Por Aníbal E. Melo
Nadie ha sido más crítico de la hipocresía, la cobardía y el oportunismo de la administración Obama sobre la política de inmigración que este escritor.
Nadie ha sido más crítico de la hipocresía, la cobardía y el oportunismo de la administración Obama sobre la política de inmigración que este escritor.
Pero, bajo esta
administración, por lo menos hay un reconocimiento de que la reforma
migratoria es necesaria, y se han tomado algunos tímidos pasos en la
dirección correcta, especialmente en el ámbito de la Discreción
Fiscal y en oponerse a las usurpaciones estatales abusivas de la
autoridad federal sobre inmigración.
Pero, aunque
conozco las deficiencias de esta administración, es importante no
perder de vista la alternativa.
Si bien hay
algunas variaciones superficiales entre los pre-candidatos
republicanos a la presidencia, todos ellos están comprometidos con
la "deportación" de todos los indocumentados, política
que su partido ha venido apoyando desde el 1996.
Todo esto, no es
más que una estrategia para apelar a los votantes blancos de clase
trabajadora y poder atacar a los hispanos y a otras minorías.
Ningún observador
serio puede creer que estos ataques se limitan sólo a los
inmigrantes indocumentados.
La búsqueda del
"Inglés solamente", la prohibición de Arizona de la
enseñanza de estudios latinos en las escuelas, las propuestas para
cambiar la Constitución y restringir la ciudadanía por nacimiento,
y la ola de leyes restrictivas contra los votantes, son ataques
contra todas las minorías.
Sin embargo,
mientras que todos los candidatos presidenciales republicanos, de una
manera u otra, quieren llevar a este país hacia atrás respecto a
inmigración, más cerca de los días de las leyes de exclusión de
los Chinos y de las cuotas raciales por "origen nacional",
ninguno ha sido tan anti-inmigrante como Romney.
Este señor ha
prometido que si se convierte en Presidente, su meta delirante será
expulsar hasta el último hombre, mujer y niño que este en el país
sin documentos.
Esto no es incompatible con su auto-proclamado "amor por la inmigración".
Las puertas de
Estados Unidos lo más probable es que todavía estarán abiertas, si
él es Presidente, para los miembros de la elite rica del mundo, con
los que se identifica Romney.
Por lo tanto,
antes de que la inmigración de clase pobre y media se extinga en
los Estados Unidos, vale la pena analizar la dinámica de la
pre-campaña presidencial republicana.
¿Por qué es que
el candidato menos popular, menos confiable, y del que la mayoría
sospecha y desaprueba, es también el único candidato que tiene una
oportunidad real de poder ganar la nominación republicana?
La respuesta es
una sola - dinero.
Las elecciones de
este año será una batalla entre los multimillonarios – que en su
mayoría están del lado de Romney, y el resto de nosotros, los del
99%.
El futuro de la
inmigración en Estados Unidos, puede estar en manos de la
generalidad de los ciudadanos o en manos de los estadounidenses más
ricos - y de su candidato elegido.