Por Aníbal E. Melo
Invitar a un miembro del KKK a un programa de Radio o TV es una
propuesta arriesgada.
Y la situación es aún más precaria cuando se lo invita a dar
sus opiniones sobre raza.
Pero estos son tiempos alocados, que es la razón por la que
David Duke - que ha surgido como un defensor abierto del candidato republicano
a la presidencia, Donald J. Trump - compareció a "Morning Edition", NPR
y defendió al Candidato de acusaciones de racismo.
La sorpresa fue que Duke, dijo que la creciente ola de Republicanos
que se han pronunciado en contra de la beligerancia étnica de Trump, dijo,
estan traicionando tanto "al Partido Republicano como al Conservadurismo".
Luego analizo la compleja paradoja nacional.
"Estos no son sólo más que insultos y ataques
violentos", dijo Duke.
"Donald Trump no es racista. Y la verdad es que, en
este país, defender el patrimonio de los pueblos europeo-americanos, te
convierte automáticamente en un racista. Pero lo que hay es discriminación racial
masiva contra los blancos, y esa es la realidad".
Dijo que Trump es la víctima de una campaña de difamación.
“Trump no es racista”, dijo Duke, “porque él no alberga odio
en su corazón para las minorías raciales de los Estados Unidos”.
El verdadero problema, según él, es el racismo sistémico,
dirigido contra los blancos.
Así es como David Duke, reveló que él piensa que ser racista
depende de los motivos, reputación o salud emocional – de la persona acusada.
Que existe “un racismo”, y luego está el “otro racismo”, y
que los dos no son lo mismo.
La primera Definición de "racismo" se encuentra en
el Diccionario Oxford Inglés del 1902.
Allí, un hombre blanco, Richard Henry Pratt, criticó la
política del Gobierno hacia los nativos americanos.
"Segregar cualquier clase o raza del resto de la gente
mata el progreso de las personas segregadas o hace que su desarrollo sea muy
lento", dijo.
La "asociación de las razas y las clases es necesaria
para destruir el racismo y el clasismo."
Pratt era lo que podríamos llamar hoy un "progresista".
Ambas opciones - la segregación por la fuerza, o por la
fuerza de la asimilación - tuvo efectos desastrosos para los nativos
americanos.
Para Pratt, el racismo era una cuestión de política, no de
maldad.
La palabra "Racista" pasó la primera mitad del Siglo
20 en competencia con otra palabra, "el racismo", aunque no tuvo un
lugar destacado en la conversación nacional.
Luego vino la Era de los Derechos Civiles, cuando la palabra
tomó para muchos un nuevo significado práctico, uno que tenía más que ver con
el corazón humano que con las prácticas de intimidación.
En 1964, el Gobernador George Wallace de Alabama - que sólo
un año antes prometia "segregación ahora, mañana, y siempre" – trato
de explicar la diferencia, entre un racista y un segregacionista:
"Un racista es aquel que desprecia a alguien debido a
su color, y un segregacionista de Alabama es uno que conscientemente cree que
es en el mejor interés del negro y del blanco tenerlos separados".
Casi todo el mundo puede estar de acuerdo en que el Racismo existe
en las personas con odio en sus corazones.
Eso es algo conveniente de creer para cualquier racista
americano blanco.
El racismo, dicen, no es culpa de los racistas.
No hay racistas, sólo hombres buenos, que pensando en el
bienestar de sus conciudadanos negros, defienden sus derechos de estar
separados.
El racismo existió sin duda, en algún momento - nadie puede
negar que la esclavitud sucedió - pero su residuo sólo queda vivo en los
corazones de las personas más desagradables, dicen.
La sociedad en su conjunto no necesita Reformas por los
pecados de unos pocos, dicen los racistas modernos.
Y es que El Racismo ha dejado de ser una cuestión de
sistemas y política y se ha convertido en un referéndum sobre la podredumbre
del alma.
A la gente a la que se llama racista ya no se le evaluan sus
opiniones.
En mayo pasado, Trump hizo Noticia cuando dijo que el Juez
Federal Gonzalo Curiel, mexico-estadounidense nacido en Indiana y que preside los
litigios contra la “Universidad Trump”, es "muy hostil" y sugirió que
se inhibiese.
"Ese Juez es de ascendencia mexicana," Trump
explicó a CNN.
