sábado, 16 de septiembre de 2006

Por la Sociedad a la Que Aspiro

Por Aníbal E. Melo 




La reforma migratoria, como todas las grandes reformas, debe surgir de una visión de la sociedad a la que aspiramos, más democrática, que promueva valores de solidaridad y cooperación. Este proceso de cambios deberia ser parte de una política federal integral.


Si el Congreso y el Estado Norteamericano quieren asumir una amplia y justa reforma migratoria, deberian hacer caso a los deseos de las norteamericanas y norteamericanos, sobre un “portafolio integral de transformaciones" con la visión sistémica que requiere la relación biunívoca entre la igualdad, lo económico, la cultura y lo social.


¿Qué sociedad queremos construir entre todos?


¿Qué modelo inmigratorio asumiremos, para que  “las leyes” no sigan siendo sinónimo de pobreza, exclusión e ignorancia?


Esa elección, que requiere una visión nacional, debe trascender los inmediatismos y las claudicaciones pragmáticas. Deberá hacerse presente en una especie de nuevo “contrato social”.  O, como se dice,  un gran acuerdo nacional, que compacte a los Estados Unidos en un plan, concertado, desde el punto de vista del bien común de toda la nación.


Ese pacto obviamente, no podrá ser concebido ni firmado desde la ideología de ultra derecha dominante hoy dia,  en el Partido Republicano.


Se esté de acuerdo o no, lo cierto es que las propuestas relacionadas con la ya famosa "seguridad nacional" no están dando las respuestas adecuadas a los problemas vitales de las mayorías del pais.


Lo sabemos bien y lo sufrimos sobre todo en nuestra comunidad hispana en la que la pobreza se hace cada vez más presente y en la que duele tanto la exclusión, que es el peor resultado de las injusticias.


La Reforma de Inmigración que promueve el partido gobernante tiene retazos que alcanzan para adornar la indumentaria de los xenofobos y racistas; pero el resto del costoso vestido no sirve para cubrir los problemas crecientes de los millones y millones de empobrecidos indocumentados de Estados Unidos, cada vez más desnudos e inermes, desprovistos de las competencias que necesitan precisamente para impulsarse desde la cultura de su pobreza hacia la cultura de su superación.


Como el desarrollo y el crecimiento requieren como semilla recursos humanos calificados, no es solo un deber o una visión de “los de abajo”, o los que estamos a favor de los de abajo, proponer soluciones y buscar modelos de leyes que expandan la inclusión.


Cualquier ciudadano inteligente sabe que Estados Unidos, no podrá expulsar, ni siquiera ignorar, a los mllones de seres humanos obreros, empleados, técnicos y profesionales calificados, que YA estan residiendo dentro del territorio norteamericano.


Si el Presidente actual no hace nada, dejara a una nación que no atina a definir su rumbo con respecto al tema de la inmigracion, sometida el vaivén de politicos racistas que a veces se declaran “democráticos”, otras veces hablan de “justicia social” o de "Unidad Familiar", pero que actúan dominados por  los “votos” y nos imponen un modelo de acumulación de problemas que pretende situar sus únicos ejes dinámicos en áreas tales como la exportacion de la guerra al mundo entero.


Pareciera que para ellos lo relevante en este modelo migratorio, es tener mano de obra barata e ilegal, aparece ahí mismo la serpiente que se muerde su propia cola: sino perseguimos la justicia social, la elevacion de la calidad de vida de todas las personas, inmigrantes o no, no podemos hablar de un pais con vocacion democratica.


De ahí que la Reforma Migratoria no es algo tangencial y marginal al proceso y al modelo de desarrollo, sino que es constitutivo de las posibilidades y modalidades del desarrollo mismo, a la vez causa y resultado.


Cuando la mayoría de los que deciden y de los que debemos empezar a decidir nos pongamos de acuerdo sobre esta ecuación recíproca, ese “pacto nacional” podrá hacerse realidad, hablaremos de la Reforma a las leyes de inmigración en otra perspectiva que no sea la secamente racista, y empezaremos a orientar los esfuerzos comunes del Estado y de la sociedad norteamericana hacia un efectivo plan de transformaciones.


