Por Aníbal
E. Melo
En contra de
las esperanzas de aproximadamente 5 millones de inmigrantes indocumentados que
se beneficiarían directamente, el Tribunal Supremo no pudo arrivar a ninguna
decisión, permitiendo así, que el fallo del Juez Andrew Hanen de la Corte del
Quinto Circuito de Apelaciones de Texas se mantuviese inctacto, bloqueando con
ello permanentemente las iniciativas de inmigración de la Administración Obama
sobre la Acción Diferida para los padres de hijos ciudadanos (DAPA) y la
ampliacion de la Acción Diferida para los llegados en la infancia (DACA).
La Corte
declaró:
"La Sentencia
es afirmada por una Corte dividida por igual."
Muchos
defensores incluyendo este escritor habíamos pensado que había una buena
posibilidad de que la Corte votaría en favor de ambos programas, debido a los argumentos
orales que se habían presentado en la Audiencia del pasado 18 de abril.
Muchos
esperabamos que aunque el Juez Roberts, Presidente de la Suprema, bruscamente
había puesto en ascuas al Procurador General de los Estados Unidos, apoyaría
los programas federales a la luz de su historia pasada de exigir daños
concretos para que alguien tenga el derecho a demandar.
Todos suponemos
que los partidarios de los programas de Obama fueron los Jueces Ruth Ginsburg,
Stephen Breyer, Elena Kagan y Sonia Sotomayor, mientras que los que se opusieron
fueron John Roberts, Anthony Kennedy, Samuel Alito y Clarence Thomas.
Mientras que
la decisión del Tribunal Supremo no fue sobre el fondo del asunto, el empate, ha
determinado presumiblemente, que las esperanzas de miles de inmigrantes por
ahora han muerto.
El caso irá
de nuevo hacia el Juez Hanen para una Decisión sobre el fondo, y como hay poca
o ninguna esperanza de que este va a revertir su propio punto de vista, la
carga ahora recae sobre el próximo Presidente, o de promulgar un alivio
migratorio con la cooperación del Congreso, o de resucitar un programa de
alivio más limitado que sería menos vulnerable a los ataques legales.
En todo
caso,con esta decisión se enfrenta aun más al electorado nacional en noviembre.
Los
republicanos detrás del presunto Salvador del país, Donald Trump, le han
declarado la guerra a todos los inmigrantes indocumentados, e incluso a los
inmigrantes legales que profesan la fe musulmana.
Por su
parte, los demócratas detrás de Hillary Clinton, han prometido ayudar a la
inmigración, como una prioridad.
Si bien este
es un momento muy decepcionante, debemos cargarnos de nuevas energías y salir a
votar en noviembre.
Mientras
tanto, el Presidente debería suspender su misiva al DHS para ir agresivamente
detras de aquellos recién llegados que perdieron sus casos o no hayan asistido
a sus Audiencias con la esperanza de que el Gobierno ganaría el caso en este
verano.
Es lo menos
que debe hacer: Amén.