viernes, 22 de noviembre de 2013

Fragmentos De Legislación Migratoria

Aníbal E. Melo
http://www.AnibalMelo.com
AnibalMelo@yahoo.com


Es claro para mí, que los republicanos no van a doblar su brazo en el tema de la inmigración.

Para ellos, las encuestas que muestran que el 77% de las personas favorecen un camino hacia la ciudadanía para los indocumentados, no parecen significar gran cosa.

Descansan en la supuesta certeza de que la mayoría tiene garantizada la reelección si mantienen el curso de oponerse a todo lo que Obama desea hacer.

Por eso, John Boehner ya ha dicho que no habrá una nueva ley de inmigración este año, y que los Republicanos de la Cámara no van a entrar en negociaciones con el Senado sobre el asunto.

Su actitud prevalece a pesar de los esfuerzos que han sido realizados por los grupos de defensa, las grandes empresas, los sindicatos y los líderes religiosos para persuadirlos de llegar a un acuerdo sobre el proyecto de Reforma de la ley de inmigración.

Aparentemente, los Republicanos no tienen ningún temor a perder el control de la Casa de Representantes por causa de ese tema.

Por otro lado, el Presidente Obama inclinado ante la realidad, ha dicho que acepta la visión de Reforma de los Republicanos de la Cámara, siempre y cuando el resultado final sea el buscado.

Dijo: "Si quieren cortarla en 5 pedazos, siempre y cuando todas las piezas ajusten, no me importa."

Es un espaldarazo al enfoque Republicano poco sistemático, y no al del proyecto de ley amplio del Senado.

En mi opinión, la dificultad con ese enfoque, es que todas las piezas no serán de nuevo puestas juntas, ya que la medida SB-744 se logró gracias a una serie de delicados compromisos aceptables para muchos diversos grupos.

El Presidente también ha dicho que es optimista de que el Congreso lograría aprobar una nueva ley antes de final del año, lo que fue rechazado de inmediato por el Representante Republicano Paul Ryan, Presidente del Comité de Presupuesto de la Cámara, diciendo que ya no hay tiempo para hacerle frente al tema.

Entonces, ¿dónde nos deja todo eso?

Veamos:

El mejor momento para que ocurra acción, sería entonces a principios del 2014 antes de que todos en Washington sean consumidos por las elecciones de medio término.

Si nada aceptable sucede a principios del año entrante, las campañas se calentarán y se perderá el resto del año.

Y entonces?, 

Tendremos nueva esperanza en el 2015.

Ese no es un año electoral, y si los Republicanos pierden bastantes escaños en la Cámara de Representantes en el 2014, puede que esten más receptivos a aprobar una ley de inmigración amplia.

Sin embargo, si no es en el 2015, es probable que tengamos que esperar la llegada de la próxima Administración.

El peor resultado, por supuesto, sería que los Republicanos ganasen las elecciones del 2014.

Entonces no tendrían incentivos para tener que comprometerse y llevar adelante una legislación migratoria significativa.

¿Qué podemos hacer en este momento?

En mi opinión, movilizarnos para tratar de ganar las elecciones legislativas del año entrante, instando a las personas para que salgan a votar y ayudando con los procesos de naturalización de los que sean elegibles.

Ese es nuestro Super Bowl.

Suponiendo que los Demócratas se queden con el control del Senado, pero no consigan ganar la Casa de Representantes en las elecciones de mitad de período, ¿qué opciones nos quedan?

En el panorama cambiante por lograr la Reforma Migratoria, lo único que se me ocurre es que todos debemos tratar de decidir ahora lo que vamos a hacer en los meses venideros.

Que estrategias emplear, si aceptamos una Reforma por pedazos; si poco a poco, que tan poco; o si se debemos ir por más, y cuánto más.

Al final, hay que enfrentar la posibilidad de que las promesas de la medida SB-744 no se harán realidad por ahora y que debemos de prepararnos para aceptar la opción de lograr menos de lo que ella ofrece. 

Es mejor reconocer las posibilidades desde el principio, tratar de decidir lo que es aceptable, y estar preparados para la mejor y la peor de las circunstancias.