Me pongo a pensar en una realidad que existe, más de lo que creemos.
Hay pobres, que votan en favor de la ultra derecha rica y poderosa. Y, hay ricos que votan en favor de la izquierda y de los pobres.
Lo que me deja alucinado es que en todas partes se pueden ver grupos nutridos de gente (lease pobres, obreros, trabajadores) sudando la camiseta, y vociferando: "¡Que viva Mitt Romney!!
¿Pagados?... Algunos... ¿por amor al arte? Pues... La mayoría.
Hoy día en Estados Unidos, si hablas con algunos taxistas, obreros, o cajeras de supermercado, puedes escuchar una frase mortífera, que cae en mis oídos como martillo de ignorancia en yunque de desespero: "Romney es rico, por lo que debe saber mucho de economía."
Es cierto que muchos pobres van a votar en noviembre por los republicanos por convicción, porque van con su ideología de mimar a los ricos, de ir en contra del aborto, en contra de las uniones homosexuales, en contra de la igualdad, o porque tienen fe divina de que les va a ir mejor junto a un millonario, y punto.
Son los pobres derechistas.... Así como hay ricos izquierdistas.
Ricos como Warren Buffet, que no le temen a que le suban los impuestos.
Cierto que en esta onda de ser "izquierdista de caviar", también se es ¡Cool!
De todas formas, si me pongo la difícil tarea de querer entender este juego, entendería más a un rico de izquierda, que a un pobre de derecha.
Jamás entenderé por qué va a votar por Mitt Romney, un empleado de una maquiladora, que se rompe el lomo por casi nada, al que no le pagan vacaciones, que no tiene seguro de salud, con alguien en su familia indocumentado, y al que lo pisotea su patrón.
Al menos el rico, tiene para comer y dormir tranquilo, y si es su deseo el unirse a la causa de los pobres, es porque le da la gana.
Fundamentalmente, lo que siempre he pensado, es que se es de derecha, dependiendo de cuántos ceros a la derecha, siempre a la derecha, tiene tu cuenta bancaria, de tal forma que se establece una relación directa de proporcionalidad entre una cosa y la otra.
Así, a medida que aumenta la una, mayor es la otra.
Por otro lado, hay algunos izquierdistas que agarran la pancarta o salen a que algún tarado con casco y escudo les de una paliza monumental no a cuento de sus convicciones ideológicas sino de las cuentas que hacen sobre el incremento que se derivará en su patrimonio.
No sé... y sigo pensando en ambos especímenes, ya que no existe más surrealismo que en el campo de la política.
Doy fe. Aunque los de la fe también se las traen!