lunes, 11 de junio de 2012

Si No Votamos, No Importamos!


                                                                                                         
Por Aníbal E. Melo

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Por más de una década, los hispanos, hemos tenido una pauta arraigada de casi no participación en las elecciones, pero la creciente población latina de la nación es una de las fuerzas más poderosas por cuyo favor tienen obligatoriamente que trabajar los candidatos y los partidos políticos.

A mi modo de ver, existen una serie de razones por las que los latinos no nos estámos registrando o votando en números que reflejen plenamente nuestra fuerza, por lo que el potencial en las urnas no se está aprovechando al máximo, pero el potencial sin explotar está ahí.

Más de 21 millones de latinos son elegibles para votar en noviembre de este año, agrupados en estados como Colorado y Florida, así como en otros menos obvios, como Illinois, Iowa, Carolina del Norte y Virginia, sin embargo, poco más de 10 millones están registrados, y menos aún, saldrán a votar.

En la elección presidencial del 2008, hubo un récord de 10 millones de latinos que se presentaron a las urnas en todo el país, pero eso sólo representó la mitad de los votantes elegibles.

Por el contrario, de acuerdo con un estudio realizado por el Pew Hispanic Center, el 66% de los blancos y el 65% de los negros elegibles votaron.

Esa disparidad se pudiese reflejar en el resultado electoral de los estados indecisos de todo el país.

Aunque los latinos no nos presentamos a las urnas en grandes números, en relación con nuestra población, las cifras globales están creciendo tan rápidamente que estamos a punto de convertirnos en la fuerza decisiva de la política estadounidense, efecto que sólo se vería agravado si de alguna manera los porcentajes de voto de otros grupos étnicos comienzan ha aumentar.

Nuestro segmento del electorado estadounidense está en expansión, con crecimiento casi explosivo en lugares como California y Texas, y en un número creciente de estados indecisos como Arizona, Colorado, Florida, Nevada y Nuevo México.

Nuestra pasiva presencia en esos estados políticamente importantes sólo ha alimentado la frustración de los organizadores latinos por nuestra falta de participación en las urnas.

Y es que el crecimiento de la población hispana no ha ido acorde con votaciones más altas en las últimas elecciones presidenciales, lo que ha tenido el efecto de presentar una supuesta apatía política entre los votantes latinos.

Sí, el crecimiento de la población hispana ha llevado a aumentos en el voto latino cada año, pero todavía tenemos que enfrentar la brecha de inscripción que es bastante significativa.

Según las últimas encuestas, los votantes latinos apoyamos abrumadoramente a Obama sobre Romney.

La ira contra los republicanos por apoyar leyes de inmigración duras, es potencialmente perjudicial para Romney, especialmente luego de una primaria en la que los candidatos dijeron que apoyaban ese tipo de leyes.

Sin embargo, la persistente preocupación de lo que muchos vemos como el fracaso de Obama en cumplir sus promesas de reformar el sistema de inmigración, así como la dificultad de su gestión con la economía, parecen estar produciendo una desconfianza general contra el Presidente.

Por otro lado, el número de latinos con derecho a voto a nivel nacional puede hacer exagerar nuestra influencia real.

Si bien la afluencia de los votantes más jóvenes está ayudando a empujar hacia arriba el número total de electores, los votantes más jóvenes han estado históricamente y de manera desproporcionada desinteresados en la política.

La suerte para Obama es que la ola anti-republicana de los votantes hispanos, que comenzó en California en el 1994, con una reacción a una iniciativa de los votantes del estado respaldada por los republicanos que prohibía a los inmigrantes ilegales el uso de los servicios públicos, ahora recorre a Arizona, Colorado, y Texas.

Creo que muy pronto todos los estados estarán en ese mapa.
Los demócratas y los republicanos han reconocido el creciente poder de los votantes latinos por más de una década.

Los asesores de George W. Bush, identificaron en repetidas ocasiones a los hispanos como central para la construcción de una coalición electoral de larga duración.

Sin embargo, el posicionamiento republicano se ha reducido drásticamente en la medida que ese  partido se ha identificado con las políticas duras que se centran en los inmigrantes indocumentados.

Los republicanos también han presionado para imponer duras restricciones sobre el registro de votantes, que los demócratas y los grupos atacados vemos como una forma de desalentar a los hispanos, entre otros, a la votación.

Pienso que los hispanos tenemos profundas reservas contra los dos partidos, pero cuando oigo decir a muchos latinos que son ciudadanos estadounidenses que no están registrados para votar, me preocupo. No nos estamos ayudando unos a otros.

Veo en nuestra comunidad mucha frustración, rabia, decepción y miedo.

Y es que por un lado, tenemos a un Presidente que decía apoyar totalmente a nuestra comunidad, pero lo que nos ha ofrecido es deportaciones masivas, y por el otro, a un candidato republicano que dice: "Todos se auto-deportarán, ya que los vamos a tratar como si fuesen animales".

Recuerden, si no votamos, no importamos!