domingo, 5 de junio de 2011

La Década de la Traición y Elecciones 2012

                                                                                          
Por Aníbal E. Melo

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Desde el 2006 he escrito que el tema de inmigración es de suma importancia para los hispanos. Según encuestas recientes, con todo y crisis económica todavía sigue siendo un problema muy principal.

Hoy, voy a profundizar en esto a modo de destacar cómo la evolución de las leyes de inmigración a nivel estatal influye en la manera en que los latinos opinan de los políticos en general.

Existe una clara tendencia en la que la presencia de un ambiente anti-inmigrante lleva directamente a los hispanos a tener un mayor escepticismo sobre la eficacia del gobierno.

El año pasado, Janet Napolitano, Secretaria de Seguridad Nacional, anunció cifras récords de deportación de inmigrantes para el año fiscal 2010.

Según el gobierno federal, un promedio diario de 1,080 deportaciones se produjeron ese año, muchas de las cuáles son el resultado de la iniciativa Frontera Segura, plan que aumenta la protección de la misma.

Napolitano, dijo que se ha ocupado de que las medidas de control de la inmigración se centren en contra de los "extranjeros criminales peligrosos" ya que son, supuestamente, los que más le preocupan, a pesar de que la mitad de las 400,000 personas que fueron deportadas en el 2010, no tenian fichas criminales ni eran criminales convictos.

Pero, lo que ha sido especialmente irritante para la comunidad latina es la actividad del DHS en el interior del país.

Acompañando a Napolitano durante la declaración de mayor eficacia de control migratorio, los sheriffs locales del Condado Harris de Houston, Texas; del Condado de Los Ángeles de California y del Condado Fairfax de Virginia, dieron testimonio de una mejor y mayor coordinación entre las oficinas federales de inmigración y los departamentos locales de policía.

Junto a otros 64 agentes del orden, dichos alguaciles afirmaron que el "Memorando de Acuerdo", firmado por ellos con ICE, es parte del programa 287(g) que permite a los oficiales locales de aplicación de la ley, asumir poderes federales de control migratorio.

Napolitano dijo que el controvertido programa 287(g) fue clave en los nuevos números de deportados.

Es importante destacar, que los fondos del programa aumentaron de $10 millones en el 2006 a $70 millones en el 2010. ICE ha dicho que hay una correlación entre la tendencia de crecimiento de las deportaciones logradas y el patrón de financiamiento.

Lo que no ha sido estudiado es, cómo estas medidas impactan el punto de vista que los latinos tienen sobre el sistema político.

En abril del 2009, en una encuesta sobre decisiones políticas, votantes hispanos registrados dijeron que "el gobierno está dirigido en favor de un puñado de gente y no en favor de todos."

Los resultados de dicha encuesta, realizada por la organización Latino Decisions, muestran cómo las actitudes hacia el gobierno y la creencia de los hispanos, sobre la importancia de lo que tienen que decir, depende del "tratamiento" y de las políticas estatales hacia los inmigrantes.

Los latinos nacidos en el extranjero, que tienen la percepcion de que la política estatal de inmigración es poco acogedora, expresan gran escepticismo sobre el gobierno.

Por otro lado, la encuesta también reveló que los hispanos nacidos en Estados Unidos, son más sensibles a las diferencias de trato, por lo que en gran medida la resistencia a las políticas estatales y locales anti-inmigrantes, han sido lidereadas por latinos nacidos en el país.

Desde el 1930 el gobierno ha expulsado por la fuerza a millones de personas.

Las deportaciones en la década de 1930 formaban parte de una estrategia amplia y especifica contra los trabajadores agrícolas mexicanos organizados, principalmente en California, Texas, Arizona y Colorado.

Sin embargo, en redadas de inmigración más recientes, como en las de Postville, IA (2008), Mount Pleasant, Texas (2008), Chattanooga, TN (2008) y Bellingham, WA (2009), se han deportado junto a sus padres, también, a cientos de niños ciudadanos nacidos en los Estados Unidos.

Por otro lado, y acompañando al patrón de coordinación federal y local para hacer cumplir las leyes de inmigración, son numerosas las medidas que han sido emitidas o tratadas de emitir por diversos ayuntamientos.

Algunos ejemplos de esto, son los intentos de prohibir a los indocumentados el acceso a la vivienda, asi como las medidas que restringen el empleo, la propiedad y el ser dueño de un negocio, que se han producido en ciudades de California, Nebraska, Illinois, Carolina del Sur y Texas, entre otras.

Pienso que hay tres cosas claras en el análisis de los votantes hispanos y la cuestión de la inmigración.

  • Primero, nada ha cambiado en cuanto a las preferencias políticas de los hispanos por causa del tema de la inmigración.
  • Segundo, los votantes latinos culpan tanto a demócratas cómo a republicanos por la falta de una reforma migratoria.
  • Y por último, es evidente que el impacto de la actividad anti-inmigrante a nivel estatal, en combinación con la coordinación local y federal para hacer cumplir las leyes de inmigración, va más allá de los indocumentados, afectando a miles de ciudadanos sobre todo niños nacidos en el país.
No es de extrañar, entonces, el por qué la inmigración sigue siendo tan importante para los latinos de cara a las elecciones del 2012.

En la emoción de anunciar el número de deportaciones récord, el Gobierno de Obama, a travez de  Janet Napolitano, se olvido de que los hispanos nos movilizamos en cifras récord en el 2006. Record no de latinos, sino, en cuanto a números masivos respecto a cualquier otra manifestación o reunión pacífica en la historia de los Estados Unidos.

Sin embargo, estas extraordinarias manifestaciones de apoyo a un tema específico ha caído en oídos sordos.

Los demócratas han perdido la oportunidad de asegurarse el amor y la fidelidad del segmento de mayor crecimento del electorado.

Por desgracia, esta oportunidad perdida puede ir en detrimento de los hispanos y de la fe en un sistema político que pueda responder a cuestiones claves para nosotros.

Pienso que la primera década del siglo 21 está grabada en la mente de los hispanos como la década de la traición y el resultado de esto, lo veremos en las próximas elecciones.