Por Anibal E.
Melo
La función
principal de este blog no es tomar partido o comentar sobre asuntos políticos.
Pero las elecciones de ayer involucran asuntos de política de inmigración que son indiscutiblemente más prominentes de lo que lo han sido en otras en más de un Siglo.
No exagero al decir que el resultado va a tener un efecto importante en el sistema de inmigración y en la demografía de los Estados Unidos por lo menos por los próximos cincuenta años.
Al igual que la trascendental ley de Reforma Migratoria del 1965, que ahora está siendo atacada por los restriccionistas y a la que Donald Trump, al menos indirectamente, criticó en su discurso del 31 de Agosto en Phoenix refiriéndose a que las leyes de inmigración eran "viejas", y estaban "pasadas de moda".
Por lo tanto, sería un rechazo a la realidad y, creo sinceramente, un mal servicio a mis lectores, el yo no hacer algunas observaciones sobre estas elecciones, y su posible efecto sobre la inmigración, así como sobre las instituciones democráticas en las que se basa nuestro sistema migratorio.
Hay, ciertamente, quienes creen que no importa quién gano ayer, ya que piensan que nuestro sistema de inmigración, y nuestra democracia, de alguna manera y como de costumbre, no veran cambios mayores.
Pero con todo el debido respeto, creo que eso ignora la "Doctrina del Poder Plenario" de las Ramas Políticas del Gobierno, a saber: El Congreso y el Ejecutivo, que han jugado un papel central sobre nuestras leyes de inmigración desde finales del Siglo XIX, con sus notorias leyes de exclusión de los Chinos.
También pasan por alto el enorme poder que el Presidente, tiene en la determinación de las políticas de inmigración a través de Regulaciones y "memorandus" muy variados, por no mencionar las decisiones de Agencias tales como la AAO, BIA, USCIS, ICE y CBP.
Ningún abogado de inmigración que tenga experiencia puede en absoluto disputar el hecho del poder extenso que ejercen esos funcionarios, y el Presidente que es el responsable de nombrarlos.
Es cierto que su poder no es ilimitado.
Y que están sujetos al control del Congreso y, en muchos casos, de los Tribunales Federales, a pesar de la “doctrina del poder pleno.”
¿Sería irrelevante preguntar quién controla el Congreso y el Senado y quién nombra a los Jueces Federales que tienen alguna supervisión sobre el sistema de inmigración?
El Presidente, por supuesto.
A menudo se señala, por supuesto, que nuestro sistema de Gobierno se basa en controles y equilibrios.
Pero, ¿qué tipo de controles y equilibrios habrá sobre la política de inmigración cuando un Presidente anti-inmigrante que tiene el poder de nombrar a los funcionarios que las ejecutan goce del control de ambas Cámaras del Congreso.
Discurso tras discurso, Trump se ha declarado en contra de los supuestos inmigrantes "criminales" y "terroristas" que están "residiendo" en el país de forma no regulada, y que matan a los ciudadanos estadounidenses, y "destruyen al país", "invitados" por una Administración que permite "fronteras abiertas" (aunque haya deportado a 2 millones de personas. Muchas más que cualquier otra administración en la historia de Estados Unidos).
Estarían en peligro incluso aquellos que creen que un regreso a las políticas de inmigración blancas, cristianas y nórdicas anteriores al 1965, esta en el mejor interés de los Estados Unidos.
Recordemos que la columnista Ann Coulter, dijo el pasado 7 de Noviembre de que sólo a los norteamericanos con cuatro abuelos nacidos en Estados Unidos se les debería dejar votar.
Ironicamente eso significaría que ni Donald Trump sería elegible porque tiene un abuelo nacido en Alemania y una abuela nacida en Escocia.
Me pregunto - ¿cuál será el efecto sobre nuestra democracia, si realmente se imponen fuertes políticas anti-inmigrantes?
Tengo algunos ejemplos de la historia reciente:
Se trata de las políticas de encierro de los japonéses-americanos durante la Segunda Guerra Mundial.
Aunque Trump nunca ha respaldado esa política o ha pedido encerrar a los ciudadanos estadounidenses musulmanes, ha declarado que quizás tenga que hacer lo "impensable" para "protegernos".
Él sugirió que esto podría incluir la vigilancia de todos los musulmanes, y sus lugares de culto.
¿Qué tipo de respeto a la Constitución demuestra eso?
Podría hablar de muchos otros aspectos de la Constitución estadounidense, que pienso, estarán en peligro bajo una Administración Trump:
El "Derecho al Debido Proceso" bajo la "Enmienda 14", cuya garantía de "Ciudadanía por nacimiento" Trump quiere eliminar en perjuicio de millones de hijos de extranjeros nacidos en los Estados Unidos.
O los derechos de los abogados.
O los de las personas del Oriente Medio y los de los negros.
El derecho a no ser objeto de registros y confiscaciones irrazonables.
El derecho a ser representado por un abogado en los procedimientos de inmigración.
La protección constitucional contra el Castigo Cruel e Inusual de los inmigrantes que buscan Asilo.
Y podría seguir y seguir.
Mi punto es muy claro.
Las propuestas de inmigración de Trump no sólo violan los derechos básicos de los inmigrantes, sino que son la puerta de entrada no solo para poner en peligro, si no para destruir la libertad y la democracia de la que gozan todos los estadounidenses.