Es a partir de la igualdad, que construiremos una sociedad en donde todos tengan las mejores posibilidades”.


Yo quiero que mis nietos las tengan. Seguro estoy de que también aspiran eso todos mis lectores, amigos y relacionados


¿Y tú?

domingo, 10 de septiembre de 2006

La Igualdad Social

Por Aníbal E. Melo 




Soy hijo y nieto de inmigrantes. Y sobre todo, soy un inmigrante convencido de la igualdad social.


Creo, que para impulsar un modelo de crecimiento que no sea antónimo de bienestar y desarrollo humano, se deben corregir las deficiencias y distorsiones en la aplicación de las politicas migratorias, para que se puedan amortiguar los efectos más negativos de la “xenofobia” que se confunde muchas veces con patriotismo.


Estoy convencido de que en este mundo en el que la pobreza, las desigualdades sociales y la falta de justicia social han aumentado en vez de disminuir, los conceptos inclusión, solidaridad y equidad deberian ser tomados en cuenta a la hora de adoptar decisiones politicas, por parte del liderazgo nacional norteamericano.


Una versión equilibrada de la Reforma Migratoria, deberia estar en defensa de la equidad y la justicia.


El Estado Norteamericano, deberia garantizarlo asi, sobre todo en una epoca como la nuestra, repleta precisamente de injusticias, miserias y exclusiones. Es casi perogrullesco, pero se hace necesario recordarlo, que es la propia nacion que en situaciones como esta debe revisarse y controlarse motu propio al entender que las desigualdades sociales, no paren buenas cosas.


Si las leyes emanadas desde el Congreso de los Estados Unidos, no contienen en sí mismas componentes democráticos, inteligentes, de solidaridad e inclusión, habrá más concentración de riquezas, en unos pocos por supuesto, y más pobres en este país.


Los Congresistas Republicanos, han negado esa lógica prudente que nos imponen las caracteristicas de este pais tan rico y con tantos pobres, lo que nos urge a elevar la calidad con equidad de las decisiones politicas.


Si queremos honrar a los fundadores de la nación, todos nuestros inmigrantes que no sean violadores de las leyes penales de Norteamerica,  deberian tener acceso a la equidad de oportunidades.


La mision de las leyes, esta en vigilar y perseguir el bienestar nacional.


Y nacional, es un calificativo holístico, abarcante, unitario, que no admite clasificaciones; representa, una hermosa totalidad de historia y de destino, que se comparten a fuerza de voluntad, de coraje, de talento y de audacia.


He querido comentar este Tema, desde una perspectiva diferente, porque creo que el drama de la inmigracion, es tan acuciante y doloroso, que no puede ni debe achicarse en debates sobre asuntos incidentales, puntuales, que son sólo efectos y no causas, de una crisis a la que se necesita por el bien de todos encontrarle salida para reducir su presión negativa sobre el presente y el futuro del pais.


La negacion de los Congresistas sobre otorgar beneficios inmigratorios, a los que ya estan aqui, es sólo la punta del “iceberg” enorme y aterrador de una visión politica que no es ni legítima, ni justa, ni inclusiva, ni solidaria ni democrática.


No soy azoriniano en materia inmigratoria, no me gusta la minuciosidad descriptiva con que un árbol puede impedir la percepción del bosque como un todo.


En la investigación de los fenómenos sociales, confieso que parto de hipótesis comprometidas con una axiología y una teleología que rechaza el neoliberalismo con sus contravalores antihumanos y anticristianos.


Por eso pienso, que para analizar y resolver detalles puntuales de las leyes vigentes de inmigracion, las casuísticas, se debe hacer como resultado de un debate abierto y sincero sobre el proceso en conjunto.


Pero esta vez agrego una premisa que me parece indispensable para coherenciar y definir, filosófica, ideologica y socialmente, las conclusiones a que arribemos, por supuesto, a través de disensos racionales que nos conduzcan a consensos críticos.


Que cada Ciudadano Norteamericano de origen Hispano se identifique primero con un proyecto de nación, con una visión del mundo y de la vida; y que desde ese mirador se presente a las elecciones del proximo Noviembre/2006, con un voto que se corresponda con esta concepción.


Yo y mi familia vamos a hacerlo!


¿Y tú?