viernes, 20 de julio de 2012

La Cultura De Las Armas: Muertes En Colorado

                                                                                    
Por Aníbal E. Melo

AnibalMelo@Yahoo.com



La mañana del 22 de abril del 1999, a la misma hora en que el Presidente Bill Clinton dio luz verde para comenzar el mayor bombardeo de la guerra de Kosovo, dos muchachos en edad escolar, Erick Harris y Dylan Klebdod, estaban a punto de iniciar una masacre que quedaría guardada en la memoria de los habitantes de este país.

Los nefastos hechos se desarrollaron en la Preparatoria Columbine, en un suburbio llamado Littleton, ubicado al sur de la ciudad de Denver, estado de Colorado.

Después de entrar al colegio, los dos muchachos emprendieron un tiroteo con armas semiautomáticas implantando el terror en las instalaciones y dejando como saldo 12 alumnos, una profesora muerta y un sin numero de heridos. Al final los dos muchachos se suicidaron.

Al enterarme de la noticia, lo que más me sorprendió, es que los muchachos habían adquirido las armas legalmente, y las municiones las habían comprado en el K-Mart local.

Después de la masacre se encontró el diario de Harris, donde decía que tenia planeado algún día secuestrar un avión y estrellarlo contra la ciudad de Nueva York.

Lo que para el pueblo norteamericano en ese entonces era una paradoja, unos años después se materializó en los ataques terroristas del 11 de septiembre.

Colorado es uno de 10 estados en el país donde las muertes por armas de fuego superan los decesos por accidentes automovilísticos.

Hoy todos nos despertamos con la trágica noticia de la muerte de al menos 12 personas en un Cine de Colorado.

Los informes indican que el individuo que cometio este horrible acto tenía un chaleco antibalas, una mascara anti-gas, y múltiples armas de guerra.

Estoy inmensamente triste por los que perdieron la vida. Por los heridos, por sus familias, y por todos los que experimentaron el horror de esos momentos terribles.

Dejemos que nuestros pensamientos y oraciones vayan hacia ellos.

Pero, también estoy muy enojado.

Hay muchas vidas perdidas en diversos tiroteos.

La muerte de Trayvon Martín, el ataque contra la Representante Gabrielle Giffords, y ahora, esta última masacre.

Nadie está a salvo de la violencia de las armas.

Hay que hacer campaña para poner fin a toda esta violencia armada con medidas de sentido común, como la fijación de controles para obtener armas de fuego.

Tenemos que demandar acciones para poner fin a toda esta violencia.

Lamentablemente, a menudo toma momentos como este para lograr que los políticos cojan juicio con el asunto de las armas.

Hay que hacer lo que podamos. Debemos tomar los pasos necesarios para poder prevenir que este tipo de tragedia se vuelva a repetir.

Las personas que murieron en el cine de Colorado ayer por la noche son sólo 12 de las 34 que las estadísticas dicen morirán hoy en Estados Unidos, por causa de violencia armada.

190,000 asesinatos con armas de fuego desde el ataque a la Representante Giffords.

Sin embargo no se trata de estadísticas.

Se trata del dolor de la pérdida de seres humanos, y del trauma sufrido por nuestras comunidades.

Sufrimos por las pérdidas de otros seres humanos. Muertes ocurridas hoy mismo con otras armas. Historias trágicas que no serán cubiertas en las noticias.

Está en el poder del Congreso el tratar de reducir en gran medida estos disparos sin sentido y que tragedias como la de hoy sean mucho menos probables.

Se puede empezar por la promulgación de medidas de sentido común, como reparar las fallas gigantes de las leyes de control de armas, que son apoyadas por la inmensa mayoría de los estadounidenses.

Dios quiera, que nuestra ira de hoy, nos sirva de coraje para actuar mañana.