Por Aníbal E. Melo
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El Congreso inició su receso de verano
la semana pasada, y no volverá a reunirse hasta después del "Día
del Trabajo".
Con estos legisladores, a todos se nos
perdona el hecho de no darnos cuenta de la diferencia entre su
ausencia o presencia.
Con sólo 15 proyectos convertidos en
ley en lo que va del año, el Congreso Número 113 está en camino a
convertirse en el más improductivo en 70 años.
Pero sólo porque los legisladores no
quieran trabajar, no significa que el resto del Gobierno también.
Por causa de eso, la toma de decisiones
nacionales se ha trasladado hacia otras entidades públicas federales
o locales.
La parálisis del Congreso ha forzado
hasta a la Corte Suprema a entrar en la refriega política.
Normalmente, el activismo judicial de
los últimos años hubiese sido sustituido por acción Congresual.
Pero no ahora.
Para muestra, bastan unos botones:
La opinión de la mayoría escrita por
el Juez Anthony M. Kennedy en el caso del 2010 "Ciudadanos",
que derogó los límites en las contribuciones a las campañas hechas
por las Corporaciones, descansó en gran parte en la presunción de
que el Congreso le requeriría a las empresas el revelar sus gastos
políticos.
Sin embargo, ningún proyecto de ley
requiriendo a las empresas el airear esa información ha sido
presentado.
Por otro lado, la decisión del verano
de la Corte Suprema en el caso "Condado de Shelby Vs. Holder"
entregó al Congreso la tarea de crear una nueva Fórmula para
decidir qué estados y localidades deben requerir permiso del
"Departamento de Justicia", bajo la Ley de Derechos
Electorales, para realizar cambios en sus procesos comiciales.
Pero la parálisis legislativa del
Congreso hace que la creación de cualquier nueva Fórmula, sea
altamente improbable.
Es por eso, y con esa perspectiva en
mente, que el Presidente del Tribunal Supremo, John G. Roberts Jr.,
voto el año pasado en favor de la "Ley de Asistencia Asequible" (ACA = Obamacare), probablemente reflejando un temor razonable, de
que de lo contrario, el alto Tribunal sería visto como un campo más
para la batalla política partidaria.
En estados Unidos, la regulación de la
política nacional ha ido a parar a manos de los Gobiernos Estatales,
que lidian con todo, desde el control de armas, los matrimonios de
los gays, los abortos y hasta la inmigración.
Mientras que pienso que es bueno que
muchos asuntos políticos se les dejen a los Estados, otros problemas
claman por normas federales.
Es más, el público estadounidense ni
siquiera sabe que instituciones tales como - la Reserva Federal, la
Corte Suprema, la EPA, las ciudades y los Estados - toman a diario
decisiones políticas con implicaciones nacionales.
Los miembros republicanos de la Cámara
paridos por el Tea Party, - en rebelión abierta contra el GOP -
están probablemente satisfechos con el estancamiento legislativo
federal, ya que a ellos les gustaría que el Gobierno se paralice y
deje totalmente de funcionar.
Lo que ellos no comprenden, es que sus
esfuerzos sólo han inclinado el "poder" hacia otras partes
del sistema.
Algunas de las instituciones envueltas,
toman decisiones coherentes con los valores conservadores: La Corte
Suprema y algunos Gobiernos estatales, por ejemplo.
Otras toman sus decisiones basados en
principios liberales: La Casa Blanca, y los Gobiernos estatales
azules, etc.
Pero en mi opinión, lo que realmente
está paralizado ahora es la democracia.
Es por todo eso que he estado
escribiendo sobre la necesidad de tener un "Plan B" para la
Reforma de Inmigración.
Sí, creo que los Republicanos de la
Cámara podrían tratar de someter al Presidente Obama si este emite
una Orden Ejecutiva para la legalización de millones de
indocumentados en el caso de que la Casa de Representantes mate la
Reforma migratoria 2013.
Sin embargo, como muchas otras cosas
que la Casa está "amenazando" con hacer en estos días,
esto sólo sería un gesto vacío, debido a que la posibilidad de
que el Presidente sea removido de su cargo por un Senado controlado
por los demócratas es cero.
Pero imagino, que montar un Circo para
realizarle un juicio político a Obama, es el sueño de muchos
republicanos de ultra derecha.
En opinión de algunos de ellos, hasta
el hecho de que el Presidente haya nacido, parece ser motivo
suficiente para realizarle un juicio político.
Lo que ellos no saben, es que desde el
punto de vista del resto de la nación, un Juicio Político al actual
Presidente, podría ser considerado por muchos como una "insignia
de honor".
Señal de que este Presidente realmente
esta haciendo algo en favor de América, por lo que se ha convertido
en el blanco de una loca ultra derecha.
Eso no me preocupa.
Un obstáculo más serio contra una
Orden Ejecutiva de legalización podría ser un recurso judicial
basado en razones constitucionales.
Es cierto que el Ejecutivo tiene un
gran margen de maniobra en la administración de las leyes de
inmigración, pero no es ilimitada.
Además, es algo de doble filo.
Si un Presidente demócrata tiene el
poder para legalizar a millones de personas con el golpe de una
pluma, que podría parar a un Presidente republicano futuro para
revocarle las visas o tarjetas verdes e incluso la naturalización, a
través de una acción administrativa basada por ejemplo en razones
de "seguridad nacional".
Pienso que si Obama en algún momento
legaliza unilateralmente a los indocumentados, la Corte Suprema
intervendría, tal y como lo hizo en 1952, cuando el Presidente Harry
Truman trató de nacionalizar la industria del acero durante la
guerra contra Corea.
¡Qué tremendo alboroto hubo cuando el
Tribunal Supremo invalidó ese intento del Presidente, a pesar de que
cada uno de los nueve jueces que conocieron el caso había sido
designado o por Truman mismo, o por su predecesor demócrata,
Franklin Roosevelt.
Si el Presidente Obama emite una Orden
Ejecutiva o "Plan B", después de que el Congreso se haya
negado a aprobar la legalización, me pregunto:
¿Qué posibilidades tendría dicha
acción en una Corte Suprema actualmente dominada por los
republicanos?
Dudo incluso de que alguno de los
jueces nombrados por el propio Presidente Obama lo apoye.
De todas formas, incluso si el Congreso
finalmente aprueba a "CIR", es muy probable que enfrentará
un desafío constitucional de inspiración republicana, así como en
el caso de ObamaCare.
Todos recordamos, que la ley "ACA"
sobrevivió el Tribunal Supremo por un solo voto.
Así, que si alguna vez hay una
Conferencia entre el Senado y la Cámara para conciliar a "CIR",
como algunos optimistas seguimos convencidos de que habrá, los
congresistas pro-inmigrantes deberán de tener mucho cuidado de que
la nueva ley migratoria no contenga píldoras envenenadas sustantivas
en su versión final, y de eliminar las posibles trampas
Constitucionales también.
Es mi deseo!