Aníbal E. Melo
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AnibalMelo@yahoo.com
Una nueva encuesta de Gallup muestra
que el Partido Republicano es ahora visto favorablemente por
solamente el 28% de los estadounidenses, frente a un 38% en
Septiembre.
Esa es la calificación de
favorabilidad más baja medida para cualquiera de los dos Partidos
desde que Gallup comenzó a hacer esa pregunta en el 1992.
Por su parte, el Partido Demócrata es
visto favorablemente por el 43% de los encuestados, un descenso de 4
puntos porcentuales desde Septiembre.
Así que ahora, los republicanos están
buscando desesperadamente una manera de salir del hoyo que han
cavado para sí mismos - y el Presidente les ha dado una.
Él les dijo que si ellos están de
acuerdo en financiar temporalmente al Gobierno y elevar el "Techo
de la Deuda" sin perjudicar la "Ley de Cuidado de Salud
Asequible", pueden comenzar las negociaciones sobre la reducción
del "Déficit Público".
¿Cuál es la lección aquí?
Los radicales que intentaron acorralar
al Presidente no entienden algo muy básico.
Aunque a la mayoría de los
estadounidenses no les gustan los gobiernos muy grandes, veneran su
sistema de gobierno.
Es por eso que a pesar de que mucha
gente desaprueba la "Ley de Cuidado de Salud Asequible", la
mayoría también desaprueba las tácticas republicanas para
derogarla o retrasarla.
La verdad es que casi ningún Gobierno
activo ha sido muy popular en los Estados Unidos, excepto en
situaciones de crisis palpables, como en una guerra o en una
depresión profunda.
La nación fue fundada mediante una
Revolución contra un Gobierno abusivo, así que la desconfianza
está en los genes de su gente, y eso se refleja en la Constitución.
Es por eso que es difícil para los
Gobiernos hacer grandes cosas con mucha facilidad.
A casi nadie le gusta vivir bajo un Gobierno enorme y extremadamente poderoso.
Si uno está en la izquierda, se
preocupa por el complejo militar- industrial-parlamentario que gasta
millones y millones de dólares en la creación de nuevas armas de
destrucción masiva, y en espiar a los propios estadounidenses.
A nadie le gusta que el Gobierno
interfiera en sus vidas sexuales, diciéndoles cómo y cuando pueden
tener un aborto, o con quien pueden casarse.
Si uno está en la derecha, se preocupa
por los impuestos y las regulaciones asfixiantes, por los burócratas
fuera de control, y por el déficit del Gobierno.
Así que cuando los Republicanos del
Tea Party, financiados por un puñado de multimillonarios, comenzarón
a decir que la "Ley de Asistencia de Salud Asequible" es
una toma del control de la atención de sanitaria por parte del
Gobierno en América", muchos estadounidenses le creyeron.
La atención sanitaria es un sistema
tan grande y complicado, que afecta a todos muy íntimamente, por lo
que la desconfianza inherente de los estadounidenses en los
Gobiernos, los hace desconfiar instintivamente.
No es casualidad que Estados Unidos es
el único país avanzado del mundo que no tiene atención sanitaria
universal.
Franklin Delano Roosevelt (1882 - 1945)
decidió no añadir el tema de la Salud a su plan de Seguridad
Social porque no quería poner en peligro el resto de su programa, y
los Presidentes posteriores nunca lo intentaron, hasta Obama.
El mejor argumento en favor de la "Ley
de Asistencia de Salud Asequible" es que el actual sistema es
disfuncional - el más caro del mundo con los resultados menos
saludables ( alta mortalidad infantil, esperanza de vida más corta,
peores tasas de enfermedades crónicas ) que cualquier otro país
avanzado – y no hay más remedio que componerlo.
Aún así, en una solución típica
estadounidense, fue ideado pensando en los proveedores de salud y
aseguradores privados.
Todo lo que el Gobierno va a hacer
respecto de ObamaCare, es subvencionar a los pobres, requiriendo a
las Aseguradoras que acepten los problemas de salud pre-existentes de las personas,
que los beneficiarios paguen algo por la cobertura, y exigiendo que
todos participen para abaratar los costos.
