http://www.AnibalMelo
"Cristo al servicio de quién, preguntaba Jaime Obrero: Al servicio de unos pocos que se lo llevaron preso, disfrazandolo de lujos, sabiendo que él es del pueblo. Lo tienen encarcelado en palacios de concreto y puro marmol, templos que no se parecen a las casas de mi pueblo... A Cristo hay que liberarlo, el siempre quiso ser pueblo. Hoy lo explotan los de arriba ricos, iglesia y gobierno."
Canción del Grupo Venezolano Los Guaraguao
Autor: Eduardo Martinez, 1974.
Los guaraguao |
De allí, obedeciendo un mandato de Dios, marchó con su mujer, Sara, y con todo su séquito a Canaán, donde llevó una vida nómada.
A raíz de una hambruna, se trasladó a Egipto. Luego se estableció en la llanura de Mamré (actual Israel), cerca de Hebrón.
En la historia de la alianza de Dios con Abraham, tres extranjeros van a la casa de Abraham y Sara, y estos les dan la bienvenida con una comida de lujo.
Los extranjeros resultan ser ángeles de Dios que los bendicen con la noticia de que van a tener un hijo a su avanzada edad.
El testimonio bíblico es claro como un cristal cuando se trata de cómo los cristianos deben sentir y actuar hacia los inmigrantes.
En la Biblia hay una visión coherente de bienestar hacia la comunidad, y de énfasis constante en la justicia, gracia y amor al prójimo, hacia los que están en necesidad.
Abraham y Sara
|
En Estados unidos, desde hace años, hemos estado argumentando a favor o en contra de los inmigrantes indocumentados, utilizando sólo tres conceptos: Leyes, dinero y política.
El cuarto componente de este debate, la cuestión moral, ha sido ampliamente ignorado por el público en general, por las legislaturas, e incluso por la mayoría de la comunidad religiosa del país.
Respeto y apoyo firmemente la defensa de las leyes de Estados Unidos, pero también conozco los siguientes mandatos bíblicos:
"Cuida a los indefensos entre nosotros" (Mateo 25:34-40);
"Atiende a los extranjeros que residen en nuestra tierra" (Levítico 19:34; Hebreos 13:2);
Jeús El Peregrino |
"Actua con justicia y misericordia (Micah 6:8);
Jesús mismo fue un inmigrante, que vino para indicar el camino de regreso a Dios (2 Corintios 8:9, Filipenses 2:5-8).
Siendo niño Jesús y su familia vivieron en calidad de refugiados, obligados a huir de la ira del rey Herodes, y a encontrar refugio en Egipto hasta que la amenaza pasó (Mateo 2:13-23; 8:20).
Aunque algunos líderes religiosos han presionado a sus respectivas legislaturas por un enfoque más compasivo con los inmigrantes, ni los Estados, ni la mayoría de las iglesias han abordado abierta y públicamente el tema.
Pienso, que las iglesias, los medios de comunicación y otros grupos se están haciendo de la vista gorda con este inmenso problema. No sé por qué.
Algunas Conferencias de Iglesias, han pedido a sus legisladores estatales que desarrollen un nuevo tono en el debate sobre la inmigración.
Una de las funciones de las Iglesias es defender la dignidad humana de todas las personas, por lo que sus dirigentes deberían pedirle a los legisladores de sus estados, que demuestren compasión y coraje, y que rechacen los llamados en pro de más de propuestas anti-inmigrantes, presentadas a travez de las legislaturas.
En mi opinión, las mismas no responden a legítimas preocupaciones de seguridad pública, sino a odio hacia los extranjeros.
Pienso que muchos problemas que unen a los feligreses en el púlpito, los dividen en las urnas.
Pero, la dificultad moral con las legislaciones de odio, es que se proponen con el propósito fundamental de hacerle la vida imposible y bien miserable a millones de buenas personas.
La compasión de Jesús se extiende a todos, incluso a los indocumentados.
Ellos también son nuestros vecinos y buscan lo que todos buscamos.
En lugar de verlos como "malhechores" sería más útil si realmente entendemos que Jesús ama a todos los seres humanos, y en lugar de aprobar leyes draconianas, tratemos de entender la visión de su amor y de encontrar remedios para los males sociales que obligan a las personas a cruzar la frontera buscando trabajo o huyéndole a la violencia.
Jesus Curando |
Dios enseña que todos tenemos derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad.
Esos argumentos, no pueden ser ignorados por los miembros de las comunidades de fe.
Debido a que la Biblia incluye múltiples pasajes de acogida, cuidado, y amor a los extranjeros, es nuestro deber, hablar y hacer que las cabezas de las diversas denominaciones cristianas, le recuerden a todos sus miembros este mensaje de la Biblia:
"Cuando venga el Hijo del hombre con todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Todas las naciones se reunirán delante de él, y él separará unas de otras, como el pastor separa las ovejas de los cabritos.
Entonces el rey dirá a los de un lado:
«Venid, benditos de mi Padre, tomad posesión del reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me diste de comer; tuve sed, y me diste de beber; era forastero, y me alojaste; estaba desnudo, y me vestiste; enfermo, y me visitaste; en la cárcel, y fuiste a verme».
Entonces le responderán los justos:
«Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te alimentamos; sediento y te dimos de beber?; ¿Cuándo te vimos forastero y te alojamos, o desnudo y te vestimos?; ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?».
Y el rey les responderá:
«Os aseguro que cuando lo hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis».
Jesús sabía lo que era ser un extranjero, y un refugiado, y el enfrentar los desafíos de la asimilación y la integración, el dolor de la pérdida, el ostracismo y el rechazo.
Y tu, lo hubieses deportado?
«Os aseguro que cuando lo hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis».
Jesús sabía lo que era ser un extranjero, y un refugiado, y el enfrentar los desafíos de la asimilación y la integración, el dolor de la pérdida, el ostracismo y el rechazo.
Y tu, lo hubieses deportado?