martes, 17 de diciembre de 2013

Sobre Los Empleos De Baja Remuneración

Aníbal E. Melo
http://www.AnibalMelo.com
AnibalMelo@yahoo.com


Durante décadas, los dos principales Partidos políticos del país han insistido en no subir los salarios.

Y han suplantado esa idea con la creación de variados programas de ayuda pública federal.

El resultado: una calamidad

El 2013 es el año en que muchos estadounidenses descubrieron la crisis de los trabajadores pobres.

Y resulta que también es el año del destape de la crisis de la ayuda gubernamental.

Los estadounidenses odian notoriamente la ayuda pública, a menos que se le llame por otro nombre y/o que los beneficiarios no sean personalmente ellos.

Así que no estan seguros de cómo lidiar con el hecho de que una cuarta parte de las personas que tienen trabajo hoy en día, ganan tan poco dinero que se ven obligadas a buscar algún tipo de asistencia pública.

La verdad es que el 60% de los beneficiarios de los "cupones de alimentos", tienen empleo.

Y que el 52% de las familias de los trabajadores que laboran en los restaurantes de "comida rápida" reciben asistencia pública.

Solamente los trabajadores de McDonald, por ejemplo, reciben $1.2 mil millones en ayudas públicas.

Y eso, que esa es una industria que el año pasado ganó $7,440 millones, pagó millones a sus altos ejecutivos y distribuyó $7.7 mil millones por concepto de dividendos y recompra de acciones.

Luego está WalMart, que se jacta de que más de 475 mil de sus empleados ganan más de $25,000 al año, pero que el 60% de los mismos ganan sueldos de miseria.

Pero no es sólo el sector de comida rápida o WalMart.

Uno de cada tres cajeros de bancos recibe asistencia pública a un costo de casi mil millones de dólares anuales en asistencia federal, estatal y local.

Así es, una de las industrias más rentables, privilegiadas y de alto prestigio de la nación, la banca, paga a sus trabajadores escandalosos bajos salarios y se recuesta de los contribuyentes para sacar a sus empleados de la pobreza.

Los CEOs de los Bancos ganan billones de dólares, mientras que millones de cajeros, son tan pobres que tienen que buscar asistencia social.

Algo está mal con eso.

La repugnancia a que se subvencione a empresas rentables que pagan salarios de miseria está ayudando a alimentar una ola de indignación nacional.

Y es que según la "Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico", Estados Unidos tiene la mayor proporción de trabajadores de bajos salarios de todos los países desarrollados.

Uno de cada cuatro empleados gana menos de dos tercios del salario medio, que es la proporción que hay que tener para calificar y obtener ayuda pública.

En mi opinión, la propagación nacional de los empleos de bajos salarios, está detrás de la desigualdad en los ingresos y de la reducción de la movilidad social.

Pero lo que es menos conocido es el papel que los Demócratas y los Republicanos han jugado en la creación de esta trampa.

En un discurso pronunciado el pasado 4 de Diciembre, sobre la desigualdad en los ingresos, el Presidente Obama parece compartir esas preocupaciones:

"Sabemos que hay trabajadores de aeropuertos, de restaurantes de comida rápida, auxiliares de enfermería, y de los minoristas, que se matan trabajando y están viviendo en, o apenas por encima del nivel de pobreza", dijo.

Pero fuera de decir una vez más que es el momento de aumentar el salario mínimo, el Presidente no puso la carne cruda dentro del caldero.

También sería bueno que Obama reconociese el hecho de que la existencia de tantos estadounidenses que trabajan duro y que siguen viviendo en la pobreza, y por lo tanto con la necesidad de recibir asistencia pública, no es un accidente desgraciado.

Que es el resultado de políticas públicas equivocadas, que él no ha hecho mucho por combatir.

Veamos:

En la década del 1990, surgió un consenso bipartidista, que dijo que "cualquier trabajo", es mejor que obtener ayuda pública a largo plazo.

Eso condujo a crear la polémica ley de "Reforma del Bienestar" del 1996.

Los Republicanos pidieron que los beneficiarios de la Asistencia Social trabajen, a lo que los Demócratas asintieron, exigiendo a su vez diversas ayudas para los trabajadores de bajos salarios: Crédito al pagar el impuesto sobre la renta, Medicaid, más flexibilidad para calificar para obtener cupones de alimentos, y nuevos subsidios para el cuidado infantil.

Casi 20 años más tarde y como resultado de que los salarios continuaron estancados e incluso disminuidos, más personas ahora son elegibles para las ayudas que antes.

Defiendo el papel de los Programas Sociales.

En todo el mundo desarrollado, los trabajadores gozan de asistencia de salud, cuidado de niños, capacitación laboral, y para los niveles de sueldos más bajos, complementos salariales, todo financiado por el Gobierno.

Pero pienso que tenemos que avergonzarnos y cuestionar a un sistema que ha hecho que millones de trabajadores de bajos salarios tengan que depender de los cupones de alimentos, por mucho tiempo, o tal vez de forma permanente.

Al no exigir aumentos salariales mínimos regulares o poner el músculo de los Sindicatos detrás de la organización de ese movimiento, todos hemos contribuido a crear una vasta mano de obra barata nacional que se ubica justo por encima de la línea del nivel de pobreza, y a veces aún por debajo.

Y eso no puede ser bueno para nadie.

De hecho, la idea de que tantos millones de personas trabajen muy duro y permanezcan tan pobres como para necesitar ayuda pública, es lo que está galvanizando la reducción de la clase media en la nación.

Creo que las ayudas deben ser sólo temporales, mientras los trabajadores recorren el camino para llegar a ocupar un lugar sólido dentro del mercado laboral, uno en donde su trabajo sea mejor recompensado.

No, ...no estoy demonizando la asistencia pública.

En comparación, Estados Unidos gasta una miseria en ayudar a los trabajadores de bajos salarios respecto del apoyo social del que gozan sus contrapartes en otras naciones prósperas.

Hay estudios recientes que han encontrado que los programas de lucha contra la pobreza, en efecto, sacan a muchas personas de la pobreza.

Pero cada dólar que se gasta subvencionando a empresas que pagan salarios de pobreza, es un dólar que no se gasta en programas tales como: La educación temprana, creación de universidades, o educación universitaria adsequible.

Sí, ...necesitamos redes de seguridad, pero también necesitamos escaleras de oportunidad.

Hoy en día, tenemos una red de seguridad raída, pero las escaleras de oportunidad son aún más raquíticas y poco fiables.

Es por eso que estamos frente a un gran estancamiento en la movilidad social, que solía ser el corazón del Sueño Americano.

Por otro lado, opino que los trabajadores que se ven obligados a depender de la asistencia pública, son los chivos expiatorios de muchos políticos de ultra derecha.

El Representante Paul Ryan, por ejemplo, dice que la red de seguridad social es una "hamaca", lo que es horrible cuando sabemos que muchas personas están laborando en al menos uno, o tal vez dos trabajos, para seguir mal viviendo.

Y a pesar de que esa idea es Republicana, promulgada por el Presidente Gerald Ford y ampliada por los dos Bush, Mitt Romney arremetió contra el 47% de los estadounidenses que no pagan impuestos federales sobre la renta, que incluye a los trabajadores de bajos salarios que gozan del "crédito tributario por ingreso del trabajo". 

Los Republicanos no desean aumentar el salario mínimo, ni que les sea más fácil a los trabajadores el poder organizarse en sindicatos.

Su respuesta es eliminar la red de seguridad, sin construir las escaleras que les permitan a los trabajadores pobres treparse a ellas.

Pero ahora, se esta gestando un movimiento obrero nacional vigoroso, que empieza a luchar en favor de los trabajadores de bajos salarios.

Lo que me sorprendente, es el hecho de que haya tomado tanto tiempo para iniciar.

Muchos de los puestos de trabajo de bajos salarios no pueden ser trasladados a otros países.

Los Drones no van a entregar las hamburguesas de McDonald, y WalMart no puede vender todo por el internet.

Y aunque las filas de los cajeros de los bancos ya han sido diezmadas por los cajeros automáticos y la banca en línea, los empleos que todavía quedan les son necesarios.

Es importante que más gente reconozca el papel que las malas políticas han desempeñado en la creación de este pantano de empleos de baja remuneración, y que ha convertido en miserables precisamente a los que tienen que buscar las ayudas públicas.

Espero que la crisis de los empleos de bajos sueldos sea reconocida cada vez más como parte principal del problema creciente de desigualdad y desaceleración de la movilidad social en Estados Unidos.

Y que en el quinto año de su presidencia, Obama sea cada vez mejor en la descripción de ese problema. 

Se necesita hacer más para ayudar a los trabajadores que están tratando de mejorar sus vidas y las de sus familias, porque las actuales tendencias laborales bizarras, superan con creces cualquier acción para tratar de tener tranquilidad, felicidad y seguridad.