martes, 11 de octubre de 2016

El Efecto Trump En La Salud Mental


Por Aníbal E. Melo


En el debate del Domingo pasado, Hillary Clinton se refirió al "efecto Trump," como un aumento en el miedo y la angustia que muchos maestros están notando en las aulas por parte de los estudiantes, por el hecho a estar expuestos a un candidato presidencial que ataca regularmente a sus oponentes con malicia.

Incluso amenaza con alevosía a sus oponentes. 

La nueva revelación del crudo video de Trump del 2005 donde dice que es capaz de besar y manosear a las mujeres sin importar que sean casadas "como a unas perras",  ha dado nuevo combustible a la especulación de que su candidatura podría estar normalizando en cierta parte de la población, el hecho de ser agresivo, despectivo, intolerante, mal hablado y terco. 

Trump es un peligro para la Seguridad Nacional, debido a que es poseedor de una  personalidad impulsiva y errática. 

Su proclividad para crear chivos expiatorios que justifiquen sus faltas, y su sexismo flagrante son una amenaza para el bienestar mental de millones de personas. 

En un Escrito del Psicólogo de Minnesota William J. Doherty, se enumera una variedad de efectos que afirma haber visto en sus pacientes durante esta campaña combativa y caótica. 

Ese escrito dice que entre muchos estadounidenses se han avivado los sentimientos de ansiedad, miedo, vergüenza e impotencia, sobre todo entre las mujeres, los gays, los grupos minoritarios y los inmigrantes no blancos, que se sienten alienados personalmente por los mensajes del candidato. 

El manifiesto también dice que toda la atención otorgada por los medios de comunicación a Trump les hace más difícil a los terapeutas el llevar a cabo su trabajo.

Y es que la Campaña de Trump ha legitimado, e incluso celebrado, un conjunto de comportamientos personales que son la peor pesadilla de cualquier padre. 

La tendencia de culpar a “otros" por nuestras faltas y luego atacarlos fieramente, en lugar de tomar la más saludable pero más difícil ruta de examiar nuestra propia conciencia y responsabilidad,  es una caracteristica de Trump. 

Trump también normaliza la hiper-masculinidad que es la antítesis de las relaciones interpersonales saludables, por no hablar de que sus comentarios del 2005, son consistentes con el comportamiento de un depredador sexual. 

La demagógia, y el liderazgo autoritario tiene un profundo efecto en el bienestar mental de los ciudadanos, es por eso que veo este momento de la política estadounidense como una prueba muy importante para el país.

Hay ecos de trompeta entre los cultos a la personalidad que han esgrimido los grandes dictadores a lo largo de la historia y los de Trump, todo amplificado hoy por los medios sociales y la auto-propaganda.

Las apelaciones al miedo y la ira, el acusar a otras personas de todas las desgracias que suceden, ridiculizar a las mujeres diciendo que se les ama, humillar a los oponentes, fomentar la desconfianza a los medios de comunicación y al sistema político, a la vez que se proyecta una imagen de masculinidad exagerada.

Trump es una amenaza no sólo para el pueblo estadounidense, sino para la tradición democrática.

El mes pasado, para poner un poco de peso investigativo detrás de estas preocupaciones, Doherty encargó una Encuesta Nacional para 1,000 estadounidenses en edad de votar y  encontró que:

  • El 43% de los encuestados, dice que su angustia emocional está de alguna manera relacionada con Trump y su Campaña. 
  • El veintiocho por ciento reportó haber experimentado mayor angustia emocional luego de haberse iniciado la campaña de Trumpo contra Hillary Clinton.
  • El 90% de los que se sienten angustiados emocionalmente dicen que estan peores en comparación con cualquier otra elección anterior.

Trump llama la atención, especialmente por causa de su agresividad abierta.

Sus enfoques grandilocuentes, por supuesto, han sido intoxicantes y persuasivos para una parte significativa del electorado.

