Por Aníbal E. Melo
El momento es
perfecto para que el Presidente Obama lo aproveche y vaya a
lo grande con el tema de la Reforma Integral De Inmigración o CIR.
Al igual que con el "Fiscal
Cliff", y con el aumento inminente de los ingresos (a través de
la eliminación de los recortes de impuestos de Bush por rebote), así también
hay que hacer con inmigración.
El Presidente Obama tiene la sartén
por el mango, ya que los republicanos para poder mantenerse erguidos
necesitan apoyar la reforma migratoria.
El electorado estadounidense se
manifestó el pasado martes 6 de noviembre, y está claro que los votantes -
especialmente los jóvenes y los miembros de las comunidades étnicas
de origen hispano y asiático, favorecieron a los líderes que dan la
bienvenida a los inmigrantes.
Con la elasticidad de un maestro de
yoga, los antiguos partidarios de CIR en el Senado, que habían
abandonado su apoyo para sobrevivir al Tea-Party y a su reelección,
incluyendo Orrin Hatch, Lindsay Graham y John McCain, ahora se
inclinan por obedecer la voluntad popular.
Sintiendo la perspectiva de su
irrelevancia y quizás hasta de su extinción, están siendo
flexibles con el tema de una reforma de inmigración que
incluya un camino hacia la ciudadanía.
Si bien en un ambiente político
diferente, en el pasado he reconocido la utilidad de apoyar la
política del "poco a poco" como el arte de lo posible,
pero creo que ahora el país se ha desplazado tectónicamente en un
abrazo hacia CIR, según lo confirman las encuestas de salida de
urnas que revelan que el 65% de todos los votantes apoyan la
concesión de una oportunidad de estatus legal para los trabajadores
inmigrantes no autorizados.
A la carga señor Presidente!