sábado, 1 de febrero de 2014

Por Qué No Hay Mayor Clamor

Aníbal E. Melo
http://www.AnibalMelo.com


Los ingresos de la clase media se siguen hundiendo, las filas de los pobres crecen, casi todas las ganancias económicas van hacia los ricos, y el dinero está corrompiendo la política.

A veces me pregunto, ¿por qué las personas no protestan más en los Estados Unidos?

¿Por qué no hay más alborotos?

La respuesta es compleja, pero tengo tres hipótesis:

En primer lugar, la clase trabajadora está paralizada por el miedo de perder sus puestos de trabajo y los salarios que ya tienen.

En décadas anteriores, los obreros fomentaban las reformas.

El movimiento obrero ganó las batallas para crear el salario mínimo, la semana laboral de 40 horas, el seguro de desempleo, y la Seguridad Social.

Ahora no!

Los trabajadores no se atreven ni a hablar.

La participación de los estadounidenses en edad de trabajar que tienen empleos, es ahora más baja que en cualquier momento de las últimas tres décadas.

Y el 76% están viviendo de cheque en cheque.

Nadie tiene seguridad laboral, por lo que la última cosa que quieren hacer, es crear un escándalo y perder lo poco que tienen.

Además, los principales medios de organización y protección – los sindicatos - han sido diezmados.

Hace cuatro décadas, más de un tercio de los trabajadores del sector privado estában sindicados.

Ahora, menos del 7 por ciento de los trabajadores pertenecen a un Sindicato.

En segundo lugar, los estudiantes de hoy, no se atreven a mover el bote.

En décadas anteriores los estudiantes eran una fuerza importante para crear cambios sociales.

Jugaron un papel activo en el movimiento de los Derechos Civiles, el movimiento en pro de la libertad de expresión, y en contra de la Guerra de Vietnam.

Pero los estudiantes de hoy no quieren hacer escándalos.

Están llenos de deudas.

Desde el 1999, la deuda estudiantil ha aumentado en más de 500%, sin embargo, los salarios para los graduados de nuevo cuño, se han reducido en un 10 por ciento.

Ahora, las deudas estudiantiles no pueden ser canceladas por el procedimiento legal de la Quiebra, y su incumplimiento trae sanciones y arruina la calificación crediticia.

Para empeorar las cosas, el mercado de trabajo para los nuevos graduados es pésimo.

Es por eso que los números registran que muchos adultos jóvenes profesionales, siguen viviendo en casa de sus padres.

Los revolucionarios no viven con mamá y papá, ni se preocupan por las calificaciones crediticias, ni por las recomendaciones de empleo.

En tercero y último lugar, la opinión pública estadounidense se ha vuelto tan cínica sobre el Gobierno que ya no muchos piensan que mejorarlo es posible.

Cuando se les pregunta si creen que el Gobierno hace lo correcto la mayoría del tiempo, menos del 20% de los estadounidenses dice que si.

Hace cincuenta años, cuando esa pregunta se formulaba en las encuestas, más del 75 por ciento estaba de acuerdo.

Es difícil conseguir que la gente trate de cambiar la sociedad e incluso algunas pocas leyes cuando no creen que el Gobierno puede funcionar bien.

En el pasado, uno tendría que estar embrujado por una "teoría de conspiración" para creer que todo esto sería hoy posible en América.

Y claro, es posible por supuesto, que los republicanos de ultra derecha, los ejecutivos corporativos, y los magnates de Wall Street hayan recortado intencionadamente los puestos de trabajo y los salarios con el fin de hacerle creer a los trabajadores, a los estudiantes, y a la mayoría de los estadounidenses que el Gobierno ni siquiera puede intentar funcionar mejor.

Pero me es simplemente increible, que todo esto se desarrolle sin crear indignación en la mayoría de los estadounidenses, misma que pienso sienten, pero que no expresan abiertamente.

Los cambios van a llegar de todos modos.

Las personas, no seguirán aceptando sin hacer nada, que una cada vez mayor participación de los ingresos de la nación y de la riqueza vaya hacia la parte superior de la escala social, mientras que los ingresos de la clase media y de los pobres siguen cayendo.

Y es que aquí, uno de cada cinco de niños vive en la extrema pobreza, lo que parece mentira, ya que se supone que Estados Unidos es el país más rico y poderoso de la tierra

En algún momento, las personas se van a hartar, y van a rescatar a la economía y a la democracia.

Esa ha sido la principal lección de la historia americana. 

Las reformas son menos riesgosas que las revoluciones, pero cuanto más se espere, más probable es que suceda lo último. 

Zafa!