Por Aníbal E. Melo
Y a pesar de lo que pregona Donald Trump sobre construir un muro en la frontera sur y deportar a 11 millones de inmigrantes no autorizados, principalmente hispanos, - y a todas las controversias que crea el tema de la inmigración ilegal, - los inmigrantes en Estados Unidos provienen cada vez más de Asia, que de México o América Latina.
En comparación con el total de estadounidenses, los inmigrantes hoy en día son desproporcionadamente mejor educados y tienen un mayor espiritu empresarial.
Estan transformando esta nación de una manera ampliamente ignorada por los políticos de derecha, especialmente respect de sobre cómo la inmigración afecta positivamente la cultura, la economía y la seguridad nacional de los Estados Unidos.
Desde hace tres años, las cifras del Censo muestran que la India y China han eclipsado a México como las principales fuentes de inmigrantes que vienen a los Estados Unidos, autorizados o no.
En el 2013, 147,000 inmigrantes chinos y 129,000 indios llegaron.
En comparación con 125,000 mexicanos.
La mayoría de los inmigrantes asiáticos vienen a Estados Unidos de manera legal - a través de una visa de trabajo, estudiante o familiar.
Los inmigrantes son también más propensos ahora a convertirse en Ciudadanos de los Estados Unidos que los de antes.
Según las cifras del Censo, casi la mitad de los inmigrantes mayores de 25 años - 18 millones de personas - son naturalizados, en comparación con sólo el 30% en el 2000.
Al mismo tiempo, cada vez más mexicanos sin documentación están regresando a su país. Por lo que su número de residentes en los Estados Unidos ilegalmente cayó un 8% en los últimos seis años.
Según el “Centro de Investigación Pew”, las aprehensiones de la Patrulla Fronteriza, el año pasado llegaron a su punto más bajo desde el 1971.
Con la participación demográfica de los nacidos en el extranjero en su nivel más alto en todo un Siglo, los inmigrantes desafían cada vez más los estereotipos que dan forma a las conversaciones sobre el tema.
Si consideramos que el 40% de los inmigrantes de la India tienen título de postgrado, en comparacion con menos del 12% de los estadounidenses nativos.
Y que respecto de los ingresos, el hogar promedio de los inmigrantes indios excede los $100,000 dólares al año - más del doble que la media en Estados Unidos.
Por otro lado, la mayoría de los inmigrantes chinos viene en busca de educación, por lo que ese país se ha convertido en la principal fuente de extranjeros que asisten a las Universidades en los Estados Unidos, con 304,000 Visas de Estudiantes en el pasado año académico.
La India es el segundo, con 133,000 Visados.
Una cuarta parte de los inmigrantes procedentes de China tienen títulos de postgrado.
Por su parte, la mayoría de los inmigrantes procedentes de India y China tienen entre 15 y 29 años de edad.
De acuerdo con un Análisis realizado por funcionarios del Censo, su juventud hace muy probable que tengan hijos nacidos aquí, mismos que pasarán a ser contribuyentes principales del crecimiento general de la población estadounidense en los próximos años.
La afluencia de los Asiáticos no sólo ha reconfigurado la faz de la población inmigrante de América.
También ha agudizado la división dentro de la población inmigrante - entre los asiáticos más educados y ricos, y los llegados de México y América Latina que tienen poco dinero y poca preparación formal.
El resultado de todo eso es que más de 40 millones de inmigrantes, reflejan cada vez más los extremos del espectro económico de Estados Unidos.
Desde los super-ricos titanes de la tecnología, hasta los trabajadores agrícolas pobres.
Sin embargo, muchos economistas dicen que los inmigrantes de ambos extremos de la línea divisoria están beneficiando a la economía.
En un momento en que el crecimiento de la fuerza laboral estadounidense ha envejecido, los inmigrantes y sus gastos colectivos se han convertido en una importante fuente para el combustible económico del país.
Esos grupos de inmigrantes están contribuyendo grandemente a reconfigurar la demografía de los pueblos y las ciudades.
Ciento de miles de nuevas viviendas han sido construidas, y ocupadas lo que ha causado que muchas comunidades rurales en decadencia hayan renacido.
Esos cambios están muy a la vista en Carolina del Norte, por ejemplo.
La proporción de inmigrantes en la población de ese Estado se ha cuadruplicado desde el 1990, (casi un 8 por ciento).
Tendencias similares se dan en Georgia, Colorado, Oregon y Washington.
Pero ninguno de esos Estados se aproxima a la cuota de más del 20 por ciento que existe en California o en Nueva York.
Sin embargo, sus transformaciones son muy evidentes.
Suburbios entre Chapel Hill, Durham y Raleigh han explotado con nuevas Plazas Comerciales llenas de lugares de comida y gimnasios de lujo.
Y es que los inmigrantes indios han puesto su sello distintivo en estas áreas.
Su prevalencia es similar a la de los inmigrantes chinos educados que se han asentado en Los Ángeles, San Francisco y Nueva York.
