jueves, 20 de octubre de 2016

Trump Completamente Obsesionado Con La Venganza


Por Aníbal E. Melo



En el segundo Debate Presidencial, Donald Trump llegó hasta donde ningún candidato importante había ido.

Prometió que de ser electo procesara y encarcelara a su oponente.

Esa promesa fue un puro acto de venganza y llamó mucho la atención.

Los partidarios de Trump, que se han manifestado a largo de toda la campana gritando "encierrenla", abrazarón su declaración.

Días después, Trump amplió su promesa.

Dijo que también encerraría a los abogados de Clinton.

Y después de que el New York Times y otros medios de comunicación publicaron declaraciones de mujeres que dicen haber sido ultrajadas, manoseadas, y besadas contra su voluntad por Trump, la ex-estrella de televisión amenazo a sus acusadoras y a la prensa.

A continuación atacó a Paul Ryan después de que el republicano de mayor rango en Estados Unidos se atrevió a sugerir que el sistema electoral de Estados Unidos trabaja muy bien, mientras que Trump afirma que esta manipulado en su contra.

La venganza es una importantisima parte de la vida de Trump.

Tras el primer Debate Presidencial, pasó días acabando con Alicia Machado, una ex-Miss Universo venezolana.

Y nunca ha podido dejar de lado su pelea contra Rosie O'Donnell.

También trató de manchar a Gonzalo Curiel, Juez Federal estadounidense de nacimiento, que preside una causa por fraude contra la Universidad Trump.

Por otro lado, durante días, se burló de Khizr y Ghazala Khan, padres de un Capitán del Ejército muerto en Irak, después de que Khizr lo criticó durante un discurso en la Convención Demócrata.

Luego puso en marcha ataques misóginos contra Carly Fiorina y Megyn Kelly.

Y en lugar de tratar de unificar a su Partido, amenazó con financiar futuras campañas contra sus rivales del GOP.

Más notablemente contra el Gobernador de Ohio John Kasich.

A Trump le gusta alentar la violencia contra los manifestantes en sus mítines.

Y le pone desagradables apodos a sus contrarios: Lyin 'Ted, Little Marco.

¿Por qué con Trump, todo es insulto, intimidación y resentimiento?

Hay una razón.

Trump cree fervientemente en la venganza.

¿Como lo sabemos?

Debido a que él mismo ha dicho en numerosas ocasiones que es impulsado por la venganza y que es una herramienta básica para utilizarla en los negocios.

Él está obsesionado con recuperar su inversión.

En discursos y charlas públicas, Trump ha expresado repetidamente su afición a la retribución.

En el 2011, por ejemplo, se dirigió al Congreso Nacional de Triunfadores en Sydney, Australia, para explicar cómo había logrado su éxito.

Observó que tenía un par de lecciones que no se enseñan en las Escuelas de Negocios, pero que todas las personas exitosas deben conocer.

En la parte superior de la lista está este consejo: "Si a usted le quitan un tornillo, debe recuperar 10 veces más de lo que le quitaron".

Este "ajustar de cuentas" es parte clave sus discursos sobre las claves de su éxito.

En el 2012, ofreció una versión más larga de esa idea:

“Una de las cosas que debes hacer para tener éxito es, si alguien te golpea, tienes que golpearlo cinco veces más duro de lo que creyó posible. Hay que desquitarse. La razón por la que lo haces, es muy importante ...Tienes que dejar un mensaje de que nadie puede aprovecharse de ti. Las personas lo ven y dicen: Bueno, vamos a dejar solo a Trump, o vamos a dejar esto, o pelea demasiado duro.
Lo digo, porque es muy importante. Usted tiene que devolver cada golpe".

En otro discurso pronunciado por Trump en el 2007 en Toronto, arremetió de Nuevo contra Rosie O'Donnell, recordando que él había dicho recientemente que:

"Si ella deja de mirar el espejo, dejara de estar tan deprimida".

Luego expandió su mensaje:

"El punto es que hay que conseguir clavar tornillos en la espalda de alguien. Y lo digo en serio.... hay que golper con la fuerza de cinco personas. Y no es tanto por esa persona, sino por otras que estan mirando".

Para Trump, el acto de venganza es esencial para que una persona pueda ver que él es difícil.

Durante otro discurso del 2007 en el que Trump (por supuesto) atacó a O'Donnell- una vez más, la llamo "cerdo" y "degenerada".

Ahi aplicó su primera regla de negocio: 

"Ajustar cuentas, desquitarse”.

“Cuando estás haciendo negocios, debes ganar incluso con la gente que atornillas. Se los insertas 15 veces más duro. Y la razón es, no sólo a causa de la persona que usted está ofendiendo, sino por otras que ven lo que está pasando. Las otras personas que miran, ven cómo uno reacciona”.

En otra oportunidad, en una entrevista con Erin Burnett de CNBC, Trump reiteró este artículo de fe:

"Hay una gran cantidad de gente mala ahí afuera, que realmente tienen que desaparecer... Si usted tiene un problema con alguien, tiene que ir tras estal. Y no es necesariamente para enseñarle a esa persona una lección,  es para enseñarle a todas las personas que están viendo, una lección. Ellos no lo tomaran como basura".

En otro vídeo sin fecha, un Donald Trump joven, expresó que:

"Tengo algunos muy buenos amigos y supongo que tengo muy buenos enemigos. Me gusta que sea así. Hay que destrozar a los enemigos".

Trump resume esta filosofía de toda su vida en un tweet del 2013:

"Siempre gane cuando está negociando. Piense en grande".

Al año siguiente, escribió esta cita:

"La venganza es dulce y no engorda. - Alfred Hitchcock."

Durante décadas, Trump ha sido un defensor de la venganza.

Y ahora sus fantasías de venganza se están ejecutando salvajemente en un gran escenario.

Clinton lo ataca?

Él le dice criminal (y la involucra en una conspiración global que envuelve a banqueros internacionales).

Marineros iraníes hacen gestos groseros a los buques de los Estados Unidos?

Él les disparará.

Su forma favorita de venganza es la escalada, subiendo la apuesta, atornillando más de lo que los otros atornillan.

Y está claro que ha estado tomando su propio consejo durante esta carrera presidencial.

En estos días, Trump está atacando a sus antagonistas y a todos los medios de comunicación.

En este punto, y con su popularidad cayendo en todas las encuestas, no parece una Buena estrategia para el éxito.

Pero dado que la venganza parece estar incrustada en su ADN, Trump no es capaz de ayudarse a sí mismo.

La venganza podría funcionarle en los negocios, pero querer constantemente vengarse no es un atributo positivo para un candidato presidencial o un comandante en jefe.

Uno sólo puede imaginar lo profundo del deseo de venganza de Trump, que por su causa,  va a ser el gran perdedor en esta jornada electoral.