viernes, 25 de septiembre de 2015

Sobre La Crisis De Refugiados De Europa

Por Aníbal E. Melo


El significado de la frase "crisis de los refugiados" puede ser difícil de captar, hasta que uno ve fotografías o vídeos de los acontecimientos.

Familias desesperadas, aglomeraciones en las estaciones de trenes, niños muertos o durmiendo en pisos y banquetas.

Campos de refugiados siniestros, ciudades ricas llenas de tiendas de campaña, playas y puertos que tratan de dar cobijo a cientos de embarcaciones desvencijadas que transportan a miles de refugiados que llegan diariamente.

Hoy, más de 19 millones de personas se han visto obligadas a huir de sus países de origen debido a la guerra, a la persecución y a la opresión política.

Se estima que todos los días 42,500 nuevos desplazados se unen a los ya existentes.

Hay dos razones para explicar la existencia de esta crisis y el por qué ha crecido tanto.

La primera es la variedad de guerras que han obligado a que millones de personas huyan de sus hogares en el Medio Oriente, África Subsahariana y  otras partes del mundo — que han provocado la apertura de rutas previamente cerradas para llegar a Europa.

La segunda y menos discutida, son las políticas cada vez más duras contra los refugiados por parte de naciones del Occidente y otros países ricos que son los más adecuados para reubicarlos.

Los ciudadanos nativos de esos países, inseguros y temerosos por los efectos de la nueva ola de inmigrantes, están  preocupados con ideas cómo "la protección de la identidad nacional", política populista que contribuye a empeorar la crisis.

El resultado es que en un momento en el que más gente necesita ayuda, los países ricos están más reacios a ayudar, poniendo a millones de familias de refugiados inocentes en peligro.

En mi opinión el causante principal de la presente crisis es Siria.

4 millones de personas, casi una quinta parte de su población, ha huido de ese país desde que la guerra comenzó en el año 2011.

No es difícil entender por qué huyen los sirios.

El régimen de Bashar al-Assad aniquila a los civiles sin piedad, incluso con armas químicas.

Por otro lado, ISIS ha sometido a los sirios a asesinato, tortura, crucifixión, esclavitud sexual y otras atrocidades espantosas.

Otros grupos como Jabhat al-Nusra los han torturado y asesinado.

La mayoría de los refugiados sirios han acabado en campos de asilados repletos de gente en los países vecinos.

Pero al ver poco futuro para sus familias en esos campamentos y saber que nunca podrán regresar a sus casas, muchos deciden emprender un viaje incierto y peligroso para lograr llegar a Europa.

Y no es sólo Siria.

Otros conflictos han desplazado a millones, por ejemplo, 1.1 de Somalia y 2.59 de Afganistán.

La represión política y sectaria en otros países ha contribuido también.

Muchas familias en Eritrea, por ejemplo, huyen de una dictadura a la que a veces se le llama la Corea de Norte de África.

En Myanmar, un grupo de minoría musulmana conocido como los Rohingya ha sufrido violencia brutal y limpieza étnica, muchas veces con el apoyo tácito del Gobierno a manos de sus propias  fuerzas Armadas.

"Huyendo de Rohingya" fue un titular que ocupó la primera plana de la prensa, después de que miles de refugiados se quedaran  varados en el mar y abandonasen los barcos porque los países vecinos se negaron a recibirlos.

Mientras tanto y por otro lado, en América Central, la violencia y la anarquía de las pandillas ha hecho que miles de familias desesperadas por la seguridad de sus miembros los envíen en un peligroso viaje hacia el norte con la esperanza de que estarán más seguros en los Estados Unidos.

Sin duda, son muchos los inmigrantes que viajan hacia los países ricos en busca de mejores oportunidades económicas para ellos y sus familias.

Pero eso no borra la realidad de la existencia desesperada de  millones de refugiados que huyen de la difícil situación política de sus países, corriendo  el riesgo de ahogarse en el Mediterráneo o de morir en el desierto o en una carretera debido a los terribles peligros del viaje.

Como se puede ver, todas estas diversas crisis, no están necesariamente relacionadas entre sí.

Pero me es obvio, que la crisis mundial de refugiados actual, es más que una colección de  desastres humanitarios individuales.

Tiene muchos elementos comunes.

Uno de ellos es la Primavera Árabe, la ola de protestas contra el Gobierno que afectó al Medio Oriente en el 2011.

Durante años, la UE mantuvo a los refugiados fuera de la vista y de la mente del público en general utilizando al  dictador libio Moammar Gadhafi para interceptar y hacer regresar a sus países a los migrantes de la zona que deseaban huir hacia Europa.

Gadafi era algo así como el Gorila de Europa, ayudándole a mantener a raya el  potencialmente significativo número de migrantes africanos para que no pudiesen nunca alcanzar el continente.

Sus métodos fueron terribles:

Libia encarceló a los migrantes en campos donde la violación y la tortura eran extensos.

Europa estaba feliz de tener al Coronel Gadafi preocupado por el problema.

Entonces llegó la Primavera Árabe, y los libios se levantaron contra Gadafi.

Europa y Estados Unidos intervinieron y con el régimen del dictador eliminado,  Libia se derrumbó en el caos.

Aunque el viaje a través de Libia todavía seguía siendo peligroso, también estaba repentinamente abierto, haciéndo  más fácil a los refugiados y a los inmigrantes económicos de África el viaje.

Mientras tanto, la Primavera Árabe  se esparcio a Yemen e Irak y eventualmente ayudó a la fatal organización ISIS a crecer en Siria.

Por supuesto, nada de esto causó el éxodo de refugiados de  Afganistán o Myanmar, pero la "Primavera Árabe" fue tal vez la chispa individual más grande que ayudó a incendiar la crisis global  de refugiados que vivimos actualmente.

Los vecinos de Siria acogen a la mayoría de los refugiados provenientes de ese país en campamentos que carecen de agua, alimentos, techo y otros recursos.

En la medida que la crisis ha crecido, y particularmente debido a que más refugiados han abandonado los campamentos  de Jordania o Myanmar y han llegado a la fronteras de los países más ricos, la crisis se ha convertido en mucho más difícil de ignorar.

No es ya simplemente una cuestión del gran número de personas viviendo en campos de refugiados, sino el hecho de que miles de familias desesperadas están llegando a las costas y las fronteras de Europa cada día.

Hay algunas razones por las que que los refugiados se han vuelto más deseosos de hacer el viaje hacia Europa (o a Australia, en el caso de algunos asiáticos surorientales; o a los Estados Unidos, en el caso de los refugiados centroamericanos).

La primera es que las crisis en sus países de origen se han vuelto simplemente demasiado peligrosas.

Otra es que muchos que inicialmente huyeron hacia los  campamentos, se han dado cuenta de que estos se han convertido en muy peligrosos y que ofrecen poco futuro para sus familias.

Es por eso que en este verano, la Unión Europea, Estados Unidos y Kuwait se comprometieron a donar $1.2 billones, $507 y $500 millones, respectivamente, como ayuda para los refugiados.

Esa cifra es buena, pero está todavía muy lejos de los $5.5 billones en ayuda que la ONU dice que se necesita para enfrentar el problema, así como otros $2.9 billones para la ayuda de los sirios desplazados en su propio país.

Como resultado, los campamentos están llenos de gente pasando frío, hambre y sujetas a los estragos causados por diversas enfermedades.

Por otro lado, y en la medida que el número de refugiados ha crecido, así lo han hecho las redes de contrabando que organizan los viajes ilegales  cobrando cifras exorbitantes en condiciones peligrosas y con poca consideración por la seguridad de sus clientes.

Y así cientos de miles de refugiados han llegado  a Europa,cruzando el Mediterráneo en embarcaciones desvencijadas y en botes de goma, lo que facilita
el suceso de tragedias frecuentes.
ACNUR estima que 2,500 personas han muerto sólo en este verano al intentar hacer la travesía.

Cuando los niños mueren en Siria, raramente llama la atención del mundo desarrollado, ya que lamentablemente e injustamente, eso  ha llegado a convertirse en una rutina.

Pero cuando mueren en la parte trasera de los camiones en Austria, o en el Mediterráneo al intentar llegar a Grecia, es mucho más difícil el poder ignorarlos.

En reacción, y en sus esfuerzos para disuadir que los refugiados lleguen a sus costas,  los países ricos, han creado políticas que hacen los viajes más peligrosos, lo que a su vez contribuye a aumentar las tragedias.

En el otoño pasado, por ejemplo, el Reino Unido recortó  los fondos para las operaciones de búsqueda y rescate que salvan la vida de alrededor de 150,000 personas  al año, diciendo "que los rescates animan a más gente a hacer la travesía".

Por su parte, el Gobierno italiano puso fin a dichas operaciones en noviembre pasado, y lo ha reemplazado por un programa más limitado, que patrulla solamente 30 millas de la frontera y no tiene misión de búsqueda ni de rescate.

El resultado, como era de esperar, ha sido mortal.

Y eso, no es un accidente.

Es el resultado de la política europea que pretende mantener a los refugiados afuera.

Que triste!