viernes, 9 de noviembre de 2012

El Juego Del 2016 Comienza Ahora

                                 
Por Aníbal E. Melo
AnibalMelo@Yahoo.com


Cada vez que un partido pierde unas elecciones, hay un montón de lamentos y mucho jalón de pelos.

Aunque en el voto popular estuvieron cerca de Obama, los republicanos perdieron casi todos los estados indecisos, incluyendo: Nueva Hampshire, Pensilvania, Virginia, Wisconsin, Ohio, Iowa, Colorado, Nevada, Nuevo México y Florida.

Es cierto que en algunas de las carreras estuvieron cerca, pero en política, una victoria es una victoria, y una derrota es una derrota.

Con la pérdida de Virginia, y su pírrica victoria en Carolina del Norte, la base del partido se ha reducido al sur profundo (sin Florida por supuesto), a los estados grandes y vacíos de las Grandes Planicies y al oeste montañoso donde una vez habito el búfalo, pero no los votos eléctorales.

Los estados tradicionalmente azules – en donde los demócratas han ganado cinco veces en línea - valen 242 votos eléctorales.

Obama ganó cada uno de ellos. Ninguno le estuvo difícil.

Ni siquiera Wisconsin que tuvo a Paul Ryan, nativo de ese estado, en el ticket Vice-Presidencial republicano.

Romney hizo muchos esfuerzos para ganar Pennsylvania, pero se quedó corto. El equipo azul ganó por 5 puntos.

Así que para la próxima vez, podemos hablar de 242 votos eléctorales que los demócratas han ganado seis veces consecutivas.

Ni Rick Santorum, Marco Rubio, Paul Ryan o Chris Christie van a hacer mella ahí en el 2016.

Para colmo, algo nuevo se ha añadido a esa mezcla.

Nuevo México es ahora de color azul oscuro, llevando la cuenta a 247.

Obama también ganó en Nevada, Iowa y New Hampshire por un margen de 6, 5, y 5 puntos porcentuales respectivamente.

Si se añaden a la base demócrata, los votos eléctorales se convierten en 263.

Si los demócratas mantienen esos 263 votos eléctorales en el 2016, los republicanos tienen que necesariamente ganar en Colorado, Ohio, Virginia, Carolina del Norte y Florida. En todos ellos.

Pero si los republicanos se siguen moviendo más hacia la derecha, lo que es muy posible, es poco probable que puedan conquistar a esos grandes, cambiantes y diversos estados.

A pesar del hecho de que es innombrable, voy a mencionar el gorila de las 800 libras que deambula por los lugares de votación: la raza.

Ciertamente hay votantes blancos en Virginia, Carolina del Norte y Florida del Norte que no votaron en favor de Obama debido a su color, pero que no son opuestos a votar por un candidato demócrata de raza blanca.

El problema para los republicanos es que todos los probables candidatos demócratas para el 2016 - Joe Biden, Hillary Clinton, Cuomo y Martin O'Malley - son blancos.

Incluso la flamante Senadora electa Elizabeth Warren (que estará bajo la presión de la izquierda para que se lance a la carrera), es 31/32 blanca.

Por su parte, demográficamente la base del Partido Republicano son los hombres enojados, blancos y envejecientes.

Esa no es una fórmula para futuras victorias.

A los demócratas les ha ido bien con las mujeres, con los latinos y con los jóvenes.

A menos que los republicanos dejen de tratar de derogar a Roe Vs Wade y a Griswold Vs Connecticut, no van a mejorar su situación con las mujeres.

Si Obama hace un gran esfuerzo para aprobar una reforma migratoria y, los republicanos se oponen en una votación partidista en la Cámara de Representantes, pueden olvidarse del apoyo eléctoral de los hispanos durante toda una generación.

En cuanto a los jóvenes, las identidades políticas se establecen temprano.

Una persona de veinte y tantos años, que ya ha votado por los demócratas dos veces no va a ser una fruta fácil de pelar para los republicanos, a menos que puedan sacudirse del peso de su enfermo y moribundo elefante.