miércoles, 25 de abril de 2012

Hagámosle La Guerra Al Odio

                                                                                                         
Por Aníbal E. Melo

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Es difícil separar la guerra republicana contra los inmigrantes, de la guerra de los republicanos contra las mujeres estadounidenses.

En ambos casos, el cáncer del odio de ese partido se ha extendido desde el nivel federal hasta el estatal.

Así cómo los republicanos no quieren hacer excepciones en la aplicación de leyes punitivas y draconianas en general, desean aplicar su ideología extrema a toda la sociedad en su conjunto.

Hasta hace unos pocos años, los republicanos se oponían a una "amnistía" migratoria, pero estaban dispuestos a dejar en manos del gobierno federal el decidir a quién deportar.

Ahora, con sus leyes estatales de inmigración punitivas, los republicanos se han movido más allá y desean forzar a los indocumentados a salir de Estados Unidos haciendo de sus vidas, y las de cualquier ciudadano estadounidense que trate de ayudarles, un infierno.

Al igual que cualquier fanático ideológico de la historia, los republicanos no hacen excepciones en sus políticas de odio.

En tiempos de la Inquisición no se quería dejar a un solo hereje sin quemar. Hoy, los republicanos no reconocen ninguna excepción a sus posiciones politícas extremas.

Pienso que cualquier persona racional y humana, ciertamente, pondría a los jóvenes estudiantes que son indocumentados, en una lista diferente a la lista anti-inmigrante republicana, pero, la razón y la humanidad tienen poco peso cuando los políticos usan el odio para ganar votos.

Por su parte, la política de odio contra las mujeres que desean abortar se ha extendido más allá del objetivo original de los republicanos de anular el fallo del Tribunal Supremo en el caso Roe vs Wade, creando leyes draconianas contra el aborto a nivel estatal.

Anteriormente, los opositores al aborto estaban dispuestos a reconocer excepciones en favor de las víctimas de violación o incesto. Ahora los republicanos desean restringir o eliminar por completo el acceso al aborto incluso en esos casos extremos.

Sin embargo, el ejemplo más, extremo, fanático y vengativo de la locura de los republicanos es su intento de bloquear la renovación de la ley de Violencia contra las Mujeres (VAWA).

Esta ley protege a todas las mujeres contra la violencia doméstica, y destripandola, los republicanos logran su cometido de llevar a cabo un acto de violencia política contra dos de sus principales objetivos de odio, las inmigrantes y las mujeres estadounidenses, al mismo tiempo.

Creo que lo que Estados Unidos necesita no es una guerra contra las personas, sino una guerra contra el odio.