"Los dogmas del pasado son inadecuados en un presente tormentoso. La ocasión se amontona de dificultades, y debemos elevarnos con ella. Como nuestro caso es novedoso, debemos pensar de nuevo y actuar de nuevo. Debemos liberarnos, y podremos a continuación, salvar nuestro país".
Abraham Lincoln, 1862
Un mes antes de la firma de la "Proclamación de Emancipación"



Debido a que los inmigrantes son muy emprendedores, no tengo dudas de que una Reforma Migratoria Comprensiva va a desatar una asombrosa actividad empresarial en todo Estados Unidos, sin importar si los beneficiarios sean profesionales o no.

Una persona indocumentada a la que se le proporciona un estatus legal, puede iniciar un negocio sin necesariamente tener que ser un graduado en los campos de la ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas.

Muchos de los futuros beneficiarios de CIR son sobrevivientes y empresarios naturales. Muchos son profesionales en sus países de origen, y otros se han educado en Estados Unidos pero no pueden asistir a las universidades de sus sueños.

Reformar un sistema que no funciona, e incluir la legalización de millones de inmigrantes indocumentados, así como proporcionar vías más rápidas y más sensibles para inmigrar legalmente, podría desencadenar una nueva ola de riqueza en la nación.

Incluso un restaurante o una cadena de supermercados pueden crear cientos o miles de puestos de trabajo, por lo que la inmigración no debe ser vista como algo que no suma nada.

Y es que dar oportunidades de desarrollo a los extranjeros en los Estados Unidos, puede resultar en más empleos para los estadounidenses nativos.

De acuerdo con un informe patrocinado por El Instituto Cato: "Los beneficios económicos de la Reforma Integral De Inmigración", la legalización de 11 millones de inmigrantes sería equivalente a añadir más de 1.5 billones al PIB en 10 años.

Dicho estudio examinó su impacto bajo tres escenarios:

1 -. Un programa de legalización que en última instancia se traduciría en un camino hacia la ciudadanía;
2 -. Un programa de trabajadores temporales sin posibilidad de lograr una residencia permanente; y
3 -. La deportación de todos los inmigrantes indocumentados.

También concluyó que la deportación de dichos indocumentados costaría al país $2.6 billones en PIB dejado de expandir, en un período de 10 años.

Para mi, esto pone al debate en otra perspectiva.

Si uno cree, que el único propósito de la inmigración es crear riqueza, dar rienda suelta a la creatividad y fomentar la productividad, debemos de centrar nuestra atención en atraer empresarios y profesionales altamente calificados.

Sin embargo, si uno se preocupa por la justicia social, entonces uno tiene que defender un enfoque mucho más amplio.

Todo se reduce a lo que uno piensa que es lo más importante, o a lo que uno cree que tiene legitimidad moral verdadera.

Para aquellos que pensamos que la inmigración se debe utilizar para lograr más justicia social, y reunificar a las familias, la inmigración solamente con fines laborales, aunque buena, no es moralmente legítima.

Pienso que la reforma de la ley de inmigración, debe realizarse principalmente, con el objetivo de ayudar a las personas y para luchar contra la intolerancia, la pobreza y contra las injusticias.

De todas maneras, el auge económico que una política de inmigración inteligente encendería en Estados Unidos, va a ser multi-generacional.

Sus beneficios, serán el poder captar la energía empresarial y laboral de la presente generación de inmigrantes y transformar y expandir los diversos talentos de las generaciones venideras.

Precisamente cuando la economía estadounidense no está intrínsecamente dinámica, la percepción del papel que los inmigrantes deberían de estar jugando en ella también debería evolucionar.

Por esta razón, me doy cuenta de que una política de inmigración inteligente sólo puede existir en una sociedad compasiva donde la movilidad social es utilizada como un lubricante de cohesión nacional.

Reconozco que la inmigración es un activo que hay que saber controlar, pero que al igual que en otros momentos de gran transformación en la historia de América, este es el momento de hacer algo nuevo y positivo en ese aspecto.

Recordemos las palabras de Abraham Lincoln escritas al principio de este artículo

Creo que habló como si estuviese viviendo en nuestro tiempo.

Usted, qué cree?