Poco después, el Presidente de la Cámara de Representantes,
Paul Ryan, hizo una rara declaración pública, y estuvo en desacuerdo con la acusación
racista hecha por el Candidato.
"Afirmar que una persona no puede hacer su trabajo debido
a su raza es un comentario racista", dijo.
Ryan entonces apareció en el programa de Radio
"Kilmeade y sus amigos".
"¿Quiere decir que Donald Trump es un racista?", le
preguntó Brian Kilmeade.
"No, no lo sé," respondió Ryan. "Estoy
diciendo que el comentario lo es. Yo no sé lo que hay en su corazón".
Podemos ver aquí, en pocas palabras, la evolución de esta
palabra tan odiosa.
Claro, Trump da una prueba clara de racismo. Y sin embargo,
el Presidente de la Cámara al no poder ver el Alma del candidato, ya que no es
Dios, no sabe si Trump es un Racista.
Trump parece entender que los cargos de racismo son imposibles
de probar.
Pero también entiende que la gravedad de la acusación puede
tener un efecto paralizante sobre su objetivo.
Así que se dirigió a sus seguidores y dijo: "La gente
que hace esas preguntas, son los racistas".
Ese es el resultado final de redefinir el racismo en el
sentido de Malicia en el Corazón.
Una vez que cambiaron la definición, cualquiera puede ser víctima
del racismo, y cualquiera puede ser racista.
El Presidente Obama casualmente mencionó que él, como
Trayvon Martin, es negro – para algunos, eso fue una declaración profundamente
racista.
Ahora los defensores de los Programas de Transporte Escolar son
culpables de discriminación positiva, por lo que son racistas.
Algunos Racistas dicen que las minorías resentidas de los Estados
Unidos podrían ser los verdaderos racistas, ya que sus corazones insisten en
"verlo todo desde el punto de vista de la raza”.
Dicen que Al Sharpton es un racista.
Que Beyoncé es una racista.
Que Kanye West es sin duda un racista.
Por otro lado, una reciente investigación del “Departamento de Justicia” sobre el Departamento de Policía de Baltimore descubrió que hay discriminación racial rampante y violaciónes de los Derechos Civiles rutinarias específicamente dirigidas contra los residentes negros de la ciudad.
Esa discriminación racial dió a luz un Movimiento Cívico no
violento llamado “Black Lives Matter”, que surgió para combatir esos problemas,
en cambio ha sido identificado por muchos como un mal actor, de matones y
agitadores.
Recordemos que el ex-Alcalde Rudy Giuliani de Nueva York
dijo: "Cuando usted dice Las Vidas Negras Son Importantes, esa es una
frase inherentemente racista".
Alguien, después de todo, debe ser racista.
Más de la mitad de los estadounidenses blancos ahora creen
que son discriminados tanto como las minorías.
¿Quién, entonces, es el discriminador?
No es que alguien niegue que alguna vez existió racismo
institucional.
Pero la creencia actual de que el racismo sistémico fue un
cáncer nacional que fue extirpado hace mucho tiempo, es increible de creer.
Que todo lo que queda hoy es el odio individual en las almas
de los más monstruosos entre nosotros, y que dependiendo de a quién se le
pregunte, o son las minorías de color los vengativos o son los blancos que sufren
hoy por los pecados de las generaciones pasadas.
Pienso que a través de la distorción deliberada de la
historia, los racistas han sido capaces de apropiarse del papel de víctimas, y las
minorías, en una reversión audaz de la realidad, son ahora los perversos.
"Todo el mundo está caminando sobre cáscaras de huevos",
dijo Clint Eastwood, en una entrevista para Esquire. "Vemos a gente
acusando a otras de ser racistas por todo. Cuando crecí, a esas cosas no se les
llamaba racismo".
Lo absurdo de esas palabras asombran incluso aunque hayan
sido dichas por un anciano de 86 años de edad.
Es un hombre blanco explicandole a las minorías no blancas
lo que es verdaderamente el racismo.
Ahora es común que muchos norteamericanos blancos se
posicionen como árbitros neutrales de lo que es o no un racista.
La respuesta es siempre la misma: – el racismo institucional verdadero es algo
del pasado.
Ahora la discriminacion afecta a las minorías y a los
blancos por igual, dicen.
Ofrezca usted alguna objeción, y la respuesta que obtendrá
es la misma de Clint Eastwood.
Increible!