Aníbal E. Melo
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AnibalMelo@yahoo.com
En medio del debate acerca de si los
partidarios de los inmigrantes podemos vivir con un enfoque de
Reforma Migratoria "poco a poco", es importante no dejar
de ver que todo ese "teje meneque", no es otra cosa que una
distracción para que perdamos de vista la verdadera dinámica.
Esa dinámica se resume en una
palabra: Racismo.
En la actualidad somos casi 51 millones
de latinos que vivimos en los Estados Unidos, y a medida que nuestra
población crece, también lo hace nuestra fuerza política.
Por otro lado, en el 2012 la
participación electoral de los negros, superó al número de
votantes blancos por primera vez en la historia de los Estados
Unidos.
¿Qué tiene esto que ver con
Inmigración?
Bueno, si alguien está preocupado por
la creciente fuerza política de la gente de color, lo que está
ocurriendo en gran parte debido que la población latina crece
rápidamente, entonces esa persona podría estar motivada para hacer
lo que pueda para detener la Reforma Migratoria, que podría
poner a 11 millones de personas no blancas en el camino de obtener la
ciudadanía, con su eventual poder de voto.
Por un lado, tenemos a los grupos que
abogan contra la inmigración, mismos que tienen un temor real de que
en Estados Unidos siga creciendo la diversidad racial.
Por otro lado, encontramos a la mayoría
de los estadounidenses, mismos que apoyan una Reforma Migratoria con
vía hacia la ciudadanía.
La generalidad de los estadounidenses
rechazan la política del miedo y la exclusión.
Creen que hay espacio para que nuevos
inmigrantes puedan participar plenamente en la vida cívica del país.
Y piensan que los inmigrantes recientes
contribuyen en mucho a los Estados Unidos.
En la medida que el debate sobre la
inmigración sigue, esos puntos de vistas seguirán compitiendo por
el apoyo del público.
La visión amplia de lo que significa
ser un estadounidense competirá con la perspectiva estrecha,
xenófoba y nativista que busca mantener a los Estados Unidos como un
bastión de personas blancas privilegiadas.
En mi opinión, los miembros del
Congreso tendrán que decidir qué punto de vista apoyan.
Es evidente que la visión amplia de
América, se ha impuesto en el Senado.
Y que el punto de vista opuesto, hasta
ahora, ha influenciado la Cámara de Representantes.
Si los defensores de los inmigrantes
queremos que la Reforma ocurra en un futuro próximo, debemos
centrarnos en el problema real: El Racismo.
Debemos de dejar de darle a los
fanáticos anti-inmigrantes Republicanos de la Cámara el beneficio
de la duda sobre "las diferencias procesales".
Y debemos de dejar de pretender que sus
discursos sobre "reformas parciales", ninguna de las cuales
incluyen la legalización real de los indocumentados, no tiene ningún
otro propósito que matar la Reforma Migratoria 2013 de una manera
que les permita culpar a los Demócratas.