En el 2000, por ejemplo, Morrisville era el hogar de sólo 230 indios.
Ahora, hay más de 4,300.
Personas con raíces en la comunidad que data de la década del 1960 recuerdan un largo período en el que para conseguir comestibles e ingredientes auténticos de la India requería el hacer un viaje de cinco horas hasta Washington, D. C.
Esos viajes ya no son necesarios.
Su población en alza ha establecido una amplia comunidad India que ha hecho que sea más fácil para los recién llegados el integrarse, de lo que lo fue para generaciones anteriores.
Pero no todo es felicidad.
Muchos políticos han apoyado leyes para negarle servicios básicos y formas de identificación a los inmigrantes y a sus hijos que se encuentran sin estatus migratorio legal.
Otros han firmado leyes que le impiden a las ciudades ayudar a los no autorizados, a los que se les ha asocia con el crimen, y la super-población escolar, y de las salas de emergencia de los hospitales.
Sus políticas se basan en la creencia de que los inmigrantes menos educados y sin estatus legal son cargas para los contribuyentes.
Sin embargo, la llegada de los inmigrantes mexicanos ayudó a salvar el Condado Duplin, por ejemplo, un tranquilo pueblo sembrado de hojas de tabaco y casas prefabricadas que queda a unas 70 millas al sur de Raleigh.
Hasta la década del 1990, la población del Condado Duplin se había mantenido en más o menos 40,000, durante unos 50 años.
Entonces los trabajadores agrícolas hispanos comenzaron a llegar.
Hoy la población se acerca a 60,000.
Cerca de 7,200 inmigrantes viven en el Condado Duplin, la mayor parte proveniente de América Latina.
No hay estimaciones claras de cuántos de ellos son legales.
Tres de cada cuatro, de esos inmigrantes, no terminó la escuela secundaria, pero han ayudado a que en las zonas rurales de Carolina del Norte – se hayan abierto nuevas empresas y a mantener las explotaciones en funcionamiento a pesar de las condiciones de trabajo muy duras.
En los últimos años, los sentimientos de muchos estadounidenses acerca de los inmigrantes se han endurecido en gran medida por causa de la raza, los políticos y la demográfia.
En general, los sentimientos para los trabajadores inmigrantes siguen siendo negativos.
Pero ese sentimiento ha mejorado desde el 2006.
Es posiblemente una señal de que el crecimiento de la población de inmigrantes instruidos ha comenzado a moldear las actitudes.
Dos tercios de los Republicanos y el 54 por ciento de los blancos dicen que creen que la inmigración daña a los trabajadores estadounidenses.
Pero la mayoría de los Demócratas, los hispanos y los estudios universitarios opinan que los inmigrantes hacen mejor a las comunidades.
Casi todos los economistas ven a los inmigrantes como útiles - incluso esenciales para la prosperidad de la nación.
Otros cómo Trump dicen que los programas de Visas de trabajo han privado a miles de trabajadores estadounidenses de puestos laborales.
Y muchas empresas han sido acusadas de contratar a trabajadores extranjeros por ser estos, supuestamente, más baratos.
Pero la investigación académica desmiente dichas afirmaciones y se ha demostrado que la inmigración ayuda a la formación de nuevas empresas, y al desarrollo de las economías locales.
Debido al envejecimiento de la población general de los Estados Unidos, la mayoría de los economistas dicen que se necesitan inmigrantes para asegurar que la fuerza laboral aumente a un ritmo que sostenga el crecimiento global de la economía a largo plazo.
Pero grupos anti-inmigrantes, como la “Federación para la Reforma Migratoria Estadounidense” argumentan que se deben limitar todos los niveles de la inmigración.
Esos grupos sostienen que los trabajadores no educados de América Latina disminuyen el crecimiento económico, ya que necesitan recibir atención de salud y educación financiada por el gobierno.
Argumentan que los puestos de trabajo que ocupan los inmigrantes deberían beneficiar a los ciudadanos de Estados Unidos.
Pero múltiples investigaciones se oponen a dichas afirmaciones.
Estas demuestran que por cada dólar gastado en la atención de la salud y la educación de los residentes hispanos, se retornan a las localidades casi $11.00 por concepto de consumo e impuestos pagados - un hallazgo que incluye a los no autorizados.
Y si bien gran parte del debate se ha centrado en los supuestos efectos económicos negativos de la inmigración, muchos oponentes dicen que existe una gran carga psicológica respecto de los cambios culturales, en una nación que enfrenta una diversidad cada vez mayor.
Pero hay que recordar que Estados Unidos está conformado por una amalgama de diferentes culturas.
La metáfora que se utiliza a menudo para manifestar esto es la del “crisol”.
La gente que llega a este país de diferentes partes del mundo trae consigo una cultura que aporta a esa mezcla.
Y esa mezcla se revuelve y se cuece en las relaciones y la convivencia hasta que se funden todas las diferentes culturas, dando lugar a un país tan espectacular como lo es Estados Unidos de América.