Poseedor de un pícaro encanto, ha logrado que un montón de estadounidenses se sientan energizados con su mensaje de que el país necesita ser "grande" y "seguro" de nuevo.

Es increible como podemos ver que en las Redes Sociales existe una discusión generalizada sobre la misoginia, la xenofobia y el racismo.

No soy un fan de Trump (sobre todo después de la liberación de la Cinta del 2005).

Siempre he pensado que "él no se censura a sí mismo", que dice crudamente lo que realmente cree y que no oculta su pensamiento vulgar con lenguaje codificado. 

Muchas personas sufren del efecto del “Trumpism” y se encuentran temerosos de ser condenados al ostracismo, de ser despojados de la poca protección legal que ahora disfrutan, todo despertado por un candidato cuyo padre lo entrenó para que piense de sí mismo como un "dios" o un "rey".

También debo apuntar a su evidente falta de auto-reflexión.

En estos días, hay un aumento general de la ansiedad y la inseguridad general, impulsado por las cosas que se ven y se oyen en las noticias, incluyendo el tema del Estado Islámico y la elección presidencial.

Desde el día después de la sorprendente victoria primaria de Trump del Super Martes, cientos de miles de personas dicen que sienten una ansiedad aguda solamente con el hecho de imaginar que Trump podría ser Presidente.

Muchos padres hablan sobre su angustia por las erupciones de charlas de odio y burla en los patios escolares.

Otros tienen preocupaciones más feas.

Las amenazas racistas contra los mexicanos y los musulmanes hechas por Trump pudiesen desencadenar en una presidencia suya, persecuciónes que podrian recordar al Holocausto.

Las mujeres son un objetivo repetido de Trump.

Desde sus crudas criticas contra la ex-Miss Universo Alicia Machado, hasta sus amenazas no tan veladas contra la vida de Hillary Clinton sus comentarios han tocado la fibra de millones de mujeres.

Especialmente alarmantes para aquellas damas que luchan contra los efectos post-traumáticos del abuso físico o sexual por parte de maridos, jefes, novios o padres.

Por otro lado, las amazana real de que Trump pudiese hacer retroceder los Derechos Civiles de los homosexuales mediante el nombramiento de Jueces en el Tribunal Supremo que anularían el derecho al matrimonio entre las personas del mismo sexo, por ejemplo, o generalizar la polémica “(HB2) o ley del baño” de Carolina del Norte -  provocan temores entre la comunidad LGBT.

Por otra parte, se ha encontrado que incluso los varones blancos heterosexuales están experimentando ira y miedo como resultado de esta campaña.

En parte es porque muchos de esos hombres han crecido en familias disfuncionales, con un padre violento o alcohólico, o uno deprimido y negligente.

La agresividad de Trump está despertando muchos traumas personales de la infancia. 

Trump ha sido un gran contribuyente para crear esta sensación de "trauma colectivo," que golpea y desgarra el tejido básico de la vida social nacional. 

Y su antagonismo hacia las minorías y otros grupos sólo empeora las cosas.

Por supuesto, hay todo tipo de gente y el miedo que incita Trump puede ser atractivo para muchos.

Su pose de “personaje fuerte” representa seguridad personal para algunos, incluso si sus políticas podrían ser destructivas.

Su alineación con Trump es un síntoma de sus traumas.

Con este artículo no busco diagnosticar a Trump, pero creo que tengo la obligación ética de hacer oír mi voz acerca de cómo la intolerancia, la xenofobia, el racismo y el discurso sexista rasga parte del tejido de la vida social y política del país.  

Si estas cosas que son tan preocupantes, y les interesa, quiero invitarles a ponerse en sesión de terapia. 

No es suficiente con derrotar al candidato Trump, y ese no es realmente el punto.

Creo que hay que luchar contra el "Trumpism" para sanar el dolor emocional que ya le ha causado a muchos, y es que hay un peligro real y presente de que este personaje haya creado una crisis nacional de salud mental irreversible, sin importar el resultado de la elección de noviembre.    

Gracias!