Por Aníbal E. Melo
Los buenos augurios de una posible
nueva ley de reforma migratoria en el 2013 continúan
multiplicándose.
Primero fue el anuncio del Congresista
Gutiérrez el 4 de enero de que iba a renunciar a 20 años de
antigüedad en el Comité de Servicios Financieros para unirse al
Comité Judicial de la Cámara - punto focal importante para la
reforma migratoria 2013.
Esta decisión asegura que habrá
alguien que se preocupa por los inmigrantes con su corazón cuando el
Comité Judicial de la Cámara retome las nuevas propuestas de
inmigración.
La buena voluntad para con los
inmigrantes es un sentimiento compartido por algunos en ese comité,
pero no por todos, tanto republicanos como demócratas, cuya visión
de América no acaba de incluir a los inmigrantes en la forma en que
debería.
Pisándole los talones a esa noticia
hemos presenciado - cuéntenlos - uno, dos y tres gestos de apoyo a
la Reforma Migratoria por parte de algunos de los posibles
pre-candidatos presidenciales republicanos para el 2016.
El Senador Rubio, de Florida anunció
los principios de su reforma migratoria en una entrevista para el
"Wall Street Journal".
El Representante Paul Ryan, apoya la
visión expansiva de inmigración del Sr. Rubio.
Y el ex-Senador Santorum ha dicho que
la reforma migratoria debe ser una prioridad legislativa de Obama.
Ninguno de ellos puede ser
caracterizado como "moderado" o "centrista".
Todos son conservadores, y parte del
ala derecha del partido republicano.
Con todos ellos ahora alineados en
favor de la reforma migratoria, con seguridad se puede decir que un
número suficiente de miembros del Partido Republicano en el Congreso
están ahora a bordo para regalarle al país una nueva ley de
inmigración.
Sin embargo, no se preparen para la
celebración de la victoria todavía.
Hay una manada de demócratas, que se
preocupan más por ellos mismos que por los indocumentados.
Esos demócratas saben que el mantener
la reforma migratoria "pendiente por hacer", puede seguir
manteniendo a los republicanos a la defensiva en este tema.
Para muchos demócratas, los
inmigrantes son sólo una herramienta para mantener a su partido en
el poder.
Por lo tanto, su prioridad es retrasar
cualquier proyecto de ley de inmigración tanto como les sea posible.
Se sigue hablando de acción para
finales de la primavera. De un proyecto de ley del Senado para
finales del verano y tal vez, sólo tal vez, acción en la Cámara,
en el otoño.
Creo que dicho retraso puede matar
todas las posibilidades de lograr una nueva ley de inmigración.
Estos demócratas anti-inmigrantes no
tienen problema con dejar que los inmigrantes sufran, con tal de que
la culpa pueda ser colgada del cuello de los republicanos.
Naturalmente, uniéndose a esos
demócratas anti-inmigrantes hay un número bastante grande de
anti-inmigrantes republicanos que creen que lo peor que le pasó al
país fue la rendición del General Lee en Appomattox Court House en
1865, y que el mejor curso de acción para los Estados Unidos radica
en asegurar que los no blancos se mantengan lo más lejos posible de
sus orillas.
Si la reforma migratoria no se produce
en el año 2013, sería a causa de una alianza impía entre dos
grupos: anti-inmigrantes demócratas y republicanos.
La buena noticia, sin embargo, es que
muchos demócratas insisten en "acción ahora".
El Congreso ha tenido cuatro
importantes proyectos de ley sobre inmigración en los pasados 8
años, incluyendo el McCain-Kennedy.
Todos los temas, el lenguaje
legislativo y las políticas se entienden muy bien.
No hay ninguna razón del por qué la
Cámara no pueda echar a rodar la pelota sobre este tema.
Estoy muy entusiasmado ante la
perspectiva de que, algún día en este 2013, las humillaciones
diarias y el miedo existente entre los inmigrantes de la nación serán cosa del pasado.
Cada persona que haga que ese día
llegue rápido, es un verdadero patriota americano y tendrá,
ciertamente, el agradecimiento de todos los estadounidenses.