Aníbal E. Melo
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En la mitología
griega, Casandra (la que enreda a los hombres) era hija de Hécuba y
Príamo, reyes de Troya.
Casandra fue
Sacerdotisa de Apolo, con quien pactó, a cambio de un encuentro
carnal, la concesión del "don de la profecía".
En la literatura
moderna, la palabra Casandra es a menudo usada como modelo de tragedia.
Escribo esto, ya
que ahora, la Casa Blanca esta tan ansiosa de aquietar a algunos
políticos, que parece estár sufriendo del
"Síndrome de Casandra", concepto también utilizado para describir a
quien cree que puede ver el futuro.
Y es que el 7 de
julio, Josh Earnest, Secretario de Prensa de la Casa Blanca,
aparentemente participando en un juego de "predicción de
resultados de las Audiencias de Asilo", mismas a que esos niños
tienen derecho por ley, declaró:
"Es poco
probable que la mayoría de los niños calificarán para ayuda
humanitaria ... Eso significa que no tendrán una base legal para
permanecer en el país y serán devueltos."
Hasta ayer, nadie
había afirmado que el Presidente Obama o su gente tienen el poder de ver el
futuro.
Esto hace que sea
un tanto curioso, por decir lo menos, que la Casa Blanca esté tan
segura de que esos niños no tendrán éxito en sus Solicitudes de
Asilo, Retención de Deportación u otra forma de alivio basadas en
amenazas hechas hacia ellos por parte de pandillas de Guatemala,
Honduras o El Salvador.
Es cierto que si
las posibilidades de éxito de los niños estuviesen basadas
exclusivamente en las decisiones de los Tribunales Federales de hace
una década, la Casa Blanca podría tener un buen argumento.
En un informe de
agosto del 2007 llamado: "Solicitud De Asilo Por Violencia De
Pandillas En Centroamérica: Manual de Recursos", la
"Coalición por los Derechos de los Inmigrantes de la Zona
(CAIR)" enumeró una serie desalentadora de "decisiones
judiciales federales", principalmente de los diversos Tribunales
Apelación de Circuito, que sostienen que la persecución por parte
de las bandas centroamericanas no es persecución política, y que la
inacción por parte de la policía no es falta de acción
gubernamental, por lo que las personas que enfrentan amenazas de
violencia, es decir, los jóvenes que se niegan a unirse a las
pandillas o que han sido víctimas de la violencia de estas, no
forman un "grupo social" para los fines del "derecho
de asilo".
La supuesta
"lógica" detrás de algunas de esas Sentencias hubiese
sido sin duda alguna una vergüenza incluso para los antiguos
sofistas griegos.
Pero también, el
informe de CAIR cita otra serie de Decisiones de la misma época en
las que Jueces de Inmigración más ilustrados, los de la "Corte
Federal de Apelaciones", no vacilaron para conceder el Asilo en
un buen número de casos basados en violencia de pandillas.
A pesar de que el
informe de CAIR tiene ya siete años, se lo recomiendo a todo el que
este seriamente interesado en aprender más acerca de los derechos
legales de las decenas de miles de niños centroamericanos que ahora
se están presentando en la frontera Sur.