martes, 24 de junio de 2014

Sobre Los Menores Inmigrantes No Acompañados

Aníbal E. Melo
http://www.AnibalMelo.com
AnibalMelo@yahoo.com


El fenómeno de los menores no acompañados que llegan a los Estados Unidos, por lo general después de una ardua y peligrosa jornada a través de América Central y México, ha alcanzado una proporción de crisis.

Y si bien la situación ha llamado la atención de la Administración Obama, los políticos, y el país en general, es dolorosamente claro que no tiene soluciones simples, ya sea a corto o mediano plazo, que aborden el complejo conjunto de factores que impulsan este acontecimiento.

Al declarar que el aumento de las llegadas de los niños es una "situación humanitaria urgente", el Presidente instruyó a la "Administración Federal de Manejo de Emergencias (FEMA)" para liderear e implementar una respuesta coordinada entre las diversas Agencias Federales involucradas.

Debido a que los albergues infantiles existentes están llenos a capacidad, y a que, incluso instalaciones militares en California, Oklahoma, y Texas están albergando a muchos de esos niños de forma temporal, el Gobierno Federal planifica abrir más instalaciones.

Por otro lado, el "Departamento de Justicia (DOJ)" ha anunciado la creación de un programa de US$ 2 millones de dólares para ayudar a proporcionar "representación legal" en las Cortes de inmigración a dichos menores.

Además, el Gobierno de Obama ha solicitado $1,570 millones en "créditos de emergencia" al Congreso para alojar, alimentar, procesar y transportar a los niños.

Mientras que el flujo de menores extranjeros no acompañados ha estado creciendo de manera constante desde el 2012, se ha producido un notable incremento en los últimos seis meses.

De acuerdo con la "Patrulla Fronteriza", las aprehensiones de los niños no acompañados aumentaron de 16,067 en el año fiscal 2011 a 47,017 durante los primeros ocho meses del año fiscal 2014.

Si el flujo continúa ese ritmo, la Administración prevé que para el final de este año fiscal, el 30 de Septiembre, el total podría alcanzar 90,000.

Como dato significativo, tengo que añadir que el 90% de los menores no acompañados que llegan a la frontera son de Honduras (28 por ciento), México (25 por ciento), Guatemala (24 por ciento) y El Salvador (21 por ciento).

Si bien existe un consenso de que la llegada de los menores a la frontera Estados Unidos/México está siendo impulsada por factores familiares, políticos y laborales, no hay consenso en cuanto a cuál de ellos es el más importante.

Y claro, ahora, la cuestión de la migración infantil no acompañada se ha convertido en el nuevo campo de batalla en la lucha política por la Reforma Migratoria.

Para la Casa Blanca, muchos de esos niños están "huyendo de la violencia, la persecución, el abuso o el tráfico infantil".

Para los Republicanos del Congreso, el aumento se debe a las políticas migratorias flojas implementadas por el Presidente Obama.

El Presidente del "Comité Judicial de la Cámara de Representantes", Robert Goodlatte (R-VA), opina que el aumento de las llegadas es el resultado de las medidas "desastrozas de la Administración" ya que se "ha corrido la voz en todo el mundo acerca de las políticas de control laxas del Presidente, mismas que animan a más personas a venir a ilegalmente a los Estados Unidos, muchos de los cuales son niños y niñas de América Central".

Pero en mi opinión, hay más de una causa.

Pienso que existe una confluencia de diferentes factores que impulsan el problema, y que contribuyen a su aumento.

Entre ellos puedo citar las recientes políticas de Estados Unidos hacia los niños no acompañados, las economías vacilantes y creciente actividad de la delincuencia y las pandillas en los países centroamericanos, el deseo de la reunificación de las familias, y las operaciones de las redes de contrabando.

Existen algunas evidencias de la creciente percepción entre los centroamericanos sobre el "supuesto" tratamiento benigno que otorga el Gobierno de los Estados Unidos a los menores de edad que llegan.

También, algunos sostienen, los menores son impulsados por la falsa idea de que podrían beneficiarse del programa "Acción Diferida" que la Administración Obama ofrece a ciertos inmigrantes indocumentados jóvenes que han vivido y estudiado en los Estados Unidos durante muchos años.

Además, y según datos de ICE, aunque los menores sean procesados para Deportación, no es claro que todos sean repatriados en última instancia hacia sus países de origen.

Fuertes evidencias también apuntan a culpar a las condiciones cada vez más graves en América Central como conductores principales de la nueva afluencia.

Una serie de investigaciones por parte de periodistas y otros estudios realizados por organizaciones no gubernamentales han encontrado que los niños huyen de sus países de origen para escapar de la violencia, el abuso, la persecución, el tráfico, y la privación económica.

Sin duda, el asesinato, la pobreza y las tasas de desempleo de los jóvenes pintan un cuadro sombrío de las condiciones que los niños enfrentan en Honduras, Guatemala y El Salvador en particular.

Innegablemente, el aumento de la violencia de pandillas en algunos de esos países, se ha convertido en un factor innegable en la decisión de migrar de muchos de los niños.

Recientemente, un estudio del "Alto Comisionado De La ONU Para Los Refugiados (ACNUR)", en el que se entrevistaron a más de 400 menores no acompañados, encontró que el 48% habían sido víctimas de violencia o de amenazas por parte del crimen organizado, incluyendo pandillas o carteles de la droga, o por agentes no estatales en sus países de origen, y que el 22 por ciento informó haber sufrido maltrato en el hogar de mano de sus cuidadores. 

Por otro lado, 39 por ciento de los niños mexicanos reportaron haber sido reclutados o secuestrados por organizaciones de contrabando de menores.

La "separación familiar" ha sido durante mucho tiempo una fuerte motivación para migrar, y mientras que esa dinámica no es nueva, las condiciones en casa han añadido urgencia a la misma.

Por último, las infraestructuras de "contrabando humano" cada vez más sofisticadas, sin duda juegan un papel importante para facilitar el aumento de los intentos de cruce fronterizo.

Cualquiera que sea la mezcla de factores que este provocando dicho aumento, hay preocupación universal acerca de las angustias que los niños sufren en la medida que viajan hacia el Norte.

Y es que esos niños y niñas son víctimas de robos, agredidos y explotados sexualmente por los contrabandistas, los traficantes, las pandillas, los carteles, e incluso por hasta algunas autoridades gubernamentales. 

Es mi deseo que las horribles experiencias que los niños migrantes enfrentan durante su venida, levanten la alarma de todos sobre la necesidad de abordar esta creciente y terrible crisis migratoria con humanidad, bondad y compasión.