Por Aníbal E. Melo
AnibalMelo@Yahoo.com
Las redes sociales son estructuras
compuestas por grupos de personas, las cuales están conectadas por
uno o varios tipos de relaciones, tales como amistad, parentesco,
intereses comunes o que comparten conocimientos, e ideas de libre
expresión.
Esas redes operan en muchos niveles, desde las relaciones familiares hasta las políticas, por lo que desempeñan un papel crítico en el grado en el cual los individuos o las organizaciones alcanzan sus objetivos y reciben las influencias.
Como muchos otros, he trabajado durante
años para lograr que los estadounidenses piensen expansiva y
compasivamente sobre el tema de la inmigración.
En un tiempo dominado por el fracaso de
lo que se ha llamado "Reforma Migratoria Integral", he
argumentado que los inmigrantes impulsan el crecimiento económico,
pagan impuestos, agregan valor a la cultura, y no le quitan los
puestos de trabajo a los nativos.
La mayor parte del movimiento de
derechos de los inmigrantes se ha concentrado en ganar esa batalla
política, y por un tiempo, realmente pareció posible.
Pero, en la primavera del 2007, se
presentó el último proyecto de ley de inmigración decente, mismo
que escrito por John McCain y Ted Kennedy murió en el Congreso.
Luego, han habido otros proyectos de
leyes, cada uno con más refuerzo y menos legalización.
La elección del Presidente Obama en el
2008, pareció un signo de esperanza, pero se negó a seguir adelante
sin los republicanos y luego, ha deportado en cifras récord.
Los republicanos moderados sobre este
tema se han vuelto escasos.
Los demócratas también se han movido
hacia la derecha.
Han adoptado un lenguaje severo y hacen
hincapié en la aplicación de la ley actual.
El movimiento de derechos de los
inmigrantes, con toda su viveza y profundidad, ha ido perdiendo la
lucha política.
Pienso que eso es debido a que ha ido
perdiendo la lucha cultural sobre la identidad de la nación, lo que
limita su capacidad de enmarcar el debate.
Si vemos la televisión, nos damos
cuenta que Hollywood cuenta la misma historia una y otra vez:
Estadounidenses y atribulados agentes de la ley enfrentando a las
hordas de "extranjeros criminales" que entran por la
frontera.
Con tristeza, creo que el 11 de
septiembre se convirtió en un regalo para los xenófobos, y ha
ayudado a que los asiáticos, los árabes, los musulmanes y en fin
todos los inmigrantes sean sujetos de sospecha dondequiera que vayan.
Los extranjeros, legales o no han
sufrido un bombardeo incesante desde los ataques terroristas del
2001.
Incontables programas de "Reality"
han sido inspirados en la ley de inmigración.
El Sheriff Joe Arpaio, quien a sus 80
años de edad no para de ganar elecciones en el Condado de Maricopa,
Arizona, fue el protagonista de un piloto de tres episodios en el
canal Fox Reality.
"Ley de la Frontera",
"Seguridad Nacional de Estados Unidos" y "Batallas
Fronterizas," salierón al aire en canales como National
Geographic y Animal Planet.
Para mi fue emocionante ver una
historia acerca de un padre indocumentado en "Ugly Betty",
pero eso fue todo.
Insuficiente para competir con el
volumen de material glorificando la otra perspectiva.
La imagen de los no deseados, de
inmigrantes sin escrúpulos y sin moral impregna las pantallas de la
televisión, los programas de radio, y las películas de cine y del
cable, sin embargo, las organizaciones pro-inmigrantes no han incluso
intentado iniciar una pelea cultural.
La suerte es que, desde el 2007, el
movimiento pro-inmigrante estadounidense de los Soñadores, ha tomado
cómo estrategia cultural el contar la historia de la inmigración
moderna en tantas formas como se puede.
Esos jóvenes, han promovido y llegado
a encarnar la legislación que daría un camino hacia la ciudadanía
para algunos traídos cuando eran niños.
Están haciendo arte y creando nuevas
palabras.
Esos jóvenes, están creando programas
diseñados simplemente para hacer que los estadounidenses nativos y
los inmigrantes entren en contacto.
Incontables documentales y películas
de ficción que tratan sobre personas indocumentadas están
encontrando audiencias.
Y miles de personas están planteando
interrogantes sobre la palabra "ilegal" respecto de los
inmigrantes.
Estas son todas actividades que
replantean el debate mediante el establecimiento de los inmigrantes
como seres humanos, no sólo cómo trabajadores, que ejercen el
impulso humano básico de buscar mejores condiciones de vida.
Si la muerte de la esperanza de la
Reforma Migratoria Integral tiene algo de positivo, lo podemos
encontrar en el espacio que se ha abierto para el trabajo cultural
sobre el tema.
Sólo la integración de esas tácticas
con la política tradicional nos puede ayudar a salir de un período
dominado por malas noticias para todos los inmigrantes.
Contar historias es fundamental para
toda estrategia cultural.
Las narraciones reales son dinámicas,
con personajes, escenarios y acciones que mueven las cosas.
Cada historia tiene sus propias
exigencias estructurales: Un protagonista, un antagonista que es el
malo, y al final, un conflicto que el protagonista debe superar.
La mayoría de los mensajes políticos,
aun cuando describen un problema con cierto detalle, no alcanzan los
estándares de los Cuentos porque carecen de esos elementos.
Si eso es cierto, entonces es difícil
imaginar cómo un movimiento político puede tener éxito sin la
capacidad fundamental de contar historias.
Si usted cuenta la historia primero, ya
ha enmarcado la cuestión.
Para mí, eso podría ser la diferencia
central entre el relativo éxito de la estrategia de los soñadores y
el fracaso de la del tradicional movimiento pro-inmigrante.
Los que queremos que haya una Reforma
Migratoria real en el 2013, podemos recuperar el control del debate
cambiando la imagen del inmigrante: De villano a víctima, de
trabajador a ser humano.
Repito que, tenemos que contar las historias de las
personas inmigrantes en todas partes y tan a menudo como nos sea posible.
Creo que esa es nuestra mejor estrategia para
lograr la creación de una opinión pública favorable, misma que se
requiere para poder realizar los cambios de las políticas que
afectan a las comunidades de inmigrantes.
En el 2013, volvámonos expertos en las
Redes Sociales, y podremos compensar la falta de poder político
contando nuestras historias en muchas formas y lugares.
Amén!