Veremos y Suerte!
Pero las elecciones de ayer involucran asuntos de política de inmigración que son indiscutiblemente más prominentes de lo que lo han sido en otras en más de un Siglo.
No exagero al decir que el resultado va a tener un efecto importante en el sistema de inmigración y en la demografía de los Estados Unidos por lo menos por los próximos cincuenta años.
Al igual que la trascendental ley de Reforma Migratoria del 1965, que ahora está siendo atacada por los restriccionistas y a la que Donald Trump, al menos indirectamente, criticó en su discurso del 31 de Agosto en Phoenix refiriéndose a que las leyes de inmigración eran "viejas", y estaban "pasadas de moda".
Por lo tanto, sería un rechazo a la realidad y, creo sinceramente, un mal servicio a mis lectores, el yo no hacer algunas observaciones sobre estas elecciones, y su posible efecto sobre la inmigración, así como sobre las instituciones democráticas en las que se basa nuestro sistema migratorio.
Hay, ciertamente, quienes creen que no importa quién gano ayer, ya que piensan que nuestro sistema de inmigración, y nuestra democracia, de alguna manera y como de costumbre, no veran cambios mayores.
Pero con todo el debido respeto, creo que eso ignora la "Doctrina del Poder Plenario" de las Ramas Políticas del Gobierno, a saber: El Congreso y el Ejecutivo, que han jugado un papel central sobre nuestras leyes de inmigración desde finales del Siglo XIX, con sus notorias leyes de exclusión de los Chinos.
También pasan por alto el enorme poder que el Presidente, tiene en la determinación de las políticas de inmigración a través de Regulaciones y "memorandus" muy variados, por no mencionar las decisiones de Agencias tales como la AAO, BIA, USCIS, ICE y CBP.
Ningún abogado de inmigración que tenga experiencia puede en absoluto disputar el hecho del poder extenso que ejercen esos funcionarios, y el Presidente que es el responsable de nombrarlos.
Es cierto que su poder no es ilimitado.
Y que están sujetos al control del Congreso y, en muchos casos, de los Tribunales Federales, a pesar de la “doctrina del poder pleno.”
¿Sería irrelevante preguntar quién controla el Congreso y el Senado y quién nombra a los Jueces Federales que tienen alguna supervisión sobre el sistema de inmigración?
El Presidente, por supuesto.
A menudo se señala, por supuesto, que nuestro sistema de Gobierno se basa en controles y equilibrios.
Pero, ¿qué tipo de controles y equilibrios habrá sobre la política de inmigración cuando un Presidente anti-inmigrante que tiene el poder de nombrar a los funcionarios que las ejecutan goce del control de ambas Cámaras del Congreso.
Discurso tras discurso, Trump se ha declarado en contra de los supuestos inmigrantes "criminales" y "terroristas" que están "residiendo" en el país de forma no regulada, y que matan a los ciudadanos estadounidenses, y "destruyen al país", "invitados" por una Administración que permite "fronteras abiertas" (aunque haya deportado a 2 millones de personas. Muchas más que cualquier otra administración en la historia de Estados Unidos).
Estarían en peligro incluso aquellos que creen que un regreso a las políticas de inmigración blancas, cristianas y nórdicas anteriores al 1965, esta en el mejor interés de los Estados Unidos.
Recordemos que la columnista Ann Coulter, dijo el pasado 7 de Noviembre de que sólo a los norteamericanos con cuatro abuelos nacidos en Estados Unidos se les debería dejar votar.
Ironicamente eso significaría que ni Donald Trump sería elegible porque tiene un abuelo nacido en Alemania y una abuela nacida en Escocia.
Me pregunto - ¿cuál será el efecto sobre nuestra democracia, si realmente se imponen fuertes políticas anti-inmigrantes?
Tengo algunos ejemplos de la historia reciente:
Se trata de las políticas de encierro de los japonéses-americanos durante la Segunda Guerra Mundial.
Aunque Trump nunca ha respaldado esa política o ha pedido encerrar a los ciudadanos estadounidenses musulmanes, ha declarado que quizás tenga que hacer lo "impensable" para "protegernos".
Él sugirió que esto podría incluir la vigilancia de todos los musulmanes, y sus lugares de culto.
¿Qué tipo de respeto a la Constitución demuestra eso?
Podría hablar de muchos otros aspectos de la Constitución estadounidense, que pienso, estarán en peligro bajo una Administración Trump:
El "Derecho al Debido Proceso" bajo la "Enmienda 14", cuya garantía de "Ciudadanía por nacimiento" Trump quiere eliminar en perjuicio de millones de hijos de extranjeros nacidos en los Estados Unidos.
O los derechos de los abogados.
O los de las personas del Oriente Medio y los de los negros.
El derecho a no ser objeto de registros y confiscaciones irrazonables.
El derecho a ser representado por un abogado en los procedimientos de inmigración.
La protección constitucional contra el Castigo Cruel e Inusual de los inmigrantes que buscan Asilo.
Y podría seguir y seguir.
Mi punto es muy claro.
Las propuestas de inmigración de Trump no sólo violan los derechos básicos de los inmigrantes, sino que son la puerta de entrada no solo para poner en peligro, si no para destruir la libertad y la democracia de la que gozan todos los estadounidenses.
Veremos y Suerte!
