Aníbal E. Melo
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AnibalMelo@yahoo.com
Durante décadas, los dos principales
Partidos políticos del país han insistido en no subir los salarios.
Y han suplantado esa idea con la
creación de variados programas de ayuda pública federal.
El resultado: una calamidad
El 2013 es el año en que muchos
estadounidenses descubrieron la crisis de los trabajadores pobres.
Y resulta que también es el año del
destape de la crisis de la ayuda gubernamental.
Los estadounidenses odian notoriamente
la ayuda pública, a menos que se le llame por otro nombre y/o que
los beneficiarios no sean personalmente ellos.
Así que no estan seguros de cómo
lidiar con el hecho de que una cuarta parte de las personas que
tienen trabajo hoy en día, ganan tan poco dinero que se ven
obligadas a buscar algún tipo de asistencia pública.
La verdad es que el 60% de los
beneficiarios de los "cupones de alimentos", tienen empleo.
Y que el 52% de las familias de los
trabajadores que laboran en los restaurantes de "comida rápida"
reciben asistencia pública.
Solamente los trabajadores de McDonald,
por ejemplo, reciben $1.2 mil millones en ayudas públicas.
Y eso, que esa es una industria que el
año pasado ganó $7,440 millones, pagó millones a sus altos
ejecutivos y distribuyó $7.7 mil millones por concepto de dividendos
y recompra de acciones.
Luego está WalMart, que se jacta de
que más de 475 mil de sus empleados ganan más de $25,000 al año,
pero que el 60% de los mismos ganan sueldos de miseria.
Pero no es sólo el sector de comida
rápida o WalMart.
Uno de cada tres cajeros de bancos
recibe asistencia pública a un costo de casi mil millones de dólares
anuales en asistencia federal, estatal y local.
Así es, una de las industrias más
rentables, privilegiadas y de alto prestigio de la nación, la banca,
paga a sus trabajadores escandalosos bajos salarios y se recuesta de
los contribuyentes para sacar a sus empleados de la pobreza.
Los CEOs de los Bancos ganan billones
de dólares, mientras que millones de cajeros, son tan pobres que
tienen que buscar asistencia social.
Algo está mal con eso.
La repugnancia a que se subvencione a
empresas rentables que pagan salarios de miseria está ayudando a
alimentar una ola de indignación nacional.
Y es que según la "Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico", Estados Unidos
tiene la mayor proporción de trabajadores de bajos salarios de todos
los países desarrollados.
Uno de cada cuatro empleados gana menos
de dos tercios del salario medio, que es la proporción que hay que
tener para calificar y obtener ayuda pública.
En mi opinión, la propagación
nacional de los empleos de bajos salarios, está detrás de la
desigualdad en los ingresos y de la reducción de la movilidad
social.
Pero lo que es menos conocido es el
papel que los Demócratas y los Republicanos han jugado en la
creación de esta trampa.
En un discurso pronunciado el pasado 4
de Diciembre, sobre la desigualdad en los ingresos, el Presidente
Obama parece compartir esas preocupaciones:
"Sabemos que hay trabajadores
de aeropuertos, de restaurantes de comida rápida, auxiliares de
enfermería, y de los minoristas, que se matan trabajando y están
viviendo en, o apenas por encima del nivel de pobreza",
dijo.
Pero fuera de decir una vez más que es
el momento de aumentar el salario mínimo, el Presidente no puso la
carne cruda dentro del caldero.
También sería bueno que Obama
reconociese el hecho de que la existencia de tantos estadounidenses
que trabajan duro y que siguen viviendo en la pobreza, y por lo tanto
con la necesidad de recibir asistencia pública, no es un accidente
desgraciado.
Que es el resultado de políticas
públicas equivocadas, que él no ha hecho mucho por combatir.
Veamos:
En la década del 1990, surgió un
consenso bipartidista, que dijo que "cualquier trabajo", es
mejor que obtener ayuda pública a largo plazo.
Eso condujo a crear la polémica ley de
"Reforma del Bienestar" del 1996.
Los Republicanos pidieron que los
beneficiarios de la Asistencia Social trabajen, a lo que los Demócratas asintieron, exigiendo a su vez
diversas ayudas para los trabajadores de bajos salarios: Crédito al
pagar el impuesto sobre la renta, Medicaid, más flexibilidad para
calificar para obtener cupones de alimentos, y nuevos subsidios para
el cuidado infantil.
Casi 20 años más tarde y como
resultado de que los salarios continuaron estancados e incluso
disminuidos, más personas ahora son elegibles para las ayudas que antes.
Defiendo el papel de los Programas
Sociales.
