jueves, 14 de marzo de 2013

Reforma De Inmigración, Política Y Fe

Por Aníbal E. Melo


Hace cincuenta años, miles de estadounidenses valientes salieron de su zona de confort y se enfrentarón a un sistema de segregación injusto que no sólo degradaba al negro de los Estados Unidos, sino también a la América blanca

Me sorprendo al conocer las historias de complacencia que tuvieron muchos empresarios e iglesias frente a una norma social inmoral.

Me sorprendo con la valentía de dos estudiantes negros dispuestos a enfrentar el odio del Gobernador George Wallace, en las puertas de una Universidad en Tuscaloosa, Alabama.

Al igual que entonces, Estados Unidos se enfrenta ahora a un momento de auto-examen de conciencia debido al actual sistema de inmigración obsoleto, irracional y deshumanizante.

Hace cien años, Estados Unidos dejaba venir a los interesados hacia sus costas sin mayores restricciones.

Ahora, el bizantino sistema de inmigración estadounidense alienta el hecho de que los nuevos inmigrantes tengan que poner sus vidas en pausa para algún día quizás poder venir y tratar de alcanzar el sueño americano para sus familias.

Sufrimos un sistema que torna en delincuentes a los dueños de negocios por contratar a personas que hacen los trabajos que nadie desea, de lo que se benefician todos los estadounidenses.

Sufrimos de un sistema que legaliza la "trata de trabajadores" y las violaciones de los derechos humanos de las personas que tienen que laborar en la clandestinidad.

Pienso que el debate sobre inmigración trata de la misma naturaleza de lo que realmente es Estados Unidos.

Sus creencias, moral y necesidad de compartir los derechos inalienables que sus antepasados inmigrantes legarón a la humanidad hace 238 años.

Y es que la aceptación de un sistema legal injusto, disminuye la esperanza de igualdad, justicia, progreso y busqueda de la felicidad que tanto pregonaron los Padres fundadores desde el inicio del país.

¿Son estos los valores de la Constitución y la Declaración de Independencia?

Es esta la teología cristiana de los estadounidenses?

¿Permitiendo la intolerancia es la forma en que vamos a seguir educando a nuestros hijos y nietos?

Muchos empresarios susurran que necesitan y valoran a sus empleados como individuos y que son fundamentales para la recuperación de la economía estadounidense, pero esas voces deben ser elevadas con fuerza y convicción frente a los Representantes estatales y federales.

Como dijo el Dr. King: "El mal triunfa cuando los hombres buenos no hacen nada".

Mientras que las iglesias y las organizaciones de caridad han mostrado grandes actos de bondad en favor de muchas familias vulnerables que han inmigrado al país, sus líderes no han exijido colectivamente el fin de un sistema que ha destruido a las mismas por años.

Un sistema que dice "ponte al final de la línea", que significa: "Espera y pierde veinte años de tu vida".

Unas leyes que permiten que exista un sistema de dos castas respecto de los derechos de los trabajadores del país.

Me complace el ver a cientos de jóvenes, sobre todo de las comunidades latinas, que comienzan a protestar pacíficamente, como lo hicieron los jóvenes afro-americanos hace cincuenta años.

Su valentía en la intensificación de la lucha pro-inmigrante, sin garantías legislativas, ha sido muy importante, ya que sin ellos, no estaríamos teniendo una discusión sobre una Reforma Integral de Inmigración.

Lo que queda es que el Congreso haga lo correcto sin importar "el costo político", y marche a través del puente de la igualdad, a pesar de tener oposición vehemente en sus diversos Estados o Distritos electorales.

Recordemos que en su carta "Desde La Cárcel De Birmingham", el Dr. King escribió:

"La injusticia en cualquier parte, es una amenaza para la justicia en todas partes ...".