sábado, 1 de septiembre de 2012

Nación De Deportados

                                                     
Por Aníbal E. Melo
AnibalMelo@Yahoo.com



Hay que tener el corazón duro para no conmoverse con la situación de vida de cientos de miles de jóvenes inmigrantes indocumentados que fueron traídos a este país cuando eran niños, y que ahora pueden salir del limbo legal en virtud de la nueva política de Obama, misma que ha deleitado a los defensores de los inmigrantes y enfurecido a los anti-inmigrantes.

Aunque generosa y humana, esa nueva política representa sólo una parte de la verdad.

Barack Obama tiene el récord en el número de deportaciones, en muchos casos ofendiendo las nociones básicas de justicia.

Estas injusticias empezaron antes que él.

Iniciarón en el 1996, cuando se cambió la política de inmigración de una manera draconiana para que los no ciudadanos - incluidos los residentes legales - se volviesen más vulnerables a una posible deportación, incluso por delitos menores cometidos muchos años atrás.

Todo esto, acompañado de poco respeto por los derechos procesales o la discreción judicial.

Antes del 1996, las deportaciones eran relativamente pocas, debido a la autoridad legal que permitia que los jueces pudiesen ejercer la compasión y reconocer la rehabilitación.


Desde entonces, una de las sociedades más abiertas de la historia, ha desarrollado un enorme y costoso sistema legal migratorio, a menudo cruel y arbitrario que facilita la deportación.

Entre el 2001 y el 2010, más de un millón de personas fueron deportadas de los Estados Unidos.

Estos deportados son de todas partes del mundo.

Desde las Azores, en la costa de Portugal, hasta los nativos de la cercana América Latina.

En un estudio de "Deportados de América Latina" que habían vivido durante un promedio de 14 años en los Estados Unidos, se encontró que los que habían emigrado como niños y eran deportados, eran los que más sufrian.

En muchos casos, la deportación es inhumana y mortal.

En el año 2000, el Gobierno de Haití impuso la "detención obligatoria e indefinida" para los delincuentes deportados que llegaban de los Estados Unidos.

En las cárceles de Haití, esos deportados sufren por la falta de higiene, de cuidados básicos de nutrición y salud, y mueren debido a brotes de enfermedades como el beriberi y el cólera.

Sin embargo, esas historias, no han disuadido a la nueva inmigración indocumentada, que aumenta constantemente.

En mi opinión, la deportación lo que realmente hace es separar permanente y forzosamente a cientos de miles de familias , destino especialmente duro para los niños o los padres ancianos que se quedan en Estados Unidos.

Se que muchos de los deportados han sido condenados por delitos graves, pero la mayoría son culpables de delitos menores.

El destierro de por vida es inhumano y cruel, en particular por motivos de delitos no violentos y cometidos cuando se es menor de edad.

¿Qué visión de la ley justifica la deportación de aquellos que han crecido y asistido a las escuelas en los Estados Unidos?

¿Cuál es el objetivo, de que se les impida de forma permanente, regresar a sus casas?

En una decisión del 2010, en el caso "Padilla Vs. Kentucky", el Tribunal Supremo reconoció que muchos abogados de defensa criminal tienen una mala comprensión de la ley de inmigración y que no asesoran a sus clientes sobre una posible deportación, o que a menudo les dan un mal consejo legal.

Como resultado, muchas personas que se declaran culpables voluntariamente, son deportadas.

Sin embargo, la Junta de Apelaciones de Inmigración ha declarado que una vez que son deportados, sus casos no pueden ser reabiertos.

El imperio de la ley, al parecer, termina en la frontera.

Aunque la mayoría de los expertos coinciden en que necesitamos una reforma migratoria, un mejor control fronterizo y un programa de legalización a gran escala para los que ya están aquí, en el Congreso no hay ni asomo de una legislación integral de ese tipo.

La difícil situación de los deportados no es incluso ni siquiera parte de una posible Agenda legislativa futura.

De cara a las elecciones de noviembre, creo que el ritmo de deportaciones va a continuar sin importar el nombre del Presidente.

Que Pena!