Por Aníbal E. Melo
Un bando puede mirar hacia atrás y
señalar a Theodore Roosevelt, el primer Presidente moderno
republicano que fue firme defensor de los inmigrantes, a principios
del siglo 20.
El Presidente Ronald Reagan firmó la
amnistía del 1986, el Presidente George H. W. Bush firmó el Acta de
Inmigración del 1990, que triplicó el número de visas basadas en
empleos, el Presidente George W. Bush fue el primer Presidente en
hablar en favor de una reforma migratoria al país en un discurso
televisado desde el Despacho Oval.
Recordemos al Senador Orrin Hatch, que introdujo la primera versión del proyecto de ley "Dream", o al Senador John McCain, que cruzó los pasillos del Congreso para trabajar con el fallecido Senador Edward Kennedy en la lucha por una reforma integral de las leyes de inmigración.
Que buenos tiempos aquellos!
El mismo McCain, que en el pasado dijo con orgullo que apoyaba una Reforma, hoy se muestra arrepentido. Dice que hay que aplicar la ley y que el Tío Sam debe apresurarse a construir una muralla que llegue al cielo.
Independientemente de los méritos que
cualquier propuesta de reforma migratoria pudiese tener, la realidad
política actual hace que muy pocos legisladores republicanos en el
Congreso sean lo bastante temerarios como para votar por ella,
sabiendo que, sí lo hacen, el Tea Party los desafiaría, con toda
seguridad, en el próximo ciclo electoral.
El Senador Lindsey Graham, que trató de improvisar un consenso bipartidista en el Senado en favor de una Reforma Comprensiva, enfrenta precisamente ese destino incierto en el 2012. La conciencia en el Congreso puede tener un largo invierno en Carolina del Sur!
A corto plazo, los vencedores en esta
guerra, pueden obtener dividendos políticos, pero con el tiempo, es
una fórmula que los aleja de las minorías.
Ahora, el Partido Republicano está
repitiendo el mismo error histórico de alienar al bloque de votantes
de más rápido crecimiento en la nación.
Si alguien lo duda, preguntele a Harry
Reid, líder de la mayoría del Senado, cuya improbable supervivencia
fue posible gracias a las tropas de los sindicatos y de los votantes
hispanos.
Incluso Texas, sólidamente
rojo, es ahora junto a California un estado con mayoría minoritaria.
¿Saben lo gracioso? Parece que los líderes políticos, no se han dado cuenta.
Desde hace algún tiempo, hay una
guerra civil dentro del Partido Republicano entre los que ven a los
inmigrantes como un activo para el país, frente a los que los ven
como un gran problema que hay que controlar.
Hay antecedentes históricos para ambos
bandos.
Presidente Theodore Roosevelt,
Republicano |
Los nativistas, pueden encontrar su
justificación en la ley de inmigración del 1924, que tuvo por
objeto el tratar de regresar a los Estados Unidos del 1890, antes del
tsunami de la inmigración judía y católica.
Recientemente, parecía que los
"conservadores compasivos" iban a ganar la batalla.
Presidente Ronald Reagan,
Republicano |
Pero, esperen, aún hay más...
Presidente George H. W. Bush, Republicano
|
Recordemos al Senador Orrin Hatch, que introdujo la primera versión del proyecto de ley "Dream", o al Senador John McCain, que cruzó los pasillos del Congreso para trabajar con el fallecido Senador Edward Kennedy en la lucha por una reforma integral de las leyes de inmigración.
Que buenos tiempos aquellos!
En la medida que la economía se
deterioró, el mercado inmobiliario se desplomó, el desempleo se
disparó, los bancos dejaron de prestar, y Wall Street se precipitaba
hacia la ruina, la visión, la compasión y el coraje necesario para
adoptar una política de inmigración humana desapareció.
Ahora el miedo y el asco acechan los
pasillos del Congreso: Desfinanciar al USCIS; seguridad fronteriza;
resistir cualquier intento de ayudar a los indocumentados.
Estos son los gritos de guerra en la
época del Tea Party.
Sólo los derechistas pueden
sobrevivir.
Senador por Utah
Orrin Hatch, Republicano
|
El mismo McCain, que en el pasado dijo con orgullo que apoyaba una Reforma, hoy se muestra arrepentido. Dice que hay que aplicar la ley y que el Tío Sam debe apresurarse a construir una muralla que llegue al cielo.
Robert Bennett, conocido por décadas
como uno de los conservadores más famosos de Utah no fue un
derechista lo bastante odioso y pagó por su moderación pérdiendo
de un insurgente, Mike Lee, que navegó hacia la victoria en las
elecciones generales.
¿Qué tal Orrin Hatch?, apasionado
padre de la Ley Dream, que recientemente votó contra su propia
creación.
Senador por Arizona
John McCain, Republicano
|
El Senador Lindsey Graham, que trató de improvisar un consenso bipartidista en el Senado en favor de una Reforma Comprensiva, enfrenta precisamente ese destino incierto en el 2012. La conciencia en el Congreso puede tener un largo invierno en Carolina del Sur!
Senador por Carolina Del Sur
Lindsey Graham, Republicano
|
En los años veinte, el Partido
Republicano cerró la "Puerta de América" a los
inmigrantes, a través de la ley de "cuotas por origen
nacional."
Luego, los hijos y nietos de esos
inmigrantes despreciados se volvieron contra el Partido de Lincoln y
formaron la coalición del "New Deal" que ganó cinco
elecciones presidenciales consecutivas.
Ex Senador por Utah,
Robert Bennett, Republicano
|
Van a pagar un costo por su locura?
Creo que sí, pero sólo si el
Presidente Obama y el Partido Demócrata se dan cuenta de que la
reforma migratoria no es sólo una buena política, sino una
ganadora.
El que capte la lealtad de los
electores hispanos, se convertirá en el partido mayoritario en el
gobierno en las próximas décadas.
Senador por Nevada, Harry Reid, Demócrata |
Muchos le cantan al nacionalismo, pero
Estados Unidos es cada vez menos macho y menos blanco.
Si los republicanos quieren ganar en
las elecciones presidenciales, no pueden darse el lujo de tirar por
la ventana los votos electorales de California, Arizona, Florida,
Nuevo México, Colorado y Nevada.
Hacer eso los convertiría en un
Partido limitado a un reducto de las montañas del sur y del interior
occidental.
Senador por Utah, Mike Lee, Republicano |
Escriban esto: En dos generaciones,
Texas va a ser Demócrata, en la medida que los votantes del Valle
del Río Grande, ejerzan el derecho constitucional al voto.
¿Saben lo gracioso? Parece que los líderes políticos, no se han dado cuenta.