El error del Tea Party Republicano fue
asumir que si los estadounidenses desconfían de los Gobiernos
grandes, por extensión, tambien de la "Ley de Asistencia de
Salud Asequible", lo que les permitiría pasarle por encima al
proceso legal norteamericano para crear las leyes.
El "Cierra del Gobierno" y la
amezana de impedir que Estados Unidos pueda pagar sus obligaciones
crediticias, si la "Ley de Asistencia De Salud Asequible"
no es derogada o al menos retrasada es un asalto directo al sistema
democrático, ya que si las "leyes impopulares" pueden ser
destripadas por la mayoría de una sola de las Cámaras del Congreso,
la organización gubernamental estadounidense es solamente una
fantasía.
Ninguna ley estaría a salvo.
El argumento Republicano de que el
Congreso tiene el mandato constitucional de manejar las finanzas del
Gobierno y por lo tanto puede decidir lo que quiere o no financiar,
no es cierto.
Recuerden que la "Ley de
Presupuesto" tiene que ser acordada por ambas cámaras y
firmadas en ley por el Presidente, como cualquier otra legislación.
Mientras que la mayoría de los
estadounidenses, en general, desconfian de los Gobiernos, estan
orgullosos de su sistema político, y les gusta pensar que es el
mejor del mundo.
No veneran a los políticos vivos, pero
canonizan a los Padres Fundadores.
Y hasta reverencian el "pergamino"
sobre el que está escrito la Constitución.
Cuando prometen lealtad a los Estados
Unidos lo que los une es el Gobierno, por lo que cualquier persona
que busque derrocar o socavar el sistema es considerado como un
traidor.
Y eso es precisamente lo que algunos
personeros del Tea Party aparentan ser: Traidores al sistema.
Parecen unos "radicales" que
justifican todos los medios que estimen necesarias para lograr sus
fines, por lo que cada vez tienen menos apoyo popular, incluso entre
los estadounidenses que habían comprado su visión sobre ObamaCare.
Y han tenido que dar marcha atrás, por
lo que, con suerte, ahora podremos pasar a la siguiente etapa: La
negociación sobre el tamaño del Gobierno.
En mi opinión, el tamaño del Gobierno
no es el verdadero problema.
El problema es lo que el Gobierno hace
con las finanzas.
Creo que la mejor manera de reducir los
futuros déficits presupuestarios es asegurarse de que los fondos
sean distribuidos tomando en cuenta el bienestar de todos y no sólo
los de unos pocos privilegiados.
Eso significa que la mayor parte de los
ingresos se deberán obtener de manos de los ricos, que nunca han
sido más ricos que ahora, limitando las deducciones y créditos
fiscales, el cierre de las lagunas fiscales, y gravando todas las
transacciones financieras.
Pienso que el "gasto público"
debe ser recortado con la finalidad de proteger al propio sistema
corporativo: Eliminando los subsidios fiscales del petróleo y del
gas, los acuerdos preferenciales de los contratistas militares, y el
subsidio a Wall Street.
Los costos futuros de la atención de
la Salud deben ser contenidos mediante el uso del poder de
negociación del Gobierno sobre los proveedores (a través de
Medicare, Medicaid, y ObamaCare) para forzar un cambio en la forma de
pago de: "tasa por servicio" a una de "tasa por
resultados".
Hay que invertir más en educación e
infraestructura de Salud de alta calidad.
Los estadounidenses desconfian de los
Gobiernos grandes, y siempre lo harán, tienen muchas razones para
ello – especialmente si se toma en cuenta las enormes sumas que
ahora financian a los políticos, provenientes de un puñado de
multimillonarios, grandes corporaciones y Wall Street, pero les
encanta su sistema de Gobierno, mismo que piensan debe ser protegido.
Mediante el uso de tácticas que son
percibidas como violadoras del sistema de Gobierno norteamericano, el
Tea Party ha exagerado su mano.
Y si no detienen sus recurrentes
imprudencias, están de salida en la política nacional.