En un aparente momento de sinceridad, el Representante por Wisconsin, Paul Ryan dijo que pensaba que era "cool" que un afro-americano fuese el Presidente.
En la siguiente respiración se apresuró a añadir que no le gustaba nada más acerca de Obama.
Con "nada más", se refería a como Obama ha gastado en los programas de salud, educación y empleo que ayudan a los pobres y a las minorías.
Esos gastos han sido una herejía para Ryan.
Por su lado, todos conocemos su implacable plan presupuestal de reducción de gastos. Recorta miles de millones al Medicaid y al Medicare, y más de un billón al programa de estampillas de alimentos durante la próxima década.
Gracias a Dios, el plan de tala y quema de Ryan, no ha podido ser implementado durante su mandato como Presidente del Comité de Presupuesto de la Cámara. Pero ahora que podría ser Vice-presidente de Estados Unidos, estaría en una posición de mando para poder hacer de su plan de recorte de gastos una realidad.
En el pasado, la Vice-presidencia era poco más que un cargo ceremonial. Un título sin aplomo, un cargo con poca autoridad, sin real poder y sin casi nada que hacer para moldear o cambiar la política pública.
Antes, los candidatos presidenciales elegian a sus Vice-presidentes sobre todo para apuntalar su percepción de debilidad política o ideológica, ya sea por sectarismo, inexperiencia, imagen o por su experiencia en la política nacional o extranjera.
El Vice-presidente estaba allí para equilibrar la boleta, y ayudar a la victoria del candidato presidencial, y nada más. Pero eso era en un pasado distante.
La selección de la Vice-presidencia se ha transformado en un juego de altas apuestas en la evolución de la política.
El Vice-presidente es ahora mucho más que una forma de revestir la fórmula presidencial. Él o ella debe ser capaz de ayudar realmente al candidato presidencial a ganar en primer lugar, o en el peor de los casos, a no ayudar a perder.
Pero el Vice-presidente se ha convertido en mucho más que eso.
El Vice-presidente esta ahora directamente involucrado en la discusión, la aplicación e incluso ayudando a formular la política nacional y extranjera.
Se le consulta y hace recomendaciones sobre las principales decisiones políticas.
A menudo son los sicarios utilizados para las cuestiones de políticas controvertidas y durante la campaña electoral, dicen lo que el candidato a Presidente a menudo no puede decir.
En cualquier caso, el Vice-presidente se encuentra a menudo en el centro de la política presidencial y el debate político nacional.
Fue elegido en gran parte, no para equilibrar la boleta republicana, sino por su plan de presupuesto.
Un Romney en la Casa Blanca no sólo lo va a escuchar, sino que va a basarse en gran medida en él con respecto de las decisiones políticas que afectan los gastos de importantes programas nacionales.
Esto vendría en el peor momento posible para los pobres y las minorías.
En Estados Unidos, los pobres no sólo son cada vez más pobres, también son más numerosos que en cualquier momento del último medio siglo y han caído aún más atrás en la disparidad de riqueza e ingresos.
Por su lado, informes confirman repetidamente que un número desproporcionado de pobres son negros e hispanos.
Una de las razones más importantes del incremento de la pobreza, son los recortes incesantes en los gastos federales de los programas de atención de salud, educación, empleo y formación profesional, asi como por los recortes masivos y la reducción del personal en el sector público.
Esto ha sucedido, al mismo tiempo en que ha habido un salto colosal positivo en las fortunas de los ricos y de las grandes corporaciones.
La riqueza de la clase empresarial, se ha disparado a través de impuestos benignos y de un sistema de regulación que da ventaja a las compañías sobre el resto de los contribuyentes.
El plan de Ryan sería un sueño hecho realidad para los ricos.
Sería ser aún más generosos en los recortes de impuestos para ellos, sin hacer absolutamente nada para asegurarse de que el regalo de los recortes de impuestos beneficie la creación de empleos.
Los recortes de Ryan dejarían la red de seguridad social para los pobres, hecha jirones, por los suelos.
No hace falta ser un adivino para predecir que el número de pobres se disparará aún más en el marco del plan de Ryan.
Ryan sabe que está en una posición dominante.
Amy Kremer, líder del Tea Party, ha afirmado que la selección de Ryan "demuestra" que Romney se ha comprometido con su plan de presupuesto.
Por desgracia para los pobres, un Presidente Romney y un Vice-presidente Ryan en la Casa Blanca, podrían hacer que esa pesadilla se convierta en una cruda realidad.