Aníbal E. Melo
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En el ocaso de su
mandato de ocho años, George W. Bush era el hombre más odiado y
solitario del país.
¿Lo recuerdan?
Con una economía quebrada, y la guerra de Irak arrastrando miles de
muertos (de lo que todos estábamos horrorizados en ese entonces), su
popularidad rodaba y nadie lo celebraba.
Hasta el candidato
presidencial republicano John McCain estába huyendo de él.
Ahora y luego de
casi 7 años, muchos se han olvidado del desastre que representa.
Bush le mintió a
los estadounidenses sobre la guerra contra el terrorismo y socavó el
sistema americano de gobierno al inconstitucionalmente suspender el
Habeas Corpus; vigilar la opinión pública estadounidense; espionar
sin órdenes judiciales e instituir la práctica de la tortura.
George W. Bush no
sólo enredó a los Estados Unidos en dos atolladeros masivos en
Afganistán e Irak.
Si no, que al no utilizar los recursos del gobierno para capturar o matar a
Osama bin Laden, autor de los ataques del 11/9, y en su lugar invadir a Irak, ayudó a proporcionar un campo de cultivo para
alimentar el odio de un movimiento terrorista jihadista a nivel mundial que por desgracia probablemente atacará objetivos estadounidenses durante muchas décadas por
venir.
Pero, el fiasco de
las guerras no es la cosa más peligrosa que ese ex-Presidente hizo.
Pienso que lo más
perverso, es que su Gobierno utilizó la guerra contra el terrorismo
para reclamar un poder inmenso para el Presidente.
Ninguno de los
otros presidentes de la post-guerra habia tenido un poder tan
ilimitado, sobre todo cuando se trata de una guerra perpetua.
Pienso que la
arrogancia de Bush al intentar destripar el corazón de la
Constitución estadounidense, probablemente lo convierte en un gobernante con poderes dictatoriales y por
lo tanto el peor Presidente de los Estados Unidos.
Por otro lado, no
creo que Barack Obama sea un Presidente perfecto.
Pero la creación
de ObamaCare, el salvataje de las tres principales compañías de
automóviles estadounidenses, su proyecto de ley de estímulo fiscal
para evitar la quiebra económica del país, y su respeto por las
libertades civiles de todos, son suficientes como para tenerle muy en alto.
Y a pesar de todas
las críticas recientes, pienso que la política exterior de Barack
Obama es una de las mejores desde finales de los años 1970.
Obama, más que la mayoría de
los presidentes recientes, parece entender que Estados Unidos está
sobre extendido a nivel internacional y que el público
estadounidense se encuentra cansado de las perdidas de vidas y dinero
en aventuras militares, causa principal de la gran deuda nacional.
Partamos de los
desastres militares que George W. Bush le legó a él en el Medio
Oriente.
Obama sabiamente
salió del atolladero que representa Irak (aunque el gobierno iraquí
lo ayudó al impedir que Estados Unidos dejase una fuerza residual)
y, finalmente, se va a retirar del barril sin fondo que representa
Afganistán.
En Libia, para
satisfacer a su aliada Francia, Obama ayudó a la OTAN utilizando el
poder aéreo para deshacerse del dictador Muammar Gaddafi.
A diferencia de
George W. Bush, con algunas excepciones (por ejemplo, la exitosa
incursión de las fuerzas especiales que mató a Osama bin Laden),
Obama ha aniquilado a los terroristas utilizando drones, no
invasiones.
En Siria e Irán,
el Presidente ha sido sabiamente reacio a involucrarse militarmente.
No podemos detener
todas las guerras civiles en el mundo, por lo que en Siria, Obama en lugar de atacar, negoció, con la ayuda de Rusia, el desmantelamiento del
programa de armas químicas de Bashar al-Assad.
Por otro lado, en
vez de iniciar una guerra con Irán por el programa nuclear, Obama
negoció un Acuerdo Provisional para que se congele y en algunos
casos revierta.
El Presidente está
convencido de que un enfoque prudente en la política exterior
ayudará a Estados Unidos a evitar otros enredos,
mismos que el pueblo estadounidense detesta.
Obama ha defendido
su política exterior, diciendo:
"Por lo
general, la crítica a mi política exterior ha sido por la no
utilización de la fuerza militar. La pregunta que les tengo es, ¿por
qué es que tienen tantas ganas de usar la fuerza militar después de
que nos hemos pasado una década en guerras con enormes costos para
nuestras tropas y para nuestro presupuesto?"
Él
convincentemente agregó:
"...el punto
es que, por alguna razón muchos que eran partidarios de lo que yo
considero la desastrosa decisión de invadir a Irak, en realidad no
han aprendido la lección de la última década, y siguen tocando la
misma nota una y otra vez".
Obama también
dijo: "estoy seguro de que cuando acabe mi presidencia, todavía
van a haber partes en el mundo donde habrán guerras y nuevos
conflictos. Lugares donde oprimen a su propia gente, pero no podemos
resolver todos los problemas del mundo".
Creo que otros
aspirantes a presidentes podrían aprender algo de su actitud.
Él se da cuenta
de que hay "cosas que pasan" en el mundo en las que Estados
Unidos no debería involucrarse.
Después de que la
Unión Soviética se derrumbó, eliminando la principal limitación
para el aventurerismo militar de Estados Unidos, se ha invadido a
Bosnia, Kosovo, Somalia, Haití, Sudán, Afganistán, e Iraq.
Recordemos que
antes de eso, George H W Bush invadió a Panamá, y Ronald Reagan
llevó a cabo una invasión fallida en Granada, atacó a Libia, y
tuvo que retirar las fuerzas estadounidenses del Líbano en
desgracia. También trató de desestabilizar a los Sandinistas en
Nicaragua.
Sólo cuando nos
remontamos a las presidencias de Gerald Ford y Jimmy Carter podemos
encontrar unas más sobrias y contenidas políticas exteriores que la
del Presidente Obama.
No se equivoquen,
Obama no es perfecto.
Pero George W.
Bush fue un Presidente horrible, uno de los peores en la historia de
los Estados Unidos.
He dicho!