En todo el mundo desarrollado, los trabajadores gozan de asistencia de salud, cuidado de niños, capacitación laboral, y para los niveles de sueldos más bajos, complementos salariales, todo financiado por el Gobierno.
En todo el mundo desarrollado, los trabajadores gozan de asistencia de salud, cuidado de niños, capacitación laboral, y para los niveles de sueldos más bajos, complementos salariales, todo financiado por el Gobierno.
Pero pienso que tenemos que avergonzarnos y
cuestionar a un sistema que ha hecho que millones de trabajadores de
bajos salarios tengan que depender de los cupones de alimentos, por
mucho tiempo, o tal vez de forma permanente.
Al no exigir aumentos salariales
mínimos regulares o poner el músculo de los Sindicatos detrás de
la organización de ese movimiento, todos hemos contribuido a crear una
vasta mano de obra barata nacional que se ubica justo por encima de
la línea del nivel de pobreza, y a veces aún por debajo.
Y eso no puede ser bueno para nadie.
De hecho, la idea de que tantos
millones de personas trabajen muy duro y permanezcan tan
pobres como para necesitar ayuda pública, es lo que está galvanizando
la reducción de la clase media en la nación.
Creo que las ayudas deben ser sólo
temporales, mientras los trabajadores recorren el camino para llegar
a ocupar un lugar sólido dentro del mercado laboral, uno en donde su
trabajo sea mejor recompensado.
No, ...no estoy demonizando la asistencia
pública.
En comparación, Estados Unidos gasta una miseria en ayudar a los trabajadores de bajos salarios
respecto del apoyo social del que gozan sus contrapartes en otras
naciones prósperas.
Hay estudios recientes que han
encontrado que los programas de lucha contra la pobreza, en efecto,
sacan a muchas personas de la pobreza.
Pero cada dólar que se gasta
subvencionando a empresas que pagan salarios de pobreza, es un dólar
que no se gasta en programas tales como: La educación temprana,
creación de universidades, o educación universitaria adsequible.
Sí, ...necesitamos redes de seguridad,
pero también necesitamos escaleras de oportunidad.
Hoy en día, tenemos una red de
seguridad raída, pero las escaleras de oportunidad son aún más
raquíticas y poco fiables.
Es por eso que estamos frente a un gran estancamiento en la
movilidad social, que solía ser el corazón del Sueño
Americano.
Por otro lado, opino que los
trabajadores que se ven obligados a depender de la
asistencia pública, son los chivos expiatorios de muchos políticos de
ultra derecha.
El Representante Paul Ryan, por
ejemplo, dice que la red de seguridad social es una "hamaca",
lo que es horrible cuando sabemos que muchas personas están
laborando en al menos uno, o tal vez dos trabajos, para seguir mal viviendo.
Y a pesar de que esa idea es Republicana, promulgada por el Presidente Gerald Ford y ampliada por los dos Bush, Mitt Romney arremetió contra el 47% de
los estadounidenses que no pagan impuestos federales sobre la renta,
que incluye a los trabajadores de bajos salarios que gozan
del "crédito tributario por ingreso del trabajo".
Los Republicanos no desean aumentar el
salario mínimo, ni que les sea más fácil a los trabajadores el poder organizarse en sindicatos.
Su respuesta es eliminar la red de
seguridad, sin construir las escaleras que les permitan a los
trabajadores pobres treparse a ellas.
Pero ahora, se esta gestando un movimiento
obrero nacional vigoroso, que empieza a luchar en favor de los
trabajadores de bajos salarios.
Lo que me sorprendente, es el hecho de
que haya tomado tanto tiempo para iniciar.
Muchos de los puestos de trabajo de
bajos salarios no pueden ser trasladados a otros países.
Los Drones no van a entregar las
hamburguesas de McDonald, y WalMart no puede
vender todo por el internet.
Y aunque las filas de los cajeros de
los bancos ya han sido diezmadas por los cajeros automáticos y la
banca en línea, los empleos que todavía quedan les son necesarios.
Es importante que más gente
reconozca el papel que las malas políticas han desempeñado en la
creación de este pantano de empleos de baja remuneración, y que ha
convertido en miserables precisamente a los que tienen que buscar las
ayudas públicas.
Espero que la crisis de los empleos de
bajos sueldos sea reconocida cada vez más como parte principal
del problema creciente de desigualdad y desaceleración de la
movilidad social en Estados Unidos.
Y que en el quinto año de su
presidencia, Obama sea cada vez mejor en la descripción de ese
problema.
Se necesita hacer más para ayudar a
los trabajadores que están tratando de mejorar sus vidas y las de
sus familias, porque las actuales tendencias laborales bizarras,
superan con creces cualquier acción para tratar de tener tranquilidad, felicidad y
seguridad.