martes, 4 de febrero de 2014

Desigualdad Económica Y De Oportunidades En América

Aníbal E. Melo
http://www.AnibalMelo.com
AnibalMelo@yahoo.com

No estoy seguro exactamente cuando sucedió, pero en algún momento me di cuenta de que la vida en los Estados Unidos había llegado cada vez más a parecerse al negocio de las líneas aéreas.

Ahora, los estadounidenses reciben mucha o nada de calidad en los bienes y servicios dependiendo del precio que pagan.

Al igual que cuando uno compra el pasaje del asiento de un avión.

Los viajeros de primera clase se sientan en el frente de los aviones, donde hay un montón de espacio, y buena comida. 

Y no tienen que hacer largas colas, incluyendo las que se producen fuera de los baños durante el vuelo.

Atrás, ...el resto de la gente se apeñuca en espacios confinados e incomodos.

Pero esto no se limita a solamente los viajes en avión, por supuesto.

Hasta en Washington ha nacido un nuevo negocio: La paga para hacerle "yuca" a los Congresistas por parte de los grupos de presión que buscan tener acceso a ellos.

En Massachusetts, hay un Cine de lujo llamado Showcase SuperLux.

Además de tener el lugar en donde "todos" se sientan, estos Cines, también tienen un espacio de primera, donde uno se "sienta y se relaja" en sillones de piel extra anchos, que se reclinan y permiten subir los pies. Uno disfruta de alimentos y bebidas durante toda la película, y cada asiento está equipado con un botón para llamar al mesero que siempre está allí cuando uno lo necesita.

Definitivamente, es un espacio de alta calidad, confort y exclusividad.

Del mismo modo, en los últimos años, variados servicios de transporte de alta calidad han surgido que ofrecen coches de lujo para transportar a una distinguida clientela.

Incluso hasta los psicólogos ya se han metido en ese juego.

Ahora son "Coaches Ejecutivos" por lo que han triplicado su precio por hora.

La transformación económica ocurrida en los últimos 30 años, a desempeñado un papel crucial en la aparición de esos servicios de súper lujo.

Estados Unidos, es el país más rico del mundo, lo que es muy bueno para sus ciudadanos y residentes.

El problema es que su prosperidad se ha distribuido de manera muy desigual, ya que los ingresos del "top 1%", han disfrutado de un grandioso incremento. Mayor que en cualquier otra economía avanzada.

La participación de los beneficios de los ricos en el crecimiento económico de la nación se encuentra en un máximo histórico, lo que significa que la parte que le corresponde a los salarios de la fuerza de trabajo general se encuentra en un mínimo histórico.

Pero no siempre fue así.

Entre el 1930 y los años '80, la desigualdad de ingresos se redujo, pero desde entonces, ha habido un cambio radical.

Los datos de medición de la desigualdad revelan la cultura y la política existente actualmente, y cada vez más, nuestras interacciones con los demás.

Por supuesto, la creciente desigualdad no es exclusiva de los Estados Unidos, por lo que se ha convertido en un tema cada vez más importante a nivel mundial.

La cuestión resuena en todas las economías avanzadas, y pienso que es el sub-producto de las ideas neoliberales dominantes en los últimos 40 años.

En Estados Unidos, los empleados que cobran el salario mínimo no ganan lo suficiente para sobrevivir y se ven obligados a tomar un segundo e incluso un tercer trabajo.

Todos los intentos de Obama por reducir la desigualdad - a través de los impuestos a los ricos y otras políticas redistributivas - son contrarrestados con la cacofonía conservadora de "guerra de clases", en la medida que los ricos tratan de preservar agresivamente sus ventajas.

Esa política pública de crecimiento económico y ganancia material orientada para favorecer más a los ricos que ha sido aplicada por los diferentes Gobiernos en los últimos 40 años, está en estos momentos siendo desafiada con una fuerza cada vez mayor.

Algunas de las críticas del neoliberalismo provienen de fuentes improbables, especialmente del jefe de la Iglesia Católica, el Papa Francis quien argumenta:

"Mientras que las ganancias de una minoría están creciendo exponencialmente, también lo es la distancia que separa a la mayoría de la prosperidad disfrutada por unos pocos afortunados. Este desequilibrio es el resultado de ideologías que defienden la autonomía absoluta del mercado y la especulación financiera".

Su análisis, contenido en la exhortación apostólica "Evangilii Gaudium o La alegría del Evangelio", es visto por muchos como la punta de lanza de un nuevo pensamiento económico de izquierda radical.

A mi modo de ver, el Papa tiene razón, ya que el crecimiento sin precedentes de riqueza en el mundo, no ha generado una era más generosa o altruista para todos.

Por el contrario, los que han acumulado riquezas y ventajas significativas, ahora afirman enérgicamente que tienen derecho a disfrutar de ellas sin los estorbos de los impuestos u otras políticas redistributivas.

Ellos encuentran auxilio en el ferviente apoyo de los ultra conservadores de derecha, de una gran parte de los medios de comunicación y de algunos organismos empresariales de punta.

Son empresarios en auge que le han declarado la guerra a las medidas fiscales propuestas por el Presidente Obama.

Escuelas privadas que denuncian la idea de que la financiación del contribuyente debe ser dirigida a favorecer a las escuelas de los estudiantes más desfavorecidos.

Ahora los más ricos luchan por el derecho a no tener que pagar ningún impuesto sobre las ganancias de sus activos, y los inversores de propiedades inmobiliarias millonarias amenazan con sublevarse si no se les reducen los impuestos.

Hace algunas décadas, un consenso político bipartidista habría desafiado toda esa locura.

No así ahora.

Estamos creando una nación de multi-millonarios que queman los puentes detrás de ellos. De ricos que se enojan fácilmente y son más inclinados a compartir su ira, que su riqueza.

Pienso que aunque la palabra "desigualdad" ha sido utilizada con poca frecuencia por los políticos en las pasadas dos décadas, muchos de los problemas más polémicos de hoy encuentran explicación a través del prisma de la desigualdad.

Las instituciones que se encargan de moderar la desigualdad en los ingresos - incluyendo el movimiento sindical, los tribunales laborales y la red de bienestar social - son implacablemente atacados por la ultra derecha.

Por otro lado un dividido y severamente debilitado movimiento liberal, se defiende de manera intermitente.

La estrategia de la derecha, evidentemente manejada con gran acierto, es desafiar las medidas gubernamentales que sirvan para aliviar los niveles de desigualdad social, por lo que en mi opinión el grito de "guerra de clases" es utilizado para contrarrestar los intentos de crear políticas públicas equitativas.

Siempre que se invoca la "lucha de clases", es porque las ventajas desproporcionadas o injustificadas de personas con altos ingresos o de grandes corporaciones están bajo amenaza.

Para entender hasta qué punto Estados Unidos ha cambiado, nada más hay que escuchar a los políticos conservadores, representantes exclusivos de loshombres de negocios exitosos, acusar al Presidente Obama de crear una "guerra de clases", y ver como algunos medios y periódicos nacionales se hacen eco.

El delito de Obama, ha sido tratar de mejorar los servicios oficiales que reciben los pobres y la clase media, detener la caída de los niveles pobreza y reparar las asignaciones groseramente desiguales de los recursos económicos de la nación.

Estoy desconcertado por la transformación cultural que se revela en las respuestas de los ricos al Presidente Obama, ya que invariablemente, lo acusan de ser un "comunista".

En el Siglo 21, en Estados Unidos, el lenguaje de la lucha de clases no es invocado por la "clase obrera" sino por los ricos.

En esta triste historia de crisis existencial, ha habido muchas, pero muchas bajas, pero posiblemente, la más devastadora de todas , es la capitulación del Partido Republicano en favor de los intereses de los multimillonarios.

Por otro lado, me parece que el gran riesgo de la desigualdad económica extrema es que derive en un gran conflicto social, y que los grupos con menos ingresos se levanten contra los que están en la parte alta de la pirámide social.

Así han sucedido algunas de las revoluciones modernas más importantes, lo que tiene evidentes repercusiones económicas.

Pero en mi opinión, más preocupante aún que la desigualdad de ingresos, es la desigualdad de oportunidades.

Es dejar que el sueño americano, cada vez sea más sueño y menos real, lo que puede generar entre las clases más populares la sensación de que es imposible prosperar, y que no vale la pena esforzarse.

Luego de las elecciones del 2012, los Republicanos nos siguen enviando mensajes sorprendentemente descarados e inequívocos: Que ahora no es el momento de estar desempleados, discapacitados o tener empleos con bajos salarios.

Y es que una serie de recientes acciones tomadas por los lideres de ese Partido, siguen creando mayores desventajas para los pobres: Los programas de cupones de alimentos, del cuidado de los ancianos y los niños, de los beneficios de desempleo, o los de la educación primaria y universitaria, entre otras medidas, han sido saboteados.

Pienso que es inevitable que el Partido Republicano seguirá golpeando a los pobres, por lo que opino que si algún día la desigualdad va a mermar en este país, primero va a empeorar. 

A Dios que nos coja confesados!