Por Aníbal E. Melo
Es septiembre, momento de recordar una hermosa y clara, pero triste mañana del día 11 del año 2001 cuando el mundo se nos vino abajo.
Desde entonces, hemos presenciado guerras y atrocidades terroristas, que sólo parecen empeorar con cada día que pasa.
Miembros de Al Qaida, ISIS y los talibanes matan deliberadamente a personas inocentes e indefensas.
Violan a los niños, y destruyen los monumentos históricos.
Realmente no hay palabras lo suficientemente fuertes para condenar sus acciones.
Pero una que he oído a menudo utilizada para describir a los terroristas es "cobarde".
No creo que los terroristas sean cobardes en el sentido normal de la palabra.
Tal vez el matar a personas inocentes es un acto cobarde, pero ir voluntariamente a luchar a Siria o Irak, o volar un avión para estrellarse contra un edificio no es acciones de cobardes.
Son acciones malas y equivocadas, pero por lo menos a mí, no me aparecen cobardes.
Pienso que hay otra palabra, quizá más profunda que la etiqueta de "cobarde" cuando se trata de esos terroristas.
Es la "cobardía moral" de querer dañar a otras personas sin hacer el esfuerzo de entender la humanidad de las mismas.
Se necesita valor --a veces mucho-- para conocer gente que lucen diferentes a nosotros.
Cuando los secuestradores del 9-11 volaron sus aviones contra las Torres Gemelas y el Pentágono, fueron unos cobardes en el sentido de que ellos no consideraron a los seres humanos individuales que serían sus víctimas.
Ese tipo de cobardía le permite a las personas hacer cosas terribles.
"América nos ha hecho daño, por lo tanto, tenemos la justificación para perjudicarlos a ellos", piensan los terroristas.
Pero ese razonamiento no funciona cuando se tiene en cuenta el hecho de que todos nosotros, sólo somos ciudadanos de a pié, personas que tratamos de vivir nuestras vidas día a día.
Tal vez los terroristas pueden querer justificar sus acciones para sí mismos:
"Nadie en los Estados Unidos es inocente. Todos son cómplices de los ataques sistemáticos de su país contra el Islam, y Dios exige la destrucción de los no creyentes".
Y mientras los terroristas preparaban sus ataques, apuesto a que ninguno pensó en las vidas individuales que destruirían.
Qué del hijo, hermano, esposo amoroso, padre de familia, abuelo o amigo?
Qué de los inocentes turistas que viajaban en avión por primera vez en su vida?
Qué de los humildes trabajadores, bomberos, policías y paramédicos que habían dedicado sus vidas a servir a su comunidad?
Por supuesto que no pensaron en ellos.
Conocer y llegar a tratar a los "enemigos" destruye la noción que tenemos sobre ellos.
Y mientras que es fácil proyectar odio, rabia y miedo en "los otros", es mucho más difícil despersonalizar y matar a un ser humano real al que se ha conocido personalmente.
Para mí, esa es la mayor forma de cobardía de nuestro tiempo.
Aunque vivimos en un mundo más integrado que nunca, todavía le negamos la humanidad a muchos seres humanos.
Es a eso a lo que llamo "cobardía moral".
Lo que me lleva a Donald Trump.
No pienso que Trump es un terrorista, pero tiene algo en común con ellos.
Adivinaron? : "cobardía Moral".
El Sr. Trump y los otros contendientes republicanos por la candidatura presidencial, quieren detener, deportar y disuadir de venir a todos los inmigrantes "ilegales", a los trabajadores con visa H1B, a los refugiados, a los solicitantes de asilo, y hasta a los turistas.
Por supuesto es mucho más fácil deportar a gente a las que se ha etiquetado como de ser ilegales, "violadores" y "asesinos".
Es más difícil cuando tienes que lidiar con seres humanos reales y sus historias individuales.
Muchos estadounidenses tal vez creen que todos los "ilegales" deben ser deportados, pero antes de llegar a esa conclusión, tenemos una obligación moral e intelectual: Entender lo que uno está promoviendo.
Muchos indocumentados son víctimas de violencia, y sí son
deportados, probablemente podrían ser asesinados.
Aunque parece "razonable", la propuesta política de que todos los indocumentados deben ser deportados, es equivocada.
Llamarle «ilegal» a un hombre sin saber nada de la persona real y luego arrestarlo para su deportación, es "cobardía moral".
Antes de decir, "deportemos a todos," es mejor que sepamos a quién estamos deportando y exactamente lo que eso significa.
Lo irónico es que incluso las personas más opuestas a la inmigración a menudo tienen compasión por los inmigrantes que personalmente conocen.
Y es que una cosa es un grupo de "ilegales", y otra los individuos indocumentados que nos sirven diariamente.
De hecho, cuando Trump se reunió con activistas del "Dream Act" hace dos años, les dijo: "Ustedes me convencieron."
Al conocerlos y escuchar sus historias, incluso hasta Donald los quería ayudar.
Pienso que hasta cierto punto, todos somos culpables de deshumanizar a los 'otros'.
Pero cuando abogamos por posiciones que perjudican a otros sin entender - incluso sin tratar de razonar, el daño potencial, nos convierte en seres a morales.
Esta nación espera más de nosotros mismos y de sus líderes políticos, especialmente de los que aspiran a ser Presidentes.