lunes, 10 de octubre de 2016

Trump Embarra El Debate, Y Se Revela Así Mismo


Por Aníbal E. Melo


Antes de que comenzara el Debate de ayer, pudimos ver que los familiares presentes de los Candidatos: Chelsea y Bill Clinton, Eric, Ivanka, Melania, y Donald Trump Jr., todos estaban pálidos.

Lo peor es que no podían, como nosotros los espectadores en nuestras casas, ir a vomitar cada vez que sintieran ganas, algo que iba a ser muy a menudo.

Todos sabíamos que sería una noche muy horrible para la mayoría de los votantes.

Y así resultó!

Pero también, seamos sinceros, fue una noche cautivadora!

Donald Trump tenía la tarea imposible de recuperarse luego de dos semanas desastrosas. Y un Video increible.

Y, nos guste o no el tipo, casi logró hacerlo.  

¿Cómo pasó eso? 

Al principio, Trump parecía tener tres opciones: 

Ser suave y acobardarse, lo que enviaría a sus seguidores una vibra derrotista. 

Ser agresivo y descontrolado, lo que le haría seguir luciendo muy mal ante el mundo.

O en su lugar, arreglarselas para ejercer cierto autocontrol y mantenerse en calma,  mientras que al mismo tiempo, acababa con Hillary implacablemente.

Por su parte ella aunque es una candidata muy controlada, se le veía furiosa.

Tanto que parecía tener problemas para recobrarse.

En un momento dado, tal vez en más de uno, su mandíbula se movió con disgusto. 

Y aunque se supo sacudir del estiercolero que dejó Trump en toda la sala, quedo hedionda. 

Es muy difícil culparla por todo este desastre.  

Anoche Trump estaba determinado a luchar salvajemente, e invitó a dos mujeres (pagándoles) que han acusado en el pasado a Bill Clinton de violación (sin aportar pruebas contundentes) y a una tercera mujer que fue violada a los 12 y que alega que Hillary se comportó cruelmente con ella cuando representaba a la parte acusada. 

Hillary estaba mas o menos preparada para recibir todo el lodo de Trump, pero es muy difícil prepararse para todo, y su disgusto e ira estuvieron claros. 

La noche fue repugnante, pero, lo admito, también hipnotizante.  

Gran parte de la Twittermania opinaba que Trump se había autodestruido. 

Pero en el escenario él se pareció a él mismo: Un carajo relajado, sin escrupulos, y que no respeta a nada, ni a nadie. 

Todo un tigueraso con saco y corbata.

Trump atacó a Clinton por haber eliminado miles de Correos Electrónicos (un intercambio que ella aparentemente perdió), por no tapar las lagunas fiscales cuando era Senadora (algo que no tiene mucho sentido), por votar a favor de autorizar a George W. Bush a ir a la guerra contra Irak (es difícil decir si eso funciona), y por apoyar ciertos acuerdos comerciales.

Frente a una pantalla dividida, Clinton parecía que deseaba matarlo.

Muchas de sus sonrisas realmente eran muecas.

Ella atacó a la ultra-derecha, pero de alguna manera, dejo la sustancia a un lado.

Estaba a la defensiva.

Se podía sentir la prepotencia de Trump y la (supuesta) caída de ella.

Por otro lado, a lo largo de la mayor parte del Debate los moderadores, Anderson Cooper y Martha Raddatz, parecían como los padres de dos hijos repugnantes que se matan por comida.

Se veían bastante disgustados, y eso fue desde antes de que todo comenzara.

Pronto estaban tratando en vano de conseguir que ambos candidatos se adhirieran a sus tiempos. 

También trataban en vano de conseguir que Trump respondiese directamente a las preguntas.

En un momento dado, Raddatz, que parece tener fuertes sentimientos acerca de la crisis humanitaria en Siria, no pudo resistirse a debatir un poco el tema con Trump. 

Estuvo claro que ambos moderadores anhelaban mantener a los Candidatos como si estuviesen en un Estrado: Obligados a responder las preguntas de los molestosos miembros de la Audiencia. 

El formato pareció golpear a los moderadores.

Para su crédito, pusieron en sus puestos a ambos Candidatos, y Trump fue como siempre, un llorón al respecto. 

En cuanto al fondo, algunas cosas interesantes se llegaron a decir, sobre todo respecto de la política exterior. 

Se habló de armar a algunos grupos rebeldes para luchar contra los dictadores del Oriente Medio, lo que es una cuestión de fondo.

Si uno está de acuerdo con él o con ella, eso es ya otra cosa.

Lo mismo ocurrió con la afirmación de que compartimos suficientes intereses anti-ISIS con Rusia, Irán y Siria por lo que debemos colaborar con ellos en la guerra que se lleva a cabo en esa zona del mundo.

Clinton por su parte, habló con conocimiento de causa, como siempre, sobre el cuidado de la salud.

Trump no sabe nada del tema, pero se mantuvo firme en su ignorancia.  

No sólo Trump sacó los trapos sucios de Bill Clinton.

También amenazó a Hillary con nombrar a un Fiscal Especial para ir detrás de ella,  y meterla en la cárcel, si gana la presidencia.

Ese momento fue realmente digno de un Reality Show.

En cuanto a tratar de captar a los votantes indecisos, Trump no hizo nada para lograrlo.

A un musulmán que le preguntó sobre la islamofobia, Trump le contestó hablando sobre la amenaza del terrorismo.

A un afroamericano que le preguntó acerca de si Trump podría ser un Presidente para todos, Trump contestó golpeando a Clinton diciendo que sus políticas económicas eran malas.

Pero a pesar de todo, fue una noche de Clinton.  

La buena noticia para los enemigos de Trump, o, más precisamente, para los partidarios de Clinton es que nada de lo ocurrido en el Debate probablemente haga diferencia en las elecciones.

Millones de personas vimos ese Debate, pero lo que todo el mundo quiere, es que ya pase este mes.  

En estos momentos, Clinton está en primer lugar respecto de los “votos tempranos”, y en casi todas las Encuestas.

Y es muy probable que todo siga así hasta Noviembre.

Trump tal vez haya podido frenar en algo su estrepitosa caída, pero ya la mayoría del pueblo estadounidense esta harto de él: De su pasado, de sus groserias, de su falta de caballerosidad, de su altaneria, de sus delirios de grandeza, de sus vídeos, y hasta de su persona.  

Es que él..., es quien es. 

Sólo aprende de sus propios errores si le cuestan dinero.

Y anoche vimos que no ha aprendido bien su lección.

Gracias a Dios ya es demasiado tarde para él.