Aníbal E. Melo
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AnibalMelo@yahoo.com
En estos momentos, Estados Unidos se
encuentra en medio de la expansión del sistema de salud más radical
desde la promulgación del Medicare y el Medicaid.
Y mientras que el debate en torno a la
reforma sanitaria impulsada por Barack Obama se eterniza, otros
países desarrollados exhiben índices de salud remarcables.
El éxito de esos otros sistemas
sanitarios, aunque logrado mediante modelos diferentes, coincide en
un factor esencial: trascender la porfía ideológica y tratar de
encontrar las vías más eficientes de financiamiento.
Y es que según un estudio de Bloomberg, respecto de su sistema de salud, Estados
Unidos clasifica como el ante-penúltimo entre 48 países, solo por
delante de Serbia y Brasil, y muy pegado de la República Dominicana.
Dicho ranking combina datos del
porciento de gastos en salud con respecto al producto interno bruto,
la esperanza de vida y el costo per cápita de los cuidados.
El ranking lo encabezan la región
china de Hong Kong, Singapur y Japón.
En el top 10 aparecen cuatro naciones
europeas, además de Israel, Australia y Corea del Sur.
En América Latina sobresalen Chile,
México y Ecuador, situados dentro de la primera veintena de
naciones.
Sorprendente!
¿No?
En Estados Unidos, el Estado aplica dos programas de
asistencia médica, el "Medicaid" y el "Medicare", sin embargo, la cobertura no contempla a quienes no
pueden pagar la cuota, ni a los que no califican.
Y es que el sistema norteamericano es
el reflejo de una estructura social individualista, que en algunas
cosas puede ser un éxito, pero que en salud es catastrófico.
Es por eso que de acuerdo a algunas
encuestas, los estadounidenses se sienten frustrados con los altos
costos, la accesibilidad y la complejidad de su sistema de salud.
Setenta y cinco por ciento de los
estadounidenses opina que el actual sistema necesita cambios
fundamentales o debe ser completamente reconstruido.
Uno de cada 4 adultos gasta $2,000 o
más en el cuidado de su salud por año, mientras que el 9% gasta
$5,000 o más.
Por otro lado, 37% de los
estadounidenses se salta alguna receta de medicamentos todos los años
debido al costo, una tasa de casi el triple de la de Canadá y el
doble que las tasas de Francia y Alemania.
Y uno de cada 3
estadounidenses dice que pasa "mucho tiempo en el papeleo o en
controversias" relativas a sus reclamaciones de seguros de
salud.
Por otro lado, Estados Unidos destaca porque es el
único país desarrollado del mundo que NO tiene "seguro de
salud universal".
En la actualidad, unos 254 millones de
norteamericanos tienen seguros de salud, mientras que 46 millones no
tienen ningún tipo de seguro médico.
Sólo el número de excluidos
del sistema es escandaloso.
La cuota promedio de un seguro de salud
real para un ciudadano de 50 años cuesta unos U$S500 por mes, pero
pese al alto costo, en algunas circunstancias los pacientes deben
abonar parte del dinero del costo de sus tratamientos.
Por otro lado, Estados Unidos gasta en
salud, por ejemplo, seis veces más que Gran Bretaña, pero deja sin
asistencia a un sexto de su población.
El mercado puede que funcione muy bien
en otros terrenos, pero debe quedarse fuera cuando se trata de los
asuntos sanitarios del pueblo.
Y recuerde, que el filósofo alemán Arthur Schopenhauer dijo: "La salud no lo es todo, pero sin ella, todo lo demás es nada".
Y recuerde, que el filósofo alemán Arthur Schopenhauer dijo: "La salud no lo es todo, pero sin ella, todo lo demás es nada".