Cómo Trump Puede Garantizarle Al Partido Demócrata La Casa Blanca Por Generaciones
Por Aníbal E. Melo
Sucedió ya antes, hace unos 90 años, cuando el partido REPUBLICANO golpeó muy duramente a los inmigrantes de la época. Los republicanos nunca se recuperaron muy fácilmente.
Veamos:
En mi opinión Estados Unidos nunca va a deportar a todos los once millones de inmigrantes indocumentados o a eliminar el derecho de ciudadanía por "jus solis".
Pero, ¿y si lo hace?
¿Cuál sería el impacto político si Trump y otros enojados nativistas del partido REPUBLICANO realmente alcanzan la mayoría electoral, y realizan todos los cambios que desean a la ley de inmigración?
Ya sabemos, porque algo muy similar sucedió una vez antes en la historia Estadounidense.
Hace noventa años, dos presidentes Republicanos—Warren Harding y Calvin Coolidge— y un Congreso dominado por ellos, promulgaron duras políticas contra los inmigrantes.
Ese hecho, ayudó a marcar el comienzo del más largo período de dominio de la política estadounidense por parte de un sólo partido.
Pero fueron los Demócratas, no el partido REPUBLICANO, el que se benefició, debido a una cascada de consecuencias políticas no intencionales.
Durante la década del 1920, los legisladores federales revirtieron la tradicional política de acogida de los recién llegados de casi todos los países.
Por un lado, el miedo a los extranjeros portadores del bacilo del Bolchevismo Ruso, y por el otro, el rechazo a diluir la pureza de la raza "Nórdica" les llevó a pasar las mayores y más radicales restricciones inmigratorias en la historia de los Estados Unidos.
Con gran mayoría, el Congreso aprobó las "cuotas" que explícitamente discriminaban en contra de los inmigrantes de Europa del sur y oriental y les prohibió inmigrar a los Árabes y a los Asiáticos, excepto a los Filipinos.
En apoyo a las leyes restrictivas del 1924, el Senador Johnson-Reed, con orgullo exclamó:
"Gracias a Dios tenemos en los Estados Unidos, quizás, el mayor porcentaje de cualquier país en el mundo de pura y no adulterada raza Anglo
Ahora tenemos suficiente población blanca en nuestro país como para poder cerrar la puerta, y dedicarnos a criar una pura y no adulterada ciudadanía Americana", declaro el Senador.
Las nuevas políticas fueron muy efectivas: Más de 18 millones de personas emigraron a los Estados Unidos entre 1880 y 1920.
Pero entre el 1930 y el 1960, era de la gran restriccion de la inmigración, sólo cuatro millones lo hicieron.
Y por supuesto la reacción política de ese drástico cambio en la demografía fue feroz.
Los inmigrantes provenientes de lugares como Polonia, Italia y Rusia, que ya vivían en los Estados Unidos y sus hijos nacidos aquí, se ofendieron profundamente, ya que la "cuota" les impidió traer a sus familiares y amigos.
La mayoría también rechazó la prohibición del alcohol, ya que La veían como un ataque por parte de los evangélicos a sus culturas y a su derecho a beber cualquier tipo de bebida que ellos eligieran.
En su momento, los Demócratas le advirtieron a los nativistas de que se arrepentirían de su decisión de impedir la entrada a personas no "Anglo-Sajonas".
"Supongamos que los Republicanos logren hacer las cosas a su manera," dijo el Representante Emmanuel Celler, Judío de Brooklyn, "y nos despertemos un día y encontremos que toda nuestra población de origen extranjero se ha esfumado. No habría panecillos para el desayuno, ni azúcar para el café, y nada de carne para la cena—ya que prácticamente todos los trabajadores en el sector alimenticio son extranjeros.
Las mujeres tendrían que usar el abrigo del año pasado, los zapatos y los guantes, ya que la mayoría ... de las fábricas de Prendas de vestir estarían cerradas."
Luego vinieron las elecciones del 1928.
Y sucedió lo impensable para los Demócratas:
En medio de la gran prosperidad de esa década, Smith perdió de Herbert Hoover.
Pero en el 1932, gracias a la Gran Depresión, los votos, en casi todos los grandes Estados, favorecieron a Franklin D. Roosevelt, demócrata.
FDR no tenía el suficiente apoyo en el Congreso para deshacerse de la "cuota".
Pero derogó "la prohibición" y aprobó programas, como las "Obras de Progreso de la Administración" y la "Ley Nacional de Relaciones Laborales" que ayudaron a los miembros de las etnias a encontrar puestos de trabajo y formar sindicatos.
En la década transcurrida desde que la restrictiva "cuota" había sido aprobada, los trabajadores jóvenes provenientes de los grupos étnicos que los Republicanos habían ridiculizado ya se habían "Americanizado".
El inglés era su primera lengua; ellos habían sido educados en los Estados Unidos, acudían a ver las mismas películas de Hollywood y bailaban con el mismo swing que el resto de los Estadounidenses.
Y ...estaban registrados para votar.
Sin hablar de la Gran Depresión, momento supuestamente inseguro como para cuestionar la autoridad de los empleadores – la mayoría de los cuales eran leales Republicanos, el partido en el poder, cuando Wall Street se estrelló y la tasa de desempleo se elevó a 25 por ciento.
Todo esto hizo eco entre los trabajadores de las etnias.
Era un caldo de cultivo natural para el reclutamiento de miembros para los nuevos sindicatos, que promovían huelgas y otras formas de presión, en el sector del acero, los automóviles, estibadores, aviones, y la industria eléctrica durante toda la década del 1930 al 40.
La primera y segunda generación de inmigrantes, les dieron la bienvenida a la pluralidad étnica que brindaba el nuevo movimiento obrero, al igual que los negros y los Mexico-Americanos, que ya habían abrigado las tradiciones Americanas para sí mismos.
Entre 1933 y 1945, los sindicatos añadieron nueve millones de nuevos miembros a sus filas.
Y los trabajadores organizados se habían convertido en una coalición arco iris—y un fuerte pilar para el Partido Demócrata.
Por cuatro elecciones corridas, FDR arrincono a sus opositores Republicanos en las grandes ciudades llenas de blancos étnicos y Afro-Americanos.
También se transformaron Estados como Pennsylvania e Illinois, que tradicionalmente habían votado Republicano, en bastiones demócratas.
Y se creó una fiesta de nominados Judíos, Católicos, polacos, e Italianos para ocupar las oficinas locales y estatales.
Durante el apogeo de la Guerra Fría en la década del 1950, Dwight Eisenhower y otros Republicanos moderados ganarón de nuevo algunos de esos votantes.
Pero en 1960 llegó, John Kennedy, Católico, y liberal –quién recobró mucho del antiguo apoyo del que gozaba la coalición de FDR.
Él fue el primer presidente que debió su victoria a una alianza de los religiosos, los blancos étnicos y las minorías raciales.
Con el antiguo cierre de las fronteras, los Republicanos provocaron la hostilidad de millones de inmigrantes y, más importante aún, de sus hijos ciudadanos.
Durante los años 1930 y los años 40, los Demócratas ganaron cada elección presidencial, incluso a medida que la población nacida en el extranjero disminuía del 11.6 por ciento a poco más de la mitad de ese número.
La dinámica política de hoy no es tan diferente.
Los Latinos y los Asiáticos Americanos ya han votado abrumadoramente en favor de Barack Obama en el 2008 y el 2012.
Mitt Romney, pagó un alto precio por su dura postura contra millones de inmigrantes indocumentados, cuando declaró que les iba a hacer la vida tan difícil que ellos se "auto-deportarían" (Romney perdió el voto Hispano de Obama por un impresionante 71 a 27 por ciento).
Si en el 2016, el candidato del partido REPUBLICANO hace campaña y corre una plataforma anti-inmigrante – él o ella podría ver la repetición de los resultados de una de las peores decisiones que el partido jamás haya repetido.
Incluso si en el futuro el flujo de inmigrantes hacia los Estados Unidos se reduce a la mitad, el número del porcentaje de Estadounidenses con raíces en el extranjero seguirá creciendo.
Para el 2040, o antes, es la gente blanca la que va a ser el grupo minoritario más grande, según los datos del censo.
Pienso que una campaña Republicana basada en una plataforma nativista aseguraría la victoria electoral de los Demócratas en el 2016 y en las sub-siguientes elecciones.