lunes, 3 de abril de 2017

Trump Ama A Los Dictadores

Por Aníbal E. Melo

El Dictador militar de Egipto Abdel Fattah el-Sisi nunca fue invitado a la Casa Blanca por Obama, porque era visto como un tirano brutal con poco respeto por los derechos humanos y la democracia.

Pero el pasado lunes, el Presidente Donald Trump despleg
ó la alfombra roja para él.

Denostado por muchos, por lo que llaman la represión política más dura de la historia de Egipto, Sisi se ha convertido en uno de los favoritos de Donald Trump entre los líderes mundiales.

Los dos se conocieron durante la campaña presidencial, el pasado Septiembre.

En ese momento Trump lo llamo: “Un tipo fantástico”.

Sisi fue el primer líder extranjero en llamar a Trump después de la elección.

La reunión del lunes nos da a todos una pista importante sobre cómo Trump planea relacionarse con los dictadores extranjeros con pobre historial en favor de los derechos humanos.

Trump dice que esa reunión fue clave para el esfuerzo de reforzar los lazos con los árabes en la lucha contra los islamistas en todo el Oriente Medio.

Mientras que los gobiernos occidentales han protestado por el encarcelamiento de miles de personas por cargos políticos dudosos durante el gobierno de Sisi, Trump ha elogiado abiertamente su crueldad.

“Él tomó el control de Egipto. Y realmente lo tomó“, dijo Trump en una entrevista en Septiembre a Fox Business Network.

Sisi se adjudicó el título de Presidente después de una elección realizada en junio del 2014 en la que su total de votos fue de un increible 96.91 por ciento.

Trump admira la brutal postura de Sisi contra el radicalismo islámico.

El General Egipcio ayudó a dirigir el derrocamiento del gobierno islamista de los Hermanos Musulmanes elegido en julio del 2013.

El entusiasmo de Trump por Sisi es perturbador si uno cree en la defensa de los Derechos Humanos y de las democracias que se preocupan por las tácticas autoritarias de los dictadores.

Recordemos que Trump ha llamado al Presidente Ruso Vladimir Putin “un líder fuerte”, y que estuvo de acuerdo con el uso de la represión por parte del Gobierno Chino en el 1990, durante las manifestaciones pro-democracia de la plaza de Tiananmen.

Muchos ven el apoyo de Trump a Sisi como la señal más reciente de que no le interesa promover la democracia, ni los derechos humanos como prioridades de la política exterior de los Estados Unidos.

El mes pasado, el Secretario de Estado, Rex Tillerson, rompió con la tradición al no presentar personalmente el informe anual de su Departamento sobre los Derechos Humanos en todo el mundo.

A mediados de marzo, la Administración Trump se negó a firmar una Carta de Condena por las presuntas prácticas de tortura en China, misma que fue respaldada por otros 11 países, entre ellos Gran Bretaña, Francia, Alemania y Canadá.

Por otro lado, los recortes propuestos por Trump al presupuesto del Departamento de Estado debilitan los programas diseñados para promover los valores de los Estados Unidos en el extranjero.

Recordemos que la semana pasada, el Departamento de Estado notificó al Congreso de que pondría fin a las condiciones impuestas por Obama a las ventas de armas a Bahrein que requieren evidencia de progreso en materia de Derechos Humanos y reformas políticas.

Tomadas en conjunto, estas acciones presagian un cambio radical en lo que Estados Unidos representa en el escenario global.

En el comunicado de la Casa Blanca anunciando la visita de Sisi figuraban sólo dos cuestiones: El terrorismo y la reforma económica.

Entre las omisiones encontramos el caso de Aya Hijazi, un ciudadano egipcio-estadounidense que dirigía una Organización Benéfica para huérfanos hasta que fue detenido en el 2014 bajo lo que los activistas llaman falsos cargos vinculados a su nacionalidad extranjera y su interés en las reformas políticas.

“No veo señales de que Trump está preocupado por los abusos de los Derechos Humanos en Egipto o con sus consecuencias,” ha dicho Stephen McInerney del “Proyecto Oriente Medio Y Democracia”.

“El enfoque de Sisi al  gobernar Egipto socava su capacidad de ser un socio eficaz contra el terrorismo y la economía”, ha dicho.

McInerney tambi
én ha advertido de que la represión de Sisi podría engendrar más radicalismo.

Egipto ha encarcelado a miles de jóvenes por motivos políticos no violentos junto a genuinos terroristas que podrían tratar de convertirlos a su causa.

Pero Trump ha sugerido en el pasado que las tácticas brutales pueden mantenerse si son contra el radicalismo islámico.

Durante la Campaña del 2016, Trump se quejó de que las intervenciones de los Estados Unidos para derrocar dictadores árabes han ayudado al terrorismo en la zona.

Los críticos de Trump temen que esté socavando la imagen de una América virtuosa, y los valores que representa.

“No se pueden promover los valores morales en el mundo, si usted está constantemente haciéndose eco de la propaganda de nuestros adversarios de que Estados Unidos no es un país moral”,  ha dicho Malinowski.

Los antidemocráticos líderes extranjeros Putin, Sisi y el Presidente de China, Xi Jinping, han dicho que:  

“Estamos encantados de tener la oportunidad de nivelar el campo del juego moral”.