Por Aníbal E. Melo
anibalmelo@yahoo.com
Muchos argumentan que si es necesario
poner más "controles fronterizos" para lograr aprobar un
proyecto de ley de reforma migratoria integral con el apoyo
republicano, que así sea.
Dicen que la penalización debe ser una
parte importante de la nueva política de inmigración.
Y que después de todo, no debemos
limitarnos a darle a millones de personas una "amnistía"
sin tomar medidas para asegurar que no entren otros millones de
manera ilegal en el futuro.
Esos supuestos amigos de los
inmigrantes, dicen que no hay que volver a cometer el error de
Reagan que entregó Tarjetas de Residencia a "infractores de la
ley" sólo para dejarle la frontera abierta a otros millones
más.
Así, alegan que Estados Unidos es una
nación de inmigrantes, pero que también es una nación de leyes.
En primera instancia, sus argumentos
parecen lógicos, pero, ¿cuántos de esos argumentos son serios, y
cuántos son posturas anti-inmigrantes?
A mi modo de ver, muchas de esas ideas
son propaganda y consignas anti-hispanas, del tipo que han bloqueado,
hasta ahora, todos los pasados intentos de reforma migratoria y que
han llevado al Partido Republicano a la auto-inmolación política
respecto de los votantes latinos.
¿Cuál es la motivación real de la
insistencia republicana de poner más "seguridad fronteriza"
y más "penalización interna" como precio por acceder a
apoyar algún tipo de legalización, aunque sea "provisional"
para los millones de inmigrantes no autorizados que viven actualmente en los Estados
Unidos?
¿Cuánta más seguridad fronteriza e
interna se necesita?
¿Cuánta más penalización necesita
el nuevo sistema de inmigración, sin volverlo disfuncional?
En ese sentido, hay dos alucinantes
noticias que se destacan.
En primer lugar ya se gastan $18 mil
millones para reforzar la frontera con México y en otras medidas de
aplicación.
¿Cuántos drones, vallas fronterizas,
o incluso cárceles de inmigración, aún más se necesitan?
Todo eso en un momento en que ya ha
habido una gran reducción del número de personas interceptadas en
la frontera sur.
Creo que la reducción del número de
personas que cruzan la frontera sin permiso a cero, es una
imposibilidad.
Por lo tanto pienso que la idea de los senadores
republicanos de crear una "Comisión" para "recomendar"
medidas de seguridad a lo largo de la frontera, no es más que una
cortina de humo.
¿Quién va a encabezar esa
comisión?
La otra noticia , aún más alucinante,
es la de que el Presidente Obama está en camino de deportar a 2
millones de personas en lo que va de su gestión.
Esto es aproximadamente el mismo número
que el total de personas deportadas durante todo un Siglo (entre 1892 y
1997).
Por otro lado y de acuerdo con el Huffington Post, una
cuarta parte de las personas que el Presidente Obama ha deportado,
son padres de niños ciudadanos estadounidenses.
El gobierno afirma que muchas de las
personas deportadas eran criminales, pero la mayoría de ellos eran
personas involucradas en delitos menores.
Puesto que hay límites logísticos en
el número de vallas, prisiones que podemos construir, y de personas
que podemos echar, el foco de la aplicación está cambiando hacia
"la penalización interna", es decir, más regulaciones,
investigaciones, y multas para intimidar a los
empleadores que contraten trabajadores extranjeros.
También más hostigamiento contra los
Residentes Legales y más caza de personas que sobrepasen sus Visas
de paseo.
Y me pregunto, ¿vale la pena convertir
a Estados Unidos en un estado policial con el fin de aprobar una
reforma migratoria?
Pienso que el supuesto apoyo de algunos
políticos a la reforma, es en realidad una manera velada de oponerse
a la misma.
Estoy convencido de que su verdadero
objetivo es retrasar, el mayor tiempo posible, el inevitable cambio
demográfico del país, mismo que se encuentra en el corazón de la
verdadera cuestión de todo el problema de la inmigración.
Y usted que cree!