Podría decirse que el 3 de enero en Iowa, el partido republicano le dio una bofetada a por lo menos dos de los payasos que aspiran a ser su candidato a Presidente, y que han estado jugando apostando a la carta del odio.
Tanto Rick Perry, como Michele Bachmann, que estuvieron alguna vez en la cima de la popularidad, terminaron mordiendo la lona. Sólo Jon Hunstman obtuvo una calificación más baja.
Pienso, que es sólo cuestión de tiempo antes de que ambos Perry y Bachmann anuncien su retiro de la carrera presidencial.
Newt Gingrich, que fue capaz de sacar por lo menos dos dígitos en Iowa, puede que dure un poco más, pero a menos que tenga un mejor desempeño en Carolina del Sur, lo más probable es que salga de la carrera muy pronto también.
La comunidad de inmigrantes en Estados Unidos tiene buenas razones para estar contenta con los resultados de Iowa.
Perry, Bachmann y Gingrich son los tres fanáticos más peligrosos y bocones en la carrera presidencial republicana - los dos primeros en contra de los latinos, y el segundo en contra de los musulmanes.
Perry, por supuesto, hace tiempo que se volvió contra su propia idea de tener un corazón piadoso hacia los inmigrantes no autorizados.
Él ha estado haciendo campaña junto con el Sheriff Joe Arpaio de Arizona que, si las denuncias de violaciones de derechos humanos en su contra se comprueban, dirige lo más parecido que Estados Unidos tiene a un campo de concentración. Y esto no es una hipérbole.
En algunos campos de concentración nazis a los gays, se les obligaba a portar un triángulo de color rosa, y este es el hombre que Perry ha elegido para hacer campaña. Me recuerda y el refrán: "dime con quién andas y te diré quién eres".
Por su parte Bachmann, apoya el pasar leyes anti-inmigrantes tipo Arizona en cada estado. Con ella, nada es más claro de lo que los inmigrantes y sus partidarios podrían esperar si alguna vez gana la Casa Blanca.
La impresionante derrota de Perry y Bachmann, y el pobre resultado de Gingrich es, aún más dramático por el hecho de que Iowa es abrumadoramente blanca, con una gran población evangélica.
A pesar de que Newt Gingrich ve la "Ley Sharia" detrás de cada puerta y debajo de cada cama, y de que es uno de los explotadores más descarados del odio anti-musulmán en este país, ha sido incapaz de ganar popularidad.
Pienso que la derrota del odio es aún más dramática, teniendo en cuenta las posiciones de al menos dos de los candidatos que tuvieron más éxito en Iowa.
Uno de ellos, Ron Paul, ha afirmado que mientras él está en contra de una "amnistía", las deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados no son una opción para él. En realidad, esto lo pone a la izquierda del Presidente Obama en este tema.
Rick Santorum, por su parte, ha dicho que es necesario encontrar otra manera de "hacerle frente" a los millones de indocumentados que ya están en este país, que no sea deportándolos a todos, (aunque, si tuviera la oportunidad, probablemente deportaría a todos los gays).
Creo que si Romney, quién está desesperado por ser tomado en serio por los anti-inmigrantes de derecha, gana la nominación, no es inconcebible que pudiese escoger a Bachmann como compañera de fórmula. Recordemos que es el único de los tres principales candidatos que siempre ha adoptado una línea dura en el tema de las deportaciones masivas.
Pero incluso en el caso de Romney, puede haber un resquicio de esperanza, ya que casi nadie cree en lo que dice.
En las próximas elecciones generales, especialmente en los estados con un gran número de votantes latinos, de repente Romney podría reconocer que al igual que las corporaciones, los inmigrantes indocumentados también son personas.