Aníbal E. Melo
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AnibalMelo@yahoo.com
En la medida en que Barack Obama entra
en su sexto año en la Casa Blanca, su popularidad se ha desgastado.
Después de ganar dos elecciones, este
Presidente recibe golpes hasta de su propio Partido.
Con una aprobación por debajo del 43%, su esperanza es poder evitar la humillación en la ronda de
elecciones del próximo año.
Muchos de sus opositores dicen que el
Presidente fracasó, pero los expertos en historia de la política
opinan que lo que sucede con la popularidad de Obama era algo bien
previsible.
Cuando uno estudia a los Presidentes
que inician segundos términos, es
difícil no darse cuenta de que casi todos empiezan su mandato final
con el pie izquierdo, políticamente hablando.
Y es que en general, en ese momento hay
una fatiga psicológica, física, y emocional con los gobernantes
entre la gente.
La situación actual en la que se
encuentra Obama, es familiar para la mayoría de los presidentes: Una
cansada carrera de reelección, seguida por una rápida merma de
popularidad personal, debido en parte a una lucha contra un Congreso
no cooperador, y por los pasos en falso dados por ellos
mismos.
El daño para su Partido en las
siguientes elecciones parlamentarias es prácticamente seguro, dice
la historia.
Y lo que le queda al Presidente de turno, es tratar de
mitigar el mal.
Desde el 1918, cuando Woodrow Wilson
era el comandante en jefe, el Partido que ocupa la Casa Blanca pierde
asientos en la Casa de Representantes en las elecciones celebradas en
el sexto año.
Y es que el apoyo logrado durante la
campaña de reelección, se le desmorona muy rápidamente.
Eso podemos verlo en un sondeo de
Gallup realizado el 1 de diciembre de los corrientes,donde la
aprobación de Obama se colocó en un 41%, con un enorme 52 por ciento
que lo desaprueba.
Él lucha con un electorado que no es
feliz ni con el Congreso, ni con la manera en la que él ha manejado
los problemas, verdaderos o supuestos, de ObamaCare.
Entre otras cosas, pienso que Obama
debería de ensanchar su red de consejeros, y no encajonarse dentro
de un grupo estrecho con el cual él se sienta cómodo.
Por otro lado, ahora que ya no se
encuentra en crisis, ni con la ley de asistencia médica, ni con el
presupuesto, el Presidente debería dedicar su atención a tratar de
corregir las enormes desigualdades de ingresos entre los
trabajadores, y ponerle un mayor enfoque a resolver lo de la Reforma
de Inmigración, dos cuestiones que tanto pesan al momento de evaluar
su desempeño total.
Creo que debería redoblar sus
esfuerzos para promulgar el primer aumento de salario mínimo desde
el 2009, y ampliar el acceso a la educación infantil temprana.
También debería moverse agresivamente
y ejercer su autoridad ejecutiva, en particular en los temas del
clima, y de los indocumentados.
Los demócratas reconocen que las
esperanzas de poder recobrar la Casa de Representantes se han
atenuado, pero perder docenas de asientos en ese cuerpo legislativo,
o el control del Senado es muy improbable, en particular después de
que en la ronda de "Redistribución del Congreso" cada
Partido blindó a la gran mayoría de sus miembros.
Lo bueno para Obama es que tendrá un
tema principal para tratar de darle una paliza a los Republicanos en
el 2014: El impopular "cierre" del Gobierno Federal y el
haber jugado con la solvencia financiera de la nación.
Finalmente, gracias a Tweeter, Facebook
y otras tecnologías, el ambiente de noticias políticas es también
muy diferente ahora que hace unos años atras.
Mientras ObamaCare
domina los titulares ahora, podría ser noticia vieja en solamente 11
meses.
Y es que a los ciclos de noticias cargados de hoy, la gente le pone poca atención y le presta muy poca memoria.
Y es que a los ciclos de noticias cargados de hoy, la gente le pone poca atención y le presta muy